Por Lucas Mailland (*)
La Organización de las Naciones Unidas señala que, aunque la población mundial crece a un ritmo del 0.8% anual, el segmento de personas mayores de 60 años lo hace a un 3.2%. Se proyecta que para 2030, el 34% de la población superará los 50 años, y para 2050, uno de cada tres trabajadores superará los 65 años. Estas cifras presentan desafíos significativos en términos de inclusión laboral y composición de equipos de trabajo.
La expectativa de vida ha alcanzado niveles sin precedentes, gracias a factores como una mayor conciencia sobre estilos de vida saludables y avances significativos en ciencia y medicina. Paralelamente, la tasa de natalidad ha experimentado una disminución constante, influenciada por factores socioculturales y biológicos. Esta tendencia reduce la presencia de jóvenes en el mercado laboral, generando una notable escasez y una participación decreciente de las generaciones emergentes.
Contrario a la percepción de que las oportunidades laborales para aquellos mayores de 55 años son limitadas, gran parte de la Generación Silver se encuentra empleada en corporaciones de gran envergadura, con plantillas que superan los 1.000 empleados.
Este inminente cambio demográfico insta a las organizaciones y a sus departamentos de recursos humanos a reevaluar y adaptar sus estrategias de reclutamiento y selección. Como respuesta, muchas empresas están incorporando a profesionales senior en roles esenciales. Un estudio de Manpower respalda esta tendencia, indicando que el 19% de los reclutadores buscan a profesionales jubilados interesados en reintegrarse al mercado laboral. No obstante, el avance tecnológico implica que el 50% de estos trabajadores requerirá capacitación adicional, subrayando la importancia de la innovación y la formación continua.
Ambientes Multigeneracionales
Las organizaciones contemporáneas albergan equipos que abarcan un amplio espectro generacional, desde los baby boomers hasta la generación Z. Cada una de estas generaciones aporta un conjunto exclusivo de habilidades y perspectivas, moldeadas por sus experiencias personales y trayectorias profesionales únicas.
Gestionar equipos multigeneracionales exige un entendimiento profundo de estas diferencias y la creación de ambientes donde todas las generaciones se sientan valoradas. Es esencial promover el intercambio de conocimientos, permitiendo que los profesionales más experimentados compartan su sabiduría, mientras que las generaciones más jóvenes aporten su fluidez tecnológica.
A pesar de los posibles desafíos que surgen al combinar generaciones diversas, una gestión adecuada puede capitalizar la riqueza que esta diversidad aporta a la cultura organizacional.
La consideración de la diversidad generacional no solo es crucial para la productividad interna, sino también en la atracción de talento. Según Glassdoor, el 67% de los candidatos valora la diversidad al evaluar oportunidades
laborales en una empresa.
En conclusión, la integración de diversas perspectivas y experiencias generacionales puede ser el catalizador para fomentar la innovación y eficiencia en el ámbito laboral.
(*) Director Ejecutivo de Fichap.