Barça: ¿quién es el culpable de la crisis?

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El especialista internacional en Marketing Deportivo, Gerardo Molina, analizó en la televisión alemana el ciclo de oro del club Barcelona, el que asegura hace tiempo se terminó, aunque el orgullo les impida reconocerlo.

Fue el mejor equipo de la historia del fútbol mundial. El Barcelona, desde la salida de Pep Guardiola, no ha dejado de perder eficacia, belleza y rendimiento en el campo de juego, sino que la situación se traduce y afecta su plan de marketing con la pérdida de millones en ventas, si se lo compara a mismos periodos de dos años atrás, expresó Molina a la cadena DW Noticias.

 

Hoy, cuando el declive se instaló como un proceso progresivo y sostenido en resultados y en ventas a nivel mundial, Euromericas Sport Marketing da cuenta estadísticamente de esta lenta desmejora.

 

Más allá de triunfos y derrotas, en los últimos partidos se ve un Barça famélico y sin luces, que ya no deslumbra a todos los públicos. Pero hay que considerar que tiene en su mayoría a los mismos hombres de la mejor versión, aquella que ganara todo lo que jugaba.

 

Gerardo Molina deja claro que ya es costumbre escuchar que los jugadores suelen decir que ellos son los responsables cuando se gana o se pierde; pero en realidad, los primeros en marcar las jugadas son los presidentes de los clubes, los que contratan a los técnicos y compran a los jugadores: esa es la línea que separa a la gloria del fracaso en los clubes.

 

Euromericas Sport Marketing ha analizado el estilo de comunicación que viene llevando a cabo el club a partir de los mensajes de su presidente. Cuando en una institución impera la decencia y el compromiso institucional, todo marcha bien e impera el orden y da fuerzas al plantel.

 

La lectura que realiza Gerardo Molina es que hace tiempo el club no da buenas señales, hay contrataciones y desaciertos, lo cual quedó evidenciado con la renuncia del Sandro Rosell por estar sospechado de irregularidades en la compra de Neymar.

 

El brasileño no es culpable de la situación, sino solo un instrumento, como también lo es el mejor jugador del mundo, Lionel Messi, quien solo no puede evitar la crisis, es dependiente del turbulento contexto y del funcionamiento del resto del equipo y la capacidad del director técnico.

 

No hay que dejar afuera de esta situación a la sequía que existe en la famosa masía, la célebre industria barcelonista que fabricaba estrellas. ¿Qué paso con ella? ¿Por qué no acerca algunos fenómenos nuevos?

En síntesis, el profesor emérito en Marketing Deportivo selló su análisis en el noticiero de la DW diciendo “el club y el equipo es una confusión, individual y colectiva, en lo económico y futbolístico, y que, de no haber un cambio, es inevitable un declive final, que nadie desea.

 

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