viernes, 27 de diciembre de 2024

Aliviar el estrés de los empleados

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En el medio de la crisis, y con el boom de la tecnología, los empleadores exigen a sus empledos ser más productivos que nunca. Eso implica jornadas laborales más largas y mayores niveles de estrés. ¿Cómo prevenirlo?

Cuando se da una situación de gran estrés, el buen jefe debe ser conciente y tomar las riendas del asunto. Después de todo, una situación tensa implica la posibilidad de estallar en cualquier momento y, por lo tanto, se debe actuar de forma preventiva. Hay cuatro pasos que deben seguirse.


Activar: Lo primero que debe hacer un buen jefe es entender que hay un problema y afrontarlo sin más. Mantener una reunión personal con cada uno de los empleados, si la estructura lo permite, puede ayudar a entender el nivel del problema: cuántas tareas se le han asignado, de cuánta responsabilidad se trata, si se puede o no delegar, etc. Entender la situación ayudará a tomar mejores decisiones que le quiten la carga a sus empleados.


Priorizar: Si un trabajador se siente sobrepasado por su carga de trabajo, un buen camino es ayudarlo a priorizar: qué tareas son más importantes y cuáles deben resolverse con urgencia y cuáles patear para adelante. La clave es que haya un clima de confianza y respeto en el que el trabajador se sienta seguro admitiendo que está trabajando de más.


Conciliar: El trabajador no es un robot sino que tiene una vida adentro y afuera de la organización. Si la organización tiene en cuenta esto y ayuda a balancear las dos patas de la vida, el trabajador lo agradecerá. Además lo estará ayudando a organizar mejor su tiempo y a que se sienta menos estresados. Deje en claro que no se trata de calentar la silla ni de pensar el trabajo en horas sino en proyectos y en cumplimiento de metas. Eso lo hará sentir mejor al finalizar el día.


Recompensar: Si se trabaja más de lo necesario, el trabajador apreciará que se lo recompense. No es solamente montario sino un reconocimiento público por el trabajo bien hecho: un par de días extra de vacaciones, por ejemplo, podrían ser una palmadita en la espalda. 

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