Se lo llama, entonces, “lujo accesible” aunque parezca una contradicción en sus propios términos. Lujo fue siempre algo a lo que solo unos pocos podían acceder.
Furla, una marca italiana de carteras cuyos precios se sitúan en un término medio, destaca la creciente demanda por el lujo accesible porque los consumidores globales, dice seguramente refiriéndose al turismo internacional que visita Italia, se están retirando de todo l o que es demasiado caro.
El grupo abrió 62 locales el año pasado, algunas de ellas en Roma, Nueva York, Shanghái, Hong Kong y San Petersburgo. En total ahora tiene 417.
Algo parecido ocurre con la marca norteamericana Michael Kors, que muestra su crecimiento más fuerte en sus artículos de moda de menor precio. Lujo accesible, en ropa, significa cosas buenas pero con precio entre lo masivo y el Pret-a Porter.
En general, la venta de ropa, carteras, relojes y joyas de verdadero lujo creció solamente entre 1 y 2% el año pasado a valores constante. Esto marca un descenso notable con respecto a años anteriores. Las tradicionales casas de moda de lujo, como Burberry, Gucci y Prada, que venden carteras de más de 1.500 euros, vieron caer sus ventas a plomo el año pasado.
