Hablar de Big Data es hablar de información que los usuarios libremente deciden suministrar en Internet y que las compañías usan, con menor o mayor éxito, para reorientar su estrategia y aumentar sus márgenes. Esta idea –la posibilidad de conocer mejor a los consumidores y así saber qué ofrecerles en todo momento- es una promesa de futuras riquezas, pero esos datos deben ser estudiados para potenciar su valor.
En definitiva, ese es el gran error de los ejecutivos hoy: pensar que tener los datos y contar con la tecnología para clasificarlos les da una ventaja competitiva. Lo que hace falta es un buen análisis. ¿Cómo se hace eso? Aquí, tres consejos.
- 1) No olvide la teoría
Sin una teoría que explique cómo y por qué los consumidores eligen un determinado producto y no otros, un analista se perderá entre la avalancha de datos. Si, en cambio, se comienza el análisis teniendo en cuenta las necesidades de los consumidores, se podrá evaluar cuál es la mejor manera de ayudarlos con la información que ha recaudado. Esto ayudará a diseñar estrategias más efectivas.
- 2) Mantenga una visión holistica
Cuando se incorporan nuevos datos es fácil perder de vista su uso práctico. Mantenga una mirada holistica sobre los consumidores y el mercado y luego combínelos con la nueva información para “llenar†los espacios en blanco del análisis. No hay que quedarse con una mirada uni-dimensional sino usar la información para ampliar el enfoque y entender cómo el cliente se relaciona con la marca propia y la de la competencia.
- 3) Haga camino al andar
La información que obtenga del análisis de los datos seguramente cambiará su concepción del negocio. Es importante abrirse a estas nuevas oportunidades y no temer hacer frente a las “vacas sagradasâ€, los dogmas del negocio. Este cambio puede afectar la cultura corporativa por lo que es mejor avanzar con pasos cortos pero certeros.
En definitiva, muchos ejecutivos intuyen el gran potencial de Big Data pero tienen poca experiencia en la utilización de herramientas y datos. Pero lo importante es recordar que una montaña de datos, sin análisis y sin estudio, carece de valor estratégico para la compañía.