Con el correr del tiempo, se ha vuelto cada vez más evidente para las personas la importancia del autocuidado, es decir, de atender a las necesidades personales para promover la salud física, mental y emocional. En este contexto, cada 24 de julio se celebra el Día del Autocuidado, resaltando la relevancia de velar por el bienestar propio y mantener un equilibrio saludable en los diferentes aspectos de la vida.
En este sentido, el trabajo se vuelve un área fundamental para el ser humano, ya que consume una gran parte de su tiempo. Por lo tanto, es crucial que las organizaciones se aseguren de promover el bienestar en el entorno laboral, con el fin de lograr un equilibrio adecuado entre la vida profesional y personal. Esto implica garantizar que los empleados tengan la libertad y las condiciones necesarias para desarrollarse plenamente tanto en el ámbito laboral como en otros aspectos de su vida.
Según el relevamiento llevado a cabo por WeWork y la consultora Michael Page, “Más Allá de la Revolución Híbrida”, el 66% de los argentinos encuestados afirman que si tuvieran que elegir un esquema de trabajo, optarían por el modelo híbrido debido a la flexibilidad que otorga y a los beneficios que genera en el entorno personal y profesional.
Además, el 79% de los encuestados (casi 8 de cada 10) destacan el impacto positivo de la modalidad flexible en su salud mental. Estas características son las que hacen que cada vez más personas y compañías elijan redefinir sus estrategias para ser más colaborativos.
“El autocuidado no se limita a un solo día, sino que debe ser una práctica continua en nuestra vida diaria. Cultivar hábitos de cuidado personal puede ayudarnos a mantener un equilibrio saludable y enfrentar los desafíos diarios con mayor resiliencia y bienestar. En este contexto, las organizaciones pueden fomentar una cultura que valore y priorice el autocuidado. Esto implica crear un ambiente de trabajo que promueva el equilibrio entre la vida laboral y personal, alentando a los empleados a cuidar su salud física, mental y emocional”, comenta Rocío Robledo, Country Manager de WeWork Argentina.
Las tendencias en el mercado de talentos evidencian que el futuro del trabajo será flexible. Con el auge de los nómades digitales y la tecnología, los colaboradores adquieren mayores libertades a la hora de elegir desde dónde trabajar, adaptando su entorno de trabajo a sus necesidades y preferencias individuales.
Esta mayor flexibilidad laboral no solo beneficia a los talentos, sino también a las organizaciones, debido a que la promoción del balance entre la vida personal y profesional puede fomentar la productividad, la creatividad y la satisfacción de los empleados al permitirles gestionar su tiempo y entorno laboral de manera más efectiva.
“Ante el cambio coyuntural, las organizaciones están adaptándose a las nuevas formas de trabajo y redefiniendo sus estrategias para satisfacer las necesidades cambiantes de los colaboradores. Al priorizar la flexibilidad, el apoyo tecnológico, el desarrollo profesional y el bienestar, las empresas pueden crear un entorno laboral que promueva el éxito y la satisfacción tanto de los colaboradores como de la organización en su conjunto” concluye Robledo.
Por su parte, Romina Diepa, People Partner Manager de WeWork Argentina y Chile, agrega: “Otro factor que cobra relevancia en la felicidad de los colaboradores es contar con beneficios personalizados que se ajusten a las necesidades de cada persona y potencien su bienestar. El salario emocional se centra en satisfacer las necesidades emocionales y de bienestar de los empleados, incrementando su motivación, compromiso y rendimiento en el trabajo, lo que impacta directamente en la reputación y resultados económicos de la compañía”.