William Clay Ford: Si es preciso, le dejo el cargo a Carlos Ghosn

“Estoy dispuesto a abandonar la presidencia ejecutiva de Ford Motor para salvar la compañía”. El biznieto por línea materna de Henry Ford fue terminante y sorprendió al clan, que retiene 40% del paquete..

5 septiembre, 2006

Si bien los US$ 1.440 millones en pérdidas sufridas durante el primer semestre no se comparan con el déficit de 10.600 millones mostrado en 2005 por Genereal Motors, William Clay cree que sólo medidas drásticas podrían frenar el deterioro. Pero sucede que Ghosn, exitoso presidente ejecutivo de Nissan-Renault, está negociando una alianza con GM y el asunto recién se resuelve a mediados de octubre.

Clay Ford formula las declaraciones anteriores en el último número de “Newsweek”. A su criterio, el brasileño de origen libanés “es un manager de enorme talento y puede asistir a nuestra empresa”. Pero hay otro obstáculo: Ford tentó a Ghosn ya dos veces y éste se negó porque estima que “las compañías grandes de propiedad o control familiar son anacronismos”.

Cabe la posibilidad, sospechan analistas en Detroit, de que Clay Ford trate de emplear su amenaza de renuncia para quebrar un viejo acuerdo. Según sus términos, los tenedores del 40% del paquete (el clan) sólo pueden venderse acciones entre sí.

Por otro lado, el jefe de Ford Motor ofrece algo que Richard Wagoner, tozudo CEO de GM, se niega a aceptar: la renuncia. En este caso, no se la plantea Ghosn sino, en realidad, el financista Kirk Kerkorian, máximo accionista individual de GM (9,9%). Bien vista, es una situación casi opuesta a la de Ford. En ambas crisis, la clave reside en pérdidas de participación en el mercado norteamericano (Estados Unidos-Canadá), a manos de Toyota (que ahora tiene problemas de calidad).

Si bien los US$ 1.440 millones en pérdidas sufridas durante el primer semestre no se comparan con el déficit de 10.600 millones mostrado en 2005 por Genereal Motors, William Clay cree que sólo medidas drásticas podrían frenar el deterioro. Pero sucede que Ghosn, exitoso presidente ejecutivo de Nissan-Renault, está negociando una alianza con GM y el asunto recién se resuelve a mediados de octubre.

Clay Ford formula las declaraciones anteriores en el último número de “Newsweek”. A su criterio, el brasileño de origen libanés “es un manager de enorme talento y puede asistir a nuestra empresa”. Pero hay otro obstáculo: Ford tentó a Ghosn ya dos veces y éste se negó porque estima que “las compañías grandes de propiedad o control familiar son anacronismos”.

Cabe la posibilidad, sospechan analistas en Detroit, de que Clay Ford trate de emplear su amenaza de renuncia para quebrar un viejo acuerdo. Según sus términos, los tenedores del 40% del paquete (el clan) sólo pueden venderse acciones entre sí.

Por otro lado, el jefe de Ford Motor ofrece algo que Richard Wagoner, tozudo CEO de GM, se niega a aceptar: la renuncia. En este caso, no se la plantea Ghosn sino, en realidad, el financista Kirk Kerkorian, máximo accionista individual de GM (9,9%). Bien vista, es una situación casi opuesta a la de Ford. En ambas crisis, la clave reside en pérdidas de participación en el mercado norteamericano (Estados Unidos-Canadá), a manos de Toyota (que ahora tiene problemas de calidad).

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