Ropa y conducta sexy no ayudan a la mujer en el trabajo

Las mujeres que flirtean por email, o usan minifalda o masajean la nuca de un compañero consiguen menos ascensos y aumentos, según un estudio de la Universidad de Tulane..

5 febrero, 2007

La conducta de corte abiertamente sexual, sea consciente o inconsciente, puede arruinar la carrera en el trabajo, tanto del hombre como de la mujer. Un equipo de profesores de la universidad — Arthur Brief y sus colegas Suzanne Chan-Serafin, Jill Bradley y Marla Watkins buscaron en estudios y literatura reciente y encontraron muy poco sobre las consecuencias de la ropa sexy y la conducta sexual en el trabajo. (La mayor parte de las investigaciones estudiaron el acoso sexual). De modo que realizaron su propio estudio, que será presentado hoy en la reunión anual de la Academia de Management en Honolulu.

El estudio se propuso medir si la vestimenta sexy y la conducta sexual impactan negativamente en la carrera de las mujeres, y los investigadores descubrieron que sí. Descubrió que 49% de las 164 mujeres encuestadas, todas con un MBA completado, dijeron que que trataron de avanzar en sus carreras tratando a veces de incursionar en por lo menos una de 10 conductas sexuales, entre las que se incluyen cruzar provocativamente las piernas o inclinarse sobre una mesa para dejar que los hombres miren sus escotes.

Las consecuencias

Los investigadores descubrieron que las mujeres que dijeron jamás haber recurrido a conductas sexuales habían logrado un promedio de tres promociones. Las que habían recurrido al flirteo y otro tipo de conducta provocadora sólo habían conseguido dos promociones. Las primeras ganaban un promedio que oscila entre US$ 75.000 a US$ 1000 anual; las segundas, un promedio entre US$ 50.000 y $75.000.

Si bien estos resultados son nuevos y el estudio puede no reflejar los resultados de otras investigaciones, los hallazgos llaman la atención por dos motivos. Primero, el porcentaje de mujeres a que admiten, por ejemplo, haber enviado e-mails de flirteo, o piropeado a un compañero o destacado su sexualidad mediante la forma de vestir, hablar o actuar, es notable.. Segundo, el impacto negativo de la conducta sobre la carrera de esas mujeres confirma la sospecha que algunos especialistas tenían desde hace tiempo, aunque sin cifras para avalarla.

La conducta de corte abiertamente sexual, sea consciente o inconsciente, puede arruinar la carrera en el trabajo, tanto del hombre como de la mujer. Un equipo de profesores de la universidad — Arthur Brief y sus colegas Suzanne Chan-Serafin, Jill Bradley y Marla Watkins buscaron en estudios y literatura reciente y encontraron muy poco sobre las consecuencias de la ropa sexy y la conducta sexual en el trabajo. (La mayor parte de las investigaciones estudiaron el acoso sexual). De modo que realizaron su propio estudio, que será presentado hoy en la reunión anual de la Academia de Management en Honolulu.

El estudio se propuso medir si la vestimenta sexy y la conducta sexual impactan negativamente en la carrera de las mujeres, y los investigadores descubrieron que sí. Descubrió que 49% de las 164 mujeres encuestadas, todas con un MBA completado, dijeron que que trataron de avanzar en sus carreras tratando a veces de incursionar en por lo menos una de 10 conductas sexuales, entre las que se incluyen cruzar provocativamente las piernas o inclinarse sobre una mesa para dejar que los hombres miren sus escotes.

Las consecuencias

Los investigadores descubrieron que las mujeres que dijeron jamás haber recurrido a conductas sexuales habían logrado un promedio de tres promociones. Las que habían recurrido al flirteo y otro tipo de conducta provocadora sólo habían conseguido dos promociones. Las primeras ganaban un promedio que oscila entre US$ 75.000 a US$ 1000 anual; las segundas, un promedio entre US$ 50.000 y $75.000.

Si bien estos resultados son nuevos y el estudio puede no reflejar los resultados de otras investigaciones, los hallazgos llaman la atención por dos motivos. Primero, el porcentaje de mujeres a que admiten, por ejemplo, haber enviado e-mails de flirteo, o piropeado a un compañero o destacado su sexualidad mediante la forma de vestir, hablar o actuar, es notable.. Segundo, el impacto negativo de la conducta sobre la carrera de esas mujeres confirma la sospecha que algunos especialistas tenían desde hace tiempo, aunque sin cifras para avalarla.

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