Nuevo estilo en management

En los ’90 vimos grandes magnates de alto perfil. Luego llegaron los CEO de bajo perfil a limpiar los errores de los primeros. La discusión, ahora es cómo será el nuevo estilo acorde a la época. Ya hablan de un CEO versión 3.0

15 noviembre, 2007

La última década del siglo pasado asistió a una repetición
de empresarios con alto perfil que crearon imperios: Sanford Weill, a cargo
de Citigroup, Gerald Levin, de Time Warner y Jack Welch, de GE, para mencionar
sólo una muestra. Creadores de imperios que se concentraron en las mega-fusiones
y la administración financiera.

Cuando los imperios se derrumbaron, se rompió la burbuja tecnológica
y cayeron las acciones de aquellos imperios, apareció un cuadro de nuevos
directores, los que venían a enmendar entuertos y reflotar empresas.
Estos artistas en limpieza llegaron a la escena luego del colapso de Enron y
WorldCom y la aprobación de la ley Sarbanes-Oxley, que intensificó
el control ejercido por el gobierno sobre las empresas públicas.
Esta vez eran personas de bajo perfil como Charles O. Prince III en Citigroup
y Richard D. Parsons en Time Warner, cuya tarea fue reparar los excesos y errores
de sus antecesores.

¿Qué viene ahora? Se preguntan los teóricos observadores
del ambiente empresario estadounidense. Y la respuesta más recurrente
es “hoy hace falta un buen armador de equipos”.

Los reparadores no parecen estar dando buenos resultados. Prince y Parsons anunciaron
la semana pasada que se van. Prince, a consecuencia de enormes pérdidas.
Parsons, logró estabilizar Time Warner pero no pudo valorizar la compañía.

En Merrill Lynch también fracasó Stanley O´Neal, quien fue invitado
a renunciar el mes pasado. O´Neal aumentó las ganancias de Merrill durante
su mandato pero se lo ha criticado por echar a subordinados que percibía
como rivales . Lo mismo ocurrió con altos ejecutivos en Citigroup durante
el reinado de Prince. Ahora ambas empresas se encuentran buscando reemplazos
permanentes.

Jeffrey A. Sonnenfeld, decano de programas ejecutivos de la Universidad de
Yale, opina que el estilo de mos mejores directores ejecutivos de hoy difiere
tanto del de los especialistas en construir como en el de los de limpiar. Los
primeros se conocieron por la enormidad de sus egos y los segundos se destacaron
en un estrecho conjunto de habilidades. Este nuevo estilo significa líderes
capaces de formar equipos de especialistas.

Michael Useem, profesor de management de la Escuela Wharton de la Universidad
de Pennsylvania dice: “La investigación académica dice que
si uno quiere predecir el desempeño financiero futuro durante los próximos
uno a tres años, debe conocer al equipo que está en la cima”.

¿Cuál será el principal desafío en los próximos
5 a 10 años? Useem predice que podría ser lograr crecimiento de
dos dígitos internamente, pero sin el beneficio de enormes transacciones
o contabilidad creativa.

La última década del siglo pasado asistió a una repetición
de empresarios con alto perfil que crearon imperios: Sanford Weill, a cargo
de Citigroup, Gerald Levin, de Time Warner y Jack Welch, de GE, para mencionar
sólo una muestra. Creadores de imperios que se concentraron en las mega-fusiones
y la administración financiera.

Cuando los imperios se derrumbaron, se rompió la burbuja tecnológica
y cayeron las acciones de aquellos imperios, apareció un cuadro de nuevos
directores, los que venían a enmendar entuertos y reflotar empresas.
Estos artistas en limpieza llegaron a la escena luego del colapso de Enron y
WorldCom y la aprobación de la ley Sarbanes-Oxley, que intensificó
el control ejercido por el gobierno sobre las empresas públicas.
Esta vez eran personas de bajo perfil como Charles O. Prince III en Citigroup
y Richard D. Parsons en Time Warner, cuya tarea fue reparar los excesos y errores
de sus antecesores.

¿Qué viene ahora? Se preguntan los teóricos observadores
del ambiente empresario estadounidense. Y la respuesta más recurrente
es “hoy hace falta un buen armador de equipos”.

Los reparadores no parecen estar dando buenos resultados. Prince y Parsons anunciaron
la semana pasada que se van. Prince, a consecuencia de enormes pérdidas.
Parsons, logró estabilizar Time Warner pero no pudo valorizar la compañía.

En Merrill Lynch también fracasó Stanley O´Neal, quien fue invitado
a renunciar el mes pasado. O´Neal aumentó las ganancias de Merrill durante
su mandato pero se lo ha criticado por echar a subordinados que percibía
como rivales . Lo mismo ocurrió con altos ejecutivos en Citigroup durante
el reinado de Prince. Ahora ambas empresas se encuentran buscando reemplazos
permanentes.

Jeffrey A. Sonnenfeld, decano de programas ejecutivos de la Universidad de
Yale, opina que el estilo de mos mejores directores ejecutivos de hoy difiere
tanto del de los especialistas en construir como en el de los de limpiar. Los
primeros se conocieron por la enormidad de sus egos y los segundos se destacaron
en un estrecho conjunto de habilidades. Este nuevo estilo significa líderes
capaces de formar equipos de especialistas.

Michael Useem, profesor de management de la Escuela Wharton de la Universidad
de Pennsylvania dice: “La investigación académica dice que
si uno quiere predecir el desempeño financiero futuro durante los próximos
uno a tres años, debe conocer al equipo que está en la cima”.

¿Cuál será el principal desafío en los próximos
5 a 10 años? Useem predice que podría ser lograr crecimiento de
dos dígitos internamente, pero sin el beneficio de enormes transacciones
o contabilidad creativa.

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