Nos rodea la transparencia
Hoy la gente cuenta en Internet sus experiencias con una marca y su relato llega a todos los rincones del planeta. Las marcas, a merced de esas opiniones, ya no pueden ocultar defectos o traspiés. Reina la transparencia.
Se está despejando la neblina de la vieja economía. Ya no es posible mantener en la oscuridad sea incompetencia o mal desempeño, ignorancia de estándares globales, conducta antisocial o anti económica o precios artificialmente inflados. En su lugar ha llegado un mercado transparente y completamente informado donde los productores viven ante el ojo público.
Quien quiera ver transparencia en acción podría visitar, por ejemplo, la página de TripAdvisor. Tiene más de 20 millones de visitantes por mes, cerca de 5 millones de visitantes registrados y más de 7 millones de reseñas y opiniones sobre 23.000 ciudades y 180.000 hoteles. Hay en Internet infinidad de otros sitios que invitan a los consumidores a compartir sus experiencias en todo tipo de compras, desde cuchillos de cocina hasta autos. Y ésta es una tendencia que irá aumentando con los años.
Más de mil millones de consumidores viven conectados y la mayoría lo han estado durante ya varios años. Son hábiles buscadores y cazadores de oportunidades, ávidos de contactos que les brinden asesoramiento e información sobre lo que quieren comprar. De modo que cada vez va a haber en Internet más páginas donde los consumidores opinan y cuentan sus experiencias de compra de todo tipo de producto. Páginas a las que se podrá entrar para decidir si optar por una marca o por otra.
Hay una enorme cantidad de opinadores que escriben reseñas, recomendaciones, relatos en los que describen experiencias con productos o servicios. Y toda esa masa de información se encuentra a la mano de quien la necesite, en todo momento y desde cualquier parte.
De manera que cuidado con la publicidad y las promesas infladas. Con que un comprador descubra falsedades, todo un mundo de posibles compradores puede ser alertado del error en forma casi inmediata.
Se está despejando la neblina de la vieja economía. Ya no es posible mantener en la oscuridad sea incompetencia o mal desempeño, ignorancia de estándares globales, conducta antisocial o anti económica o precios artificialmente inflados. En su lugar ha llegado un mercado transparente y completamente informado donde los productores viven ante el ojo público.
Quien quiera ver transparencia en acción podría visitar, por ejemplo, la página de TripAdvisor. Tiene más de 20 millones de visitantes por mes, cerca de 5 millones de visitantes registrados y más de 7 millones de reseñas y opiniones sobre 23.000 ciudades y 180.000 hoteles. Hay en Internet infinidad de otros sitios que invitan a los consumidores a compartir sus experiencias en todo tipo de compras, desde cuchillos de cocina hasta autos. Y ésta es una tendencia que irá aumentando con los años.
Más de mil millones de consumidores viven conectados y la mayoría lo han estado durante ya varios años. Son hábiles buscadores y cazadores de oportunidades, ávidos de contactos que les brinden asesoramiento e información sobre lo que quieren comprar. De modo que cada vez va a haber en Internet más páginas donde los consumidores opinan y cuentan sus experiencias de compra de todo tipo de producto. Páginas a las que se podrá entrar para decidir si optar por una marca o por otra.
Hay una enorme cantidad de opinadores que escriben reseñas, recomendaciones, relatos en los que describen experiencias con productos o servicios. Y toda esa masa de información se encuentra a la mano de quien la necesite, en todo momento y desde cualquier parte.
De manera que cuidado con la publicidad y las promesas infladas. Con que un comprador descubra falsedades, todo un mundo de posibles compradores puede ser alertado del error en forma casi inmediata.
