Mirar por la ventana o mirarnos al espejo

Resulta muy complejo intentar redactar un artículo que resulte original sobre una temática que desde hace meses intenta monopolizar nuestra atención desde los medios de comunicación, en el ambiente laboral y hasta en la intimidad de nuestros hogares.

4 mayo, 2009

<p>&nbsp;DE LA CONSULTORA OB</p><p><br /><br /><em>Por Federico Pauls<br /></em><em>Consultora OB</em></p><p>Estamos saturados de crisis y su sola menci&oacute;n expande a&uacute;n m&aacute;s su devastador efecto sobre nuestra energ&iacute;a.<br />Se ha declarado una epidemia global de crisis y parece que d&iacute;a a d&iacute;a se incrementa de manera exponencial el n&uacute;mero de v&iacute;ctimas.<br />Una vez m&aacute;s estamos frente a la circunstancia de estar a punto de caer en el facilismo tan natural a nuestra cultura, de mirar el vaso medio vac&iacute;o que nos pone en riesgo de adoptar la t&iacute;pica mirada apocal&iacute;ptica.<br />En este contexto, complejo desde una perspectiva, pero conveniente desde otra, nos solemos acomodar en un rol desde el cual podamos representar el papel de victimas de un mal que nos es ajeno. <br />La crisis, debemos reconocer, tambi&eacute;n es una buena excusa.<br />M&aacute;s all&aacute; del grupo de las autoproclamadas v&iacute;ctimas, tambi&eacute;n encontramos a los espectadores, quienes frente a esta situaci&oacute;n particular, sencillamente se quedan est&aacute;ticos viendo lo que pasa y esperando que m&aacute;gicamente les llegue una parte del salvataje, en un momento que clara y parad&oacute;jicamente se nos demanda una mayor atenci&oacute;n, esfuerzo y acci&oacute;n.<br />Por suerte para nosotros, adem&aacute;s de los roles de v&iacute;ctimas y espectadores, esta obra tiene un papel m&aacute;s disponible para nosotros. Este papel es el protag&oacute;nico, ni m&aacute;s ni menos.<br />Tambi&eacute;n podemos ser protagonistas de este momento y como pocas veces en los &uacute;ltimos a&ntilde;os, ser protagonistas de una historia que nos marque y constituya un punto de inflexi&oacute;n en nuestro recorrido.<br />Hace unos d&iacute;as, en una convenci&oacute;n comercial, los participantes coincid&iacute;an en el hecho que hasta hace poco, cualquiera que estuviera en la calle vendiendo sus productos o servicios, lo hac&iacute;a con relativo &eacute;xito y en ese contexto no resultaba tarea sencilla separar la paja del trigo. Las ventas tapaban las diferencias.<br />En cambio en este momento, quedar&aacute;n bien claras las diferencias entre los buenos jugadores y los improvisados que solo aprovecharon el viento a su favor para moverse.<br />En esta turbulenta realidad se destacar&aacute;n aquellos que est&eacute;n preparados y dispuestos a hacerle frente a la dificultad para vencerla y salir fortalecidos de ella.</p><p><br /></p><p>&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br /></p>

<strong>Lo que no mata, fortalece.<br /><br /></strong>Las condiciones imperantes pueden matar a unos, pero tambi&eacute;n pueden fortalecer a otros, s&oacute;lo es cuesti&oacute;n de ponerse en el grupo correcto.<br />Para ilustrar estos conceptos, intentar&eacute; citar un ejemplo de un &aacute;mbito distinto del empresarial, donde la crisis no fue m&aacute;s que un disparador, la chispa que desencaden&oacute; la combusti&oacute;n creativa y puso en movimiento el instinto de supervivencia que logr&oacute; llevar a un grupo de personas a un lugar de privilegio.&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp; <br />Nuestra analog&iacute;a la encontramos en el plano deportivo, m&aacute;s precisamente en el seleccionado de rugby argentino, los Pumas, quienes durante el a&ntilde;o 2007 se encontraron con la que probablemente fue la mayor crisis en su historia.<br />La Uni&oacute;n Argentina de Rugby se debat&iacute;a internamente en una etapa de alta conflictividad. Acababa de rescindir en malos t&eacute;rminos su relaci&oacute;n profesional con la empresa Sportfive, quien hasta entonces era&nbsp; su agente comercial.<br />Tuvo uno de sus momentos m&aacute;s complejos y confrontativos de la historia, en su relaci&oacute;n con el plantel de jugadores seleccionados, justo en la etapa previa a la copa del mundo celebrada en Francia.<br />Hasta entonces, si bien estas variables afectaban directamente el estado emocional del plantel, podr&iacute;amos decir desde alguna &oacute;ptica alternativa, que las mismas no impactaban en las fibras m&aacute;s &iacute;ntimas del equipo, del n&uacute;cleo de ese gran seleccionado, de esa hermandad confirmada por una misma camiseta que supieron defender una y otra vez en &eacute;picas batallas casi siempre en inferioridad de condiciones.<br />Estas circunstancias, cr&iacute;ticas por cierto, sumadas al hecho ser el &uacute;nico seleccionado amateur entre la elite conformada por los diez mejores equipos del planeta, a que los jugadores est&aacute;n dispersos por el mundo con escasa posibilidad de entrenar y jugar juntos, a no tener una competencia internacional establecida, como el seis naciones en el norte o el tres naciones en el hemisferio sur, hac&iacute;an preveer que el desempe&ntilde;o en el mundial no estar&iacute;a a la altura de las expectativas que este equipo pod&iacute;a generar. <br />Por si todo esto fuera poco, de pronto, a pocos d&iacute;as de comenzar el mundial, en el &uacute;ltimo partido preparatorio, se le detect&oacute; una enfermedad cardiaca a uno de los jugadores del plantel, el &ldquo;negro&rdquo; Mart&iacute;n Gait&aacute;n, que hizo que tuviera que retirarse del plantel y del rugby, no pudiendo hacer realidad su sue&ntilde;o de jugar el mundial. <br />La crisis se present&oacute; en el peor momento y de la peor manera.<br />Esto amenazo con quebrar la muralla Puma. Sus cimientos sintieron el impacto, pero una vez m&aacute;s los liderados por el gran capit&aacute;n, Agust&iacute;n Pichot, capitalizaron cada uno de los elementos de la crisis para unirse y salir adelante haciendo de esta desgracia una motivaci&oacute;n m&aacute;s.&nbsp; Ahora deb&iacute;an cumplir con su pa&iacute;s, con el deporte, con ellos mismos y con ese hermano que quedo en el camino esperanzado de verlos triunfar.<br />En ese momento fue cuando clarificaron la situaci&oacute;n, analizaron sus 4 P y decidieron agregarle muchas &ldquo;P&rdquo; m&aacute;s. La &ldquo;P&rdquo; de Pumas, la ventaja competitiva que constituye el significado de ese s&iacute;mbolo en el pecho, la &ldquo;P&rdquo; de Pichot liderando en la tormenta, la de Pasi&oacute;n, que se jugaba desde el momento en que se cantaba el himno, la de Perseverancia para entrenar como nunca, la de Profesionalismo para tomar la dificultad como desaf&iacute;o. Esas &uacute;ltimas P fueron la clave para convertir su crisis en oportunidad y a partir de all&iacute; lograr el &eacute;xito m&aacute;s importante de la historia del rugby argentino.<br />

La crisis fue el punto de partida para llevar al rugby del fin del mundo a un podio in&eacute;dito.<br />
Ellos decidieron no acomodarse en la justificaci&oacute;n, decidieron no mirar por la ventana para buscar afuera los culpables de las circunstancias que los amenazaban, cerraron las persianas y all&iacute;, en la intimidad, se miraron al espejo y buscaron en ellos mismos las respuestas, asumieron la responsabilidad y desplegaron su potencial en la b&uacute;squeda de sus objetivos, paso a paso, con humildad, con inteligencia, con confianza <br />
Es en este momento donde debemos rescatar de la memoria esa epopeya para inspirarnos en nuestro propio campeonato, en nuestros jugadores y en nuestros objetivos, para que la memoria nos gu&iacute;e y sustente la confianza necesaria para que cada uno de nosotros salga a la cancha hoy, en plena crisis mundial, inspirados en ese gran equipo&nbsp; y con la convicci&oacute;n de lograr un gran resultado, uno de esos que recordaremos hasta el &uacute;ltimo de nuestros d&iacute;as.<br />
Aprendizajes para capitalizar de aquellos gloriosos Pumas:
<p>&#61607;&nbsp;Protagonismo: <br />
No mirar de afuera, no mirar para afuera. Hay un partido duro, pues entonces deberemos jugar m&aacute;s duro. Si ignoramos las condiciones existentes seremos, adem&aacute;s de necios, suicidas. En este contexto, o nos hacemos due&ntilde;os de la pelota y proponemos jugamos a ganar, o nos ganar&aacute; la dificultad, no hay empate posible. <br />
&#61607;&nbsp;Orgullo: <br />
Defender la camiseta, hacerse cargo de la historia y de todos aquellos que esperan ver desde alg&uacute;n lugar de la organizaci&oacute;n, que salimos a la cancha a jugarle con garra a lo que se nos presente, porque de nuestro &eacute;xito depende el futuro de muchos.<br />
&#61607;&nbsp;Liderazgo: <br />
Tomar la posta y hacerse cargo. Inspirar, motivar, impulsar, contener, alentar. Todos tenemos la semilla del liderazgo en nosotros. Es hora de que germine y crezca para transmitir la convicci&oacute;n de que es posible si lo creemos posible y que, paso a paso, vamos a subir al podio, todos juntos. <br />
&#61607;&nbsp;Pasi&oacute;n: <br />
Sin pasi&oacute;n no hay posibilidades. La vida es el escenario ideal para que la pasi&oacute;n se derrame a trav&eacute;s de nuestras acciones. El m&uacute;sculo tenso, la mente fr&iacute;a, la sangre hirviendo, los dientes apretados. La vida sin pasi&oacute;n es un relato monocorde sin sentido.<br />
&#61607;&nbsp;Perseverancia: <br />
Nada ser&aacute; f&aacute;cil este a&ntilde;o, la cosa se puso cuesta arriba, ser&aacute; agotador, ser&aacute; muy exigente. Como escuch&eacute; alguna vez, &ldquo;son muchos m&aacute;s los que renuncian, que los que fracasan&rdquo;. Y esto se dar&aacute; sin dudas este a&ntilde;o de manera particular. Hacer, insistir, aprender, intentar y volver a intentar. No hay atajos sustentables para subir al podio.<br />
&#61607;&nbsp;Profesionalismo: <br />
Cada convicci&oacute;n y cada fundamento profesional ser&aacute; puesto a prueba este a&ntilde;o. Como afirmaba el famoso entrenador Don Shula, resulta fundamental mantener la perspectiva tanto en las buenas como en las malas. Ser profesional tiene que ver, hoy m&aacute;s que ayer, con desarrollar la capacidad de resolver las tensiones a las que el presente nos somete. </p>
<p>Debemos buscar en cada organizaci&oacute;n el fuego interno, la uni&oacute;n, la ambici&oacute;n de ir m&aacute;s all&aacute; de la supervivencia para evolucionar y acercarnos a la excelencia.<br />
&ldquo;Ayer paso, ma&ntilde;ana ser&aacute; tarde, hoy es siempre todav&iacute;a&rdquo; siguiendo este concepto debemos comprender que &ldquo;toda la vida es ahora&rdquo;, llego el momento de encontrar el liderazgo de Pichot, y la creatividad de Juan Martin Hernandez, en nuestra organizaci&oacute;n.<br />
El mercado y las empresas que lo componen, est&aacute;n en jaque enfrentando una crisis que puede ser un tr&aacute;gico final, o un prometedor comienzo.</p>

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