Más tranquilo es ser subordinado que jefe

Si bien históricamente todo empleado ha vivido su vida ambicionando llegar a jefe, la crisis (al menos en Estados Unidos) ha generado un fenómeno curioso. Los trabajadores prefieren la estabilidad de que garantiza un empleo subordinado a cargar con la responsabilidad evitar el fracaso de la empresa.

29 diciembre, 2011

<p>Son conocidos los desaf&iacute;os de conducir una empresa a trav&eacute;s de tiempos dif&iacute;ciles. Una mesa redonda organizada por la Universidad de Wharton en Pensilvania con el Foro Econ&oacute;mico Mundial de Liderazgo concluy&oacute; que los empleados &ndash; paralizados por el miedo al fracaso –est&aacute;n mostrando cierta reticencia a aceptar un cargo de gran responsabilidad y prefieren mantenerse en un terreno m&aacute;s seguro aunque sea peor remunerado.</p>
<p>La mayor&iacute;a de los expertos participantes coinciden en que este temor generalizado a enfrentar cargos de poder dentro de una empresa en riesgo por la crisis, se subsanar&iacute;a contando con varios directivos en todos los niveles y poniendo cuotas de responsabilidad en las espaldas de todos los colaboradores por igual.</p>
<p>Muchos se preguntan si para buscar las respuestas a las crisis, no nos centramos demasiado en los l&iacute;deres. &iquest;Debemos responder de manera diferente?</p>
<p>Krishnaswamy Ramya, consultora especializada en el impacto social de la crisis, opina que actualmente la empresa deposita toda la responsabilidad en la persona que ejecuta un plan &uacute;nico. &ldquo;Creo que la idea de un l&iacute;der como alguien que est&aacute; en la cima es algo que nos impide avanzar. En general estamos en un mundo en el que el papel de un directivo no debe basarse en ser capaz de llevar de manera activa un proyecto &uacute;nico que genere expansi&oacute;n, sino en permitir que sus equipos funcionen de manera coordinada y con responsabilidad compartida&rdquo;.</p>
<p>Seg&uacute;n el experto Mats Bj&ouml;rkman, los l&iacute;deres de hoy tienen problemas muy diferentes que los de antes. Todos est&aacute;n interconectados, todos ellos est&aacute;n relacionados entre s&iacute; por la crisis. Un buen directivo tiene una caja de herramientas muy grande con un mont&oacute;n de buenos instrumentos, que &eacute;l o ella puede utilizar, en funci&oacute;n de las circunstancias.</p>
<p>Cuando la crisis golpea, los l&iacute;deres deciden escoger de su caja de herramientas estrategias y se gu&iacute;an por los valores que tienen. La crisis financiera es un ejemplo donde se ve que las empresas intentaron una y otra vez sacar el mayor provecho de la situaci&oacute;n mientras la crisis avanzaba, pero apostando a su beneficio propio.</p>
<p>Esto se debe, seg&uacute;n Carl Vadapalli Sandilya, gerente de proyectos e iniciativas ambientales, a que &eacute;sa es la manera normal de hacer negocios – ser inteligente, moverse r&aacute;pidamente y con fines de lucro cada vez que se presenta la oportunidad-. Sin embargo, si el sistema de valores aplicado se hubiese centrado en esta etapa cr&iacute;tica en consolidar fuerzas para superar el momento, el resultado mundial habr&iacute;a sido hoy distinto.&nbsp;</p>

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