“Las empresas estadounidenses pueden beneficiarse con el surgimiento de otros polos de desarrollo”

El surgimiento de nuevas regiones económicas no sólo compite sino negocia con las empresas en Estados Unidos. El libro de Saxenian presenta una teoría sobre el surgimiento de esas regiones y su significado para las empresas del gran país del norte.

25 enero, 2007

AnnaLee Saxenian, profesora de la Escuela de Información en la Universidad de California en Berkeley, dice en su libro “Los nuevos argonautas”* que en los últimos años gran cantidad de emprendedores extranjeros, capacitados en Estados Unidos en el área de tecnología, volvieron masivamente a sus respectivos países para crear empresas, industrias o regiones industriales enteras. Así como el surgimiento de Fairchild e Intel marcó sólo el comienzo de Silicon Valley, Saxenian dice en su libro que la aparición de empresas indias como Infosys y chinas como Lenovo es apenas el comienzo del desarrollo de centros regionales tecno-económicos, todos interconectados. Y así como ocurre con muchos otros aspectos de la economía en globalización, los nuevos competidores de Silicon Valley son también sus socios económicos y herederos intelectuales.

Saxenian tiene una profunda comprensión de lo que hace prosperar a Silicon Valley y sus contrapartidas en todo el mundo. Regional Advantage (Harvard University Press), la investigación que realizó en 1994 sobre cómo triunfaron Silicon Valley y empresas como Sun Microsystems mientras otras fracasaron, como Digital Equipment Corporation (DEC), es hoy un clásico en las escuelas de negocios. La importancia de la circulación de mentes, ideas y emprendimientos en un sistema abierto, en continuo cambio y relativamente fluido, fue un elemento central en el éxito de Silicon Valley. En The New Argonauts, Saxenian lleva su anterior análisis a la escena global. Su investigación revela que una dinámica similar funciona en el mundo de los ingenieros que vinieron a Palo Alto desde Taipei, Mumbai y Tel Aviv, se graduaron y tuvieron sus primeros trabajos en semiconductores, PC o negocios relacionados con Internet, y ahora están llevando su experiencia a sus países de origen, como emprendedores e inversores.

Los lazos económicos, intelectuales y sociales entre esos “nuevos argonautas”, sus mentores y colegas en Estados Unidos por un lado y sus colegas y protegidos en sus respectivos países por el otro, están entretejidos en un sistema mucho más complejo, con muchas más cooperación y participación que en otros años. Si su hipótesis es correcta, entonces el desarrollo económico estilo Silicon Valley podría ser buena noticia para grandes poblaciones en el mundo en desarrollo que aspiran a un mejor nivel de vida (si uno cree que una balanza comercial cada vez más positiva, la disponibilidad de capital para emprendimientos comerciales y la expansión de la clase media, todo eso junto forma un puente sobre la brecha entre ricos y pobres). La buena fortuna de los anteriormente países pobres podría también traer buenas noticias, además de malas, para la industria tecnológica de Estados Unidos. Mientras la educación universitaria en Estados Unidos y las oportunidades de emprendimientos sigan atrayendo inmigrantes intelectuales, el desarrollo económico en China o India podría también enriquecer a las empresas estadounidenses que hagan negocios en esos países.

* AnnaLee Saxenian,
The New Argonauts: Regional Advantage in a Global Economy

(Harvard University Press, 2006)

AnnaLee Saxenian, profesora de la Escuela de Información en la Universidad de California en Berkeley, dice en su libro “Los nuevos argonautas”* que en los últimos años gran cantidad de emprendedores extranjeros, capacitados en Estados Unidos en el área de tecnología, volvieron masivamente a sus respectivos países para crear empresas, industrias o regiones industriales enteras. Así como el surgimiento de Fairchild e Intel marcó sólo el comienzo de Silicon Valley, Saxenian dice en su libro que la aparición de empresas indias como Infosys y chinas como Lenovo es apenas el comienzo del desarrollo de centros regionales tecno-económicos, todos interconectados. Y así como ocurre con muchos otros aspectos de la economía en globalización, los nuevos competidores de Silicon Valley son también sus socios económicos y herederos intelectuales.

Saxenian tiene una profunda comprensión de lo que hace prosperar a Silicon Valley y sus contrapartidas en todo el mundo. Regional Advantage (Harvard University Press), la investigación que realizó en 1994 sobre cómo triunfaron Silicon Valley y empresas como Sun Microsystems mientras otras fracasaron, como Digital Equipment Corporation (DEC), es hoy un clásico en las escuelas de negocios. La importancia de la circulación de mentes, ideas y emprendimientos en un sistema abierto, en continuo cambio y relativamente fluido, fue un elemento central en el éxito de Silicon Valley. En The New Argonauts, Saxenian lleva su anterior análisis a la escena global. Su investigación revela que una dinámica similar funciona en el mundo de los ingenieros que vinieron a Palo Alto desde Taipei, Mumbai y Tel Aviv, se graduaron y tuvieron sus primeros trabajos en semiconductores, PC o negocios relacionados con Internet, y ahora están llevando su experiencia a sus países de origen, como emprendedores e inversores.

Los lazos económicos, intelectuales y sociales entre esos “nuevos argonautas”, sus mentores y colegas en Estados Unidos por un lado y sus colegas y protegidos en sus respectivos países por el otro, están entretejidos en un sistema mucho más complejo, con muchas más cooperación y participación que en otros años. Si su hipótesis es correcta, entonces el desarrollo económico estilo Silicon Valley podría ser buena noticia para grandes poblaciones en el mundo en desarrollo que aspiran a un mejor nivel de vida (si uno cree que una balanza comercial cada vez más positiva, la disponibilidad de capital para emprendimientos comerciales y la expansión de la clase media, todo eso junto forma un puente sobre la brecha entre ricos y pobres). La buena fortuna de los anteriormente países pobres podría también traer buenas noticias, además de malas, para la industria tecnológica de Estados Unidos. Mientras la educación universitaria en Estados Unidos y las oportunidades de emprendimientos sigan atrayendo inmigrantes intelectuales, el desarrollo económico en China o India podría también enriquecer a las empresas estadounidenses que hagan negocios en esos países.

* AnnaLee Saxenian,
The New Argonauts: Regional Advantage in a Global Economy

(Harvard University Press, 2006)

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