Vía Argelia, Gazprom abre otro frente sobre la Unión Europea

El acuerdo entre el monopolio estatal ruso –la mayor compañía mundial de gas natural- y la argelina Sonatrach sacudió a los europeos. Esto sigue al acercamiento con Venezuela, Brasil y el gasoducto sudamericano.

5 agosto, 2006

Romano Prodi, el primer ministro italiano, fue el primero en ventilar públicamente su inquietud. “La santa alianza rusomagrebí ha tomado cuerpo”, sentenció. A su criterio y el de observadores británicos, el convenio se parece demasiado a un duopolio en el abastecimiento de gas a la Europa mediterránea.

El primero (Gazprom) y el quinto proveedor global del fluido adquirirán un enorme poder negociador, especialmente respecto de Italia, España y Francia. En el caso de la primera, ya 70% de su consumo proviene de Rusia y Argelia.

El monopolio moscovita, conducido por Alyexyéi Míller, produce 645.000 millones de metros cúbicos anuales. Mientras tanto, Sonantrach –que dirige Mohamed Mezián- representa 95.000 millones de m3. Con una ventaja respecto de su nuevo socio: tiene refinerias cerca de los principales clientes.

El documento subscripto entre ambas empresas estatales incluye la posibilidad de un intercambio accionario, como el impuesto por Gazprom en enero a Ucrania. En otras palabras, esto puede desembocar en una entidad de control conjunto, algo que va en contra del discurso globalizador pro mercado, que todavía subsiste en la Unión Europea (aunque la alemana Angela Merkel parece ir apartándose, para horror del “Financial times”).

El primer efecto institucional del acuerdo es un comité coordinador y grupos de trabajo mixtos. Ademán, Gazprom abre una oficina en Argel. Una curiosidad: los papeles están en francés, no en árabe, kabila ni ruso. Por otra parte, Libia se manifiesta interés en terciar: se trata de un negocio muy interesante para Trípoli.

Romano Prodi, el primer ministro italiano, fue el primero en ventilar públicamente su inquietud. “La santa alianza rusomagrebí ha tomado cuerpo”, sentenció. A su criterio y el de observadores británicos, el convenio se parece demasiado a un duopolio en el abastecimiento de gas a la Europa mediterránea.

El primero (Gazprom) y el quinto proveedor global del fluido adquirirán un enorme poder negociador, especialmente respecto de Italia, España y Francia. En el caso de la primera, ya 70% de su consumo proviene de Rusia y Argelia.

El monopolio moscovita, conducido por Alyexyéi Míller, produce 645.000 millones de metros cúbicos anuales. Mientras tanto, Sonantrach –que dirige Mohamed Mezián- representa 95.000 millones de m3. Con una ventaja respecto de su nuevo socio: tiene refinerias cerca de los principales clientes.

El documento subscripto entre ambas empresas estatales incluye la posibilidad de un intercambio accionario, como el impuesto por Gazprom en enero a Ucrania. En otras palabras, esto puede desembocar en una entidad de control conjunto, algo que va en contra del discurso globalizador pro mercado, que todavía subsiste en la Unión Europea (aunque la alemana Angela Merkel parece ir apartándose, para horror del “Financial times”).

El primer efecto institucional del acuerdo es un comité coordinador y grupos de trabajo mixtos. Ademán, Gazprom abre una oficina en Argel. Una curiosidad: los papeles están en francés, no en árabe, kabila ni ruso. Por otra parte, Libia se manifiesta interés en terciar: se trata de un negocio muy interesante para Trípoli.

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