Las empresas argentinas son escuelas de magia

En las empresas argentinas hay tanta magia como en las películas El Señor de los Anillos y Harry Potter y la piedra filosofal. Hay muchas que son manejadas por empresarios hechiceros, brujos y prestidigitadores.

6 diciembre, 2000

En las empresas argentinas hay tanta magia como en las películas El Señor de los Anillos y Harry Potter y la piedra filosofal. Hay muchas que son manejadas por empresarios hechiceros, brujos y prestidigitadores.

¿Qué mayores magos que los empresarios y directivos que tienen que conseguir, cada día, mejores resultados con menores recursos económicos y humanos? Afortunadamente la mayoría de los magos empresariales practican la magia blanca y no la negra, aunque más de alguno pactaría con quien fuera para conseguir sus metas.

Hechicería y hechiceros — como lo que se ve en los maravillosos mundos creados por Tolkien y Rowling — también deambulan por la compañía. Si por hechicería se entienden las prácticas mediante las que se pretende dominar acontecimientos, influir en los destinos y someter voluntades, nuestras empresas están pobladas de auténticos hechiceros en la empresa, capaces de cambiar positiva y negativamente las situaciones y de influir en las voluntades de las personas.

Hay una buena dosis de hechicería en la función que llevan a cabo los empresarios y vendedores, cuando en una situación económica espectacularmente adversa, con mercados sumamente competitivos, con productos y servicios cada vez más similares, son capaces de atraer el interés de los clientes, despertar su confianza y cautivar sus voluntades y, en última instancia, de SOBREVIVIR. ¿No hay algo de hechicería fascinadora en todo buen vendedor?

Brujos y brujas

Los brujos, y sus pactos con lo oculto, nos recuerdan a los planificadores estratégicos y responsables de marcar las líneas del negocio y de prever las tendencias de los mercados. ¿No deben ser un poco brujos los analistas de inversiones, los especialistas en bolsa y los especuladores de divisas, para presagiar las cotizaciones y tipos de cambio? ¿Cuántas veces refiriéndonos a ellos decimos “ellos sabrán” o “tendrán información privilegiada”. Auténticos brujos.

Encantadores y escapistas

Los encantadores son aquellos que atraen y encantan, sometiendo a los demás a acciones sobrenaturales por medio de la magia. En el mundo empresarial, encantadores son los que tienen responsabilidades sobre equipos humanos y ejercen un liderazgo sobre ellos que va más allá del mero mando. Muchos de ellos se apoyan básicamente en lo que se llama carisma, que no es otra cosa que la capacidad de atraer y seducir a las personas.

Creo que hay una buena dosis de encantamiento, por ejemplo, en los responsables de recursos humanos encargados de mantener y mejorar la motivación de las personas, incluso cuando la empresa navega por aguas turbulentas como las que ahora surcamos.

Los escapistas son los magos especializados en liberarse de situaciones comprometidas, como cadenas, candados y baúles. En las empresas, ¿quién no conoce a profesionales que nunca están donde deben estar y que nunca aparecen cuando más se les necesita?

Tropelistas

Se llama tropelistas a los magos capaces de cambiar las apariencias de las cosas para mostrar la imagen más positiva. En los departamentos de publicidad y marketing siempre hay personajes mágicos como hechiceros, encantadores y fascinadores responsables de prensa y comunicación que presentan con mucho arte lo que se quiere ser en vez de lo que se es.

Esto quiere decir que en las empresas también hay un mundo lleno de magia y hechicería que no le tiene envidia al de las novelas y películas. Esa magia empresaria sirve para evadir la realidad y el trabajo diario. El reto es averiguar cuál es el tipo de magos con los que nos tropezamos y a los que tratamos día a día, conocer sus poderes y aprovecharlos a nuestro favor en la medida de lo posible.

Condensación y adaptación de un artículo de
Eduardo Rábago
Consultor senior de NB Norman Broadbent.

www.expansionyempleo.com

En las empresas argentinas hay tanta magia como en las películas El Señor de los Anillos y Harry Potter y la piedra filosofal. Hay muchas que son manejadas por empresarios hechiceros, brujos y prestidigitadores.

¿Qué mayores magos que los empresarios y directivos que tienen que conseguir, cada día, mejores resultados con menores recursos económicos y humanos? Afortunadamente la mayoría de los magos empresariales practican la magia blanca y no la negra, aunque más de alguno pactaría con quien fuera para conseguir sus metas.

Hechicería y hechiceros — como lo que se ve en los maravillosos mundos creados por Tolkien y Rowling — también deambulan por la compañía. Si por hechicería se entienden las prácticas mediante las que se pretende dominar acontecimientos, influir en los destinos y someter voluntades, nuestras empresas están pobladas de auténticos hechiceros en la empresa, capaces de cambiar positiva y negativamente las situaciones y de influir en las voluntades de las personas.

Hay una buena dosis de hechicería en la función que llevan a cabo los empresarios y vendedores, cuando en una situación económica espectacularmente adversa, con mercados sumamente competitivos, con productos y servicios cada vez más similares, son capaces de atraer el interés de los clientes, despertar su confianza y cautivar sus voluntades y, en última instancia, de SOBREVIVIR. ¿No hay algo de hechicería fascinadora en todo buen vendedor?

Brujos y brujas

Los brujos, y sus pactos con lo oculto, nos recuerdan a los planificadores estratégicos y responsables de marcar las líneas del negocio y de prever las tendencias de los mercados. ¿No deben ser un poco brujos los analistas de inversiones, los especialistas en bolsa y los especuladores de divisas, para presagiar las cotizaciones y tipos de cambio? ¿Cuántas veces refiriéndonos a ellos decimos “ellos sabrán” o “tendrán información privilegiada”. Auténticos brujos.

Encantadores y escapistas

Los encantadores son aquellos que atraen y encantan, sometiendo a los demás a acciones sobrenaturales por medio de la magia. En el mundo empresarial, encantadores son los que tienen responsabilidades sobre equipos humanos y ejercen un liderazgo sobre ellos que va más allá del mero mando. Muchos de ellos se apoyan básicamente en lo que se llama carisma, que no es otra cosa que la capacidad de atraer y seducir a las personas.

Creo que hay una buena dosis de encantamiento, por ejemplo, en los responsables de recursos humanos encargados de mantener y mejorar la motivación de las personas, incluso cuando la empresa navega por aguas turbulentas como las que ahora surcamos.

Los escapistas son los magos especializados en liberarse de situaciones comprometidas, como cadenas, candados y baúles. En las empresas, ¿quién no conoce a profesionales que nunca están donde deben estar y que nunca aparecen cuando más se les necesita?

Tropelistas

Se llama tropelistas a los magos capaces de cambiar las apariencias de las cosas para mostrar la imagen más positiva. En los departamentos de publicidad y marketing siempre hay personajes mágicos como hechiceros, encantadores y fascinadores responsables de prensa y comunicación que presentan con mucho arte lo que se quiere ser en vez de lo que se es.

Esto quiere decir que en las empresas también hay un mundo lleno de magia y hechicería que no le tiene envidia al de las novelas y películas. Esa magia empresaria sirve para evadir la realidad y el trabajo diario. El reto es averiguar cuál es el tipo de magos con los que nos tropezamos y a los que tratamos día a día, conocer sus poderes y aprovecharlos a nuestro favor en la medida de lo posible.

Condensación y adaptación de un artículo de
Eduardo Rábago
Consultor senior de NB Norman Broadbent.

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