Las chicas son un mercado poderoso
Las chicas constituyen un mercado atractivo debido a sus hábitos de gasto y amor por las modas, y también porque muchas tienen el tiempo, el dinero y la curiosidad para darse el gusto.
Solamente Estados Unidos tiene 19 millones de chicas entre siete y diecisiete
años con un enorme apetito colectivo por todas las cosas nuevas y de moda.
En Japón, donde los estudiantes secundarios representan solamente cuatro
por ciento de la población, las estudiantes mujeres definen las tendencias
en todo tipo de cosas, desde juguetes hasta moda.
Las chicas (y los chicos) de hoy tienen dinero para gastar. Lo obtienen de sus
padres, porque en la mayoría de los casos trabajan ambos, y de sus abuelos.
Muchas chicas emprendedoras consiguen empleos con los que cumplen después
del horario de clases y les permiten contar con algún dinero para sus gastos.
Las chicas son capaces de lograr que una película sea un éxito o
un fracaso. “Titanic” no habría llegado a ser el suceso que fue
si las chicas no hubieran inundado los cines una y otra vez para suspirar con
Leonardo DiCaprio. Esa fanática devoción también es aprovechada
por los productores de televisión, quienes son más que felices preparando
programación para los adolescentes, que les significa recibir mucho dinero
publicitario.
Las empresas de software figuran entre las que más ganan. El programa de
Mattel Barbie Fashion Designer ayudó notablemente a que el mercado de software
para niñas subiera a US$ 63,8 millones en 1977. Ahora varias empresas están
sacando juegos de computación y productos multimedia para niñas
de siete años para arriba. Este es un mercado cuyo valor oscila entre US$
4.000 millones y US$ 6.000 millones al año.
Lego, la empresa de juguetes más grande de Europa, está invirtiendo
US$ 10 millones para fabricar casitas de muñecas con todos los accesorios
necesarios. Y las ventas de ropa y productos personales para las chicas están
generando millones de ganancias para los negocios especializados como Delia´s
Inc. Las editoriales también están ganando dinero dedicándose
a publicar títulos que se ocupan del potencial de liderazgo y la inteligencia
de las mujeres.
Solamente Estados Unidos tiene 19 millones de chicas entre siete y diecisiete
años con un enorme apetito colectivo por todas las cosas nuevas y de moda.
En Japón, donde los estudiantes secundarios representan solamente cuatro
por ciento de la población, las estudiantes mujeres definen las tendencias
en todo tipo de cosas, desde juguetes hasta moda.
Las chicas (y los chicos) de hoy tienen dinero para gastar. Lo obtienen de sus
padres, porque en la mayoría de los casos trabajan ambos, y de sus abuelos.
Muchas chicas emprendedoras consiguen empleos con los que cumplen después
del horario de clases y les permiten contar con algún dinero para sus gastos.
Las chicas son capaces de lograr que una película sea un éxito o
un fracaso. “Titanic” no habría llegado a ser el suceso que fue
si las chicas no hubieran inundado los cines una y otra vez para suspirar con
Leonardo DiCaprio. Esa fanática devoción también es aprovechada
por los productores de televisión, quienes son más que felices preparando
programación para los adolescentes, que les significa recibir mucho dinero
publicitario.
Las empresas de software figuran entre las que más ganan. El programa de
Mattel Barbie Fashion Designer ayudó notablemente a que el mercado de software
para niñas subiera a US$ 63,8 millones en 1977. Ahora varias empresas están
sacando juegos de computación y productos multimedia para niñas
de siete años para arriba. Este es un mercado cuyo valor oscila entre US$
4.000 millones y US$ 6.000 millones al año.
Lego, la empresa de juguetes más grande de Europa, está invirtiendo
US$ 10 millones para fabricar casitas de muñecas con todos los accesorios
necesarios. Y las ventas de ropa y productos personales para las chicas están
generando millones de ganancias para los negocios especializados como Delia´s
Inc. Las editoriales también están ganando dinero dedicándose
a publicar títulos que se ocupan del potencial de liderazgo y la inteligencia
de las mujeres.
