Las áreas de poder en el liderazgo

Cinco áreas de poder le permiten a todo líder concretar lo que desea. Merced a un conjunto particular de habilidades y conductas, inherentes a cada área, el líder se enfoca y consigue logros que otros no pueden imitar, dice Juan Javier Alvarez.

27 marzo, 2007

Todo subyace en la esencia misma de cada área de poder, y como verá
a continuación, llevan a la persona a través de un mágico
camino hacia la concreción de sus metas.
Permítame acompañarle en esta breve recorrida.

ÁREA DE LA PIEDRA
-Lo firme e inmutable: la determinación, la templanza y la voluntad.
La entereza de nuestras convicciones. También, nuestra parte rígida
e inflexible.

El Área de la Piedra marca el inicio de nuestro recorrido. Todo lider
se encamina hacia un propósito, hacia un objetivo a concretar. Con ello
en mente, su voluntad le abrirá camino, su temple le protegerá
cuando arrecien tormentas o imprevistos, y su firme determinación guiará
su rumbo siempre hacia adelante, hacia lo mucho por descubrir. Si estos ingredientes
de la piedra (determinación, voluntad y templanza) se asemejan al granito,
de seguro lograrán su meta. Si se parecen más a la arena, la primera
ola los disgregará irremediablemente.
Para muchos, sobre todo los que se quedan en ella sin avanzar un poco más,
el Área de la Piedra representa también la simple jefatura. No
obstante, cuando encuentra sus límites (fruto del contraste con una mejor
realidad) puede ser inicio del liderazgo. Estas personas se expresan mediante
férreos conceptos sobre cómo deben ser las cosas (pase lo que
pase), y utilizan expresiones tales como:

“Esto no se podrá lograr de otra manera”
“Aquí siempre se hicieron las cosas así”
“Jamás llegaremos a lo que hace la competencia”
O bien, “¿Para qué cambiar ahora?”

Es, para ellos, una área de conceptos estáticos que, más
por hábito que por naturaleza, les lleva a ser bastante renuentes al
cambio y a la modernización de las ideas. Muchas personas se sienten
cómodas allí, entonces… ¿para qué cambiar?, piensan.
En sus círculos y organizaciones, llevan a los demás a conocer
su rigor rápidamente.
También es el área de los prejuicios y de la negatividad, y muchas
veces, del cinismo. Nada irá bien, todo tiene un problema para muchos
de los que permanentemente están en el Área de la Piedra. No se
les escucha decir: “¡Qué oportunidad!” sino todo lo contrario:
“Miren, ¡todo se derrumbará!”
Como vimos, queda contenido en los límites del Área de la Piedra
tanto lo bueno (la determinación, la templanza y la voluntad), que
nos permitirá avanzar hacia el liderazgo, como lo malo, que nos transformará
en simples jefes que sólo ordenan.
¿Cómo flexibilizar,
entonces, el Área de la Piedra? Sencillamente, mediante un cambio de
actitud ante las cosas. Un cambio que se inicia cuando nos preguntamos si lo
que hacemos, decimos o pensamos se condice con la evolución de las ideas
y del quehacer cotidiano. ¿Vamos a favor, o a contrapelo de todo esto?

ÁREA DEL AGUA
-Lo escurridizo, inasible, pero a la vez, adaptativo y fuerte. Lo que se
acomoda a múltiples escenarios y proyectos.

El Área del Agua nos permite vislumbrar una de las facetas más
importantes del liderazgo. Dejamos atrás lo rígido porque nos
dimos cuenta que mientras nos obstinábamos en decir y hacer siempre lo
mismo, otros superaban nuestras estrategias y reaccionaban muchísimo
mejor ante los cambios. En el Área del Agua lo que prima es la adaptabilidad
ante las cosas, y con el tiempo, hacia nosotros mismos. “Flexibilidad”
es la palabra clave. Nuestra mente se torna maleable como la cera, siempre en
manos de las cambiantes directrices que gobiernan los negocios y la vida. No
obstante, el agua, en los ríos, contiene a la piedra, que bien puede
representar aquí nuestros valores, sobre los que edificamos nuestro carácter
y conducta. Los ríos trazan cursos y discurren entre infinidad de vueltas,
creando energía a la vez que remansos. Por ello, el agua simboliza la
mejor combinación de tres habilidades para el liderazgo efectivo:

. La Adaptabilidad al terreno y las circunstancias.
. La Energía para arremeter contra los obstáculos.
. La Alternancia entre lo tumultuoso y lo sereno, sin perder su esencia.

ÁREA DEL AVE
-Lo que mira más allá de las pequeñas cosas de la tierra.
Lo que remonta vuelo, se eleva y busca horizontes impensados. Lo que migra,
inclusive de continente a continente.

En el Área del Ave se aprende a mirar por encima de las cosas, a no quedarse
en un mar de detalles pequeños y por ello perder la perspectiva general.
El río, desde la perspectiva del ave, es un punto más del paisaje
que observa: están las montañas, el horizonte lejano, el bosque
y un sinfín de cosas más. El ave ve el cuadro general gracias
a que se remonta a cierta altura (ver los hechos con cierta perspectiva, no
perder el cuadro global, no quedarse en los pequeños problemas), o dicho
de otra forma, se aleja momentáneamente de los detalles. El Área
del Ave suma muchas características del agua, pero imprime su sello propio:
la perspectiva más allá del lecho del río. Por otro lado,
simboliza la migración, y esto se asocia a las ideas, a los proyectos
y a la propia vida (personal y profesional) Entonces, sus tres habilidades son:

. El desarrollo de una visión general de las cosas, evitando perderse
en un mar de detalles.
. La capacidad de cambiar de horizonte (una nueva profesión, un nuevo
proyecto, una nueva empresa)
. Por volar alto, la capacidad de aspirar a más, de no conformarse con
la tierra.

ÁREA DEL FELINO
-Todo lo ágil. El cazador. La destreza. La curiosidad. El juego.
El Área del Felino instaura una nueva dimensión a las capacidades
anteriores: la inteligencia, puesta en acción hacia la consecución
de un objetivo, utilizando todas las herramientas a su alcance. Se concibe la
vida y el resto de actividades en ella contenidas como un inmenso juego, un
juego que debe ser asumido como una serie de interminables desafíos.
Pero como juego, tiene sus reglas; se participa muchas veces en equipos para
alcanzar objetivos, y en otras ocasiones se compite y colabora a la vez. Para
ello, se cuenta con la capacidad, actitud, destreza y dominio del terreno de
cada equipo, y de sus individuos. El destino se construye paso a paso, merced
al esfuerzo diario. El felino sabe que su ventaja reside en múltiples
factores:

. Su olfato, o el resúmen de sus experiencias pasadas. Su “sensación”,
basada en hechos, de que las cosas irán bien. La capacidad de aprovechar
oportunidades que otros no perciben.
. Su oído, o la capacidad de escuchar y estar informado de lo que le
interese, de lo que le dé ventaja competitiva ante el terreno.
. Su agilidad, o la capacidad de girar ante los obstáculos, y hasta de
esquivar a los competidores que busquen cercarle a él como presa.

Otra de las cualidades del felino es su innata curiosidad. Esto le lleva a
aprender mucho de cada cosa que hace, y a investigar cada rincón de sus
dominios (o adentrarse en otros hasta ahora inexplorados) Esto último
se asocia a una productiva insatisfacción de lo ya alcanzado, que mueve
a buscar nuevos desafíos.

ÁREA DEL SER HUMANO
-El carácter. Los sueños y proyectos.
El Área del Ser Humano no se despega ni es ajena a las otras áreas
descriptas. Toma de ellas lo mejor, como criatura del universo, y le imprime
su impronta particular: el carácter, junto a los sueños y proyectos
personales.
Hombres y mujeres forjan su existencia día a día, bajo la premisa
del deber a cumplir, de la concreción de objetivos para llevar adelante
su comunidad, familia y vida personal. Se mejora constantemente al preguntarse:

-¿Qué aprendí hoy de lo que me pasó?
-Ante una circunstancia idéntica a la vivida, ¿cómo podría
responder mejor la próxima vez?
-Si debo ser el referente ante mi gente, ¿estoy a la altura de las circunstancias?
-¿Doy el ejemplo, voy siempre delante? ¿O simplemente le digo
a los demás qué hacer y me siento a esperar sus resultados, sin
ayudarles?
-¿Cuán abierto estoy a críticas o consejos de otros?
-¿Cuán dogmático me he vuelto con los años?
-¿Qué tan positivo o negativo soy con mi actitud? Pienso en los
demás, en quienes me rodean a diario, en aquellos que me miran como líder:
¿cómo les influencio con esto?

Y a través de ese proceso de mejora continua, se intenta siempre:
-Evitar juicios negativos hacia las personas o las cosas antes de conocerlas.
Quitarse de encima el cinismo y los preconceptos. Ver la vida con ojos dispuestos
a valorar todos los puntos de vista (no sólo los propios, o los acostumbrados
a seguir)

-Interrogarse y cuestionar la validez de nuestros conceptos y elementos de
juicio. ¿No será hora de cambiarlos por otros que resulten más
eficaces? Haga una lista de todo lo que considera “inamovible” en
su vida personal y profesional. Luego, coteje esta lista con la realidad circundante.
Observe si su lista se corresponde a las mejores prácticas en cada ámbito.
De no ser así, instaure cambios con rapidez.

-Dejar atrás los errores y avanzar. Dejar atrás las caídas
y avanzar. ¡Dejar atrás todo lo pasado y enfrentar el futuro!

-Olvidarse de “siempre las cosas se hicieron así” porque tal
vez hoy las cosas no deban hacerse “siempre así”. No existe
un “siempre así”. Todo puede cambiar (y de hecho lo hace a
diario) Nuestro cuerpo cambia. El mundo cambia. Nada es estático.

-Imaginar soluciones “no ortodoxas” para los problemas. Fomentar
y utilizar la creatividad de las personas y grupos de trabajo (y la de uno mismo)
Aprender que no existe “el camino único” hacia donde queremos
ir; existen decenas, o hasta centenares de caminos. Para verlos, debemos estar
con la mente abierta a nuevas formas de concebir nuestra realidad, y las soluciones
a los problemas que se presenten. Aprenda de otras profesiones. ¿Una
manera ingeniosa de resolver o encarar un tema? Adiciónela a su bagaje
de herramientas. ¿Un enfoque que siempre se choca con la misma respuesta?
Descártelo, con él no va a ningún lado. Cámbielo
urgentemente.

-Finalmente… ¡Pruebe sus ideas, ensáyelas! ¿Cómo
sabe que no van a funcionar si no las ha probado aún? Haga un ensayo
a pequeña escala, tome los recaudos que quiera, pero ponga en marcha
lo que desea liderar… ¡ahora!

Estas cinco áreas, que por su simbolismo esbocé para usted, nos
muestran aquello que deberemos pulir a diario para liderar con eficiencia.
Ahora sólo resta ponernos a trabajar.

(*) Juan Javier Alvarez
Director de liderazgosuperior.com

Autor de reconocido prestigio y experto en Liderazgo. Su reciente libro se
titula “Cómo desarrollar un liderazgo superior”. Graduado en
Dirección y Administración de Empresas (EE.UU.) Estuvo a cargo
de la gestión de unidades de negocios tanto en España como en
Latinoamérica. Entre otros puestos de relevancia, fue Director Ejecutivo.
Publica artículos y trabajos sobre su disciplina en los más importantes
medios de habla hispana, distribuidos en EE.UU., México, España,
Argentina, Chile, Perú, Costa Rica y Guatemala.

Todo subyace en la esencia misma de cada área de poder, y como verá
a continuación, llevan a la persona a través de un mágico
camino hacia la concreción de sus metas.
Permítame acompañarle en esta breve recorrida.

ÁREA DE LA PIEDRA
-Lo firme e inmutable: la determinación, la templanza y la voluntad.
La entereza de nuestras convicciones. También, nuestra parte rígida
e inflexible.

El Área de la Piedra marca el inicio de nuestro recorrido. Todo lider
se encamina hacia un propósito, hacia un objetivo a concretar. Con ello
en mente, su voluntad le abrirá camino, su temple le protegerá
cuando arrecien tormentas o imprevistos, y su firme determinación guiará
su rumbo siempre hacia adelante, hacia lo mucho por descubrir. Si estos ingredientes
de la piedra (determinación, voluntad y templanza) se asemejan al granito,
de seguro lograrán su meta. Si se parecen más a la arena, la primera
ola los disgregará irremediablemente.
Para muchos, sobre todo los que se quedan en ella sin avanzar un poco más,
el Área de la Piedra representa también la simple jefatura. No
obstante, cuando encuentra sus límites (fruto del contraste con una mejor
realidad) puede ser inicio del liderazgo. Estas personas se expresan mediante
férreos conceptos sobre cómo deben ser las cosas (pase lo que
pase), y utilizan expresiones tales como:

“Esto no se podrá lograr de otra manera”
“Aquí siempre se hicieron las cosas así”
“Jamás llegaremos a lo que hace la competencia”
O bien, “¿Para qué cambiar ahora?”

Es, para ellos, una área de conceptos estáticos que, más
por hábito que por naturaleza, les lleva a ser bastante renuentes al
cambio y a la modernización de las ideas. Muchas personas se sienten
cómodas allí, entonces… ¿para qué cambiar?, piensan.
En sus círculos y organizaciones, llevan a los demás a conocer
su rigor rápidamente.
También es el área de los prejuicios y de la negatividad, y muchas
veces, del cinismo. Nada irá bien, todo tiene un problema para muchos
de los que permanentemente están en el Área de la Piedra. No se
les escucha decir: “¡Qué oportunidad!” sino todo lo contrario:
“Miren, ¡todo se derrumbará!”
Como vimos, queda contenido en los límites del Área de la Piedra
tanto lo bueno (la determinación, la templanza y la voluntad), que
nos permitirá avanzar hacia el liderazgo, como lo malo, que nos transformará
en simples jefes que sólo ordenan.
¿Cómo flexibilizar,
entonces, el Área de la Piedra? Sencillamente, mediante un cambio de
actitud ante las cosas. Un cambio que se inicia cuando nos preguntamos si lo
que hacemos, decimos o pensamos se condice con la evolución de las ideas
y del quehacer cotidiano. ¿Vamos a favor, o a contrapelo de todo esto?

ÁREA DEL AGUA
-Lo escurridizo, inasible, pero a la vez, adaptativo y fuerte. Lo que se
acomoda a múltiples escenarios y proyectos.

El Área del Agua nos permite vislumbrar una de las facetas más
importantes del liderazgo. Dejamos atrás lo rígido porque nos
dimos cuenta que mientras nos obstinábamos en decir y hacer siempre lo
mismo, otros superaban nuestras estrategias y reaccionaban muchísimo
mejor ante los cambios. En el Área del Agua lo que prima es la adaptabilidad
ante las cosas, y con el tiempo, hacia nosotros mismos. “Flexibilidad”
es la palabra clave. Nuestra mente se torna maleable como la cera, siempre en
manos de las cambiantes directrices que gobiernan los negocios y la vida. No
obstante, el agua, en los ríos, contiene a la piedra, que bien puede
representar aquí nuestros valores, sobre los que edificamos nuestro carácter
y conducta. Los ríos trazan cursos y discurren entre infinidad de vueltas,
creando energía a la vez que remansos. Por ello, el agua simboliza la
mejor combinación de tres habilidades para el liderazgo efectivo:

. La Adaptabilidad al terreno y las circunstancias.
. La Energía para arremeter contra los obstáculos.
. La Alternancia entre lo tumultuoso y lo sereno, sin perder su esencia.

ÁREA DEL AVE
-Lo que mira más allá de las pequeñas cosas de la tierra.
Lo que remonta vuelo, se eleva y busca horizontes impensados. Lo que migra,
inclusive de continente a continente.

En el Área del Ave se aprende a mirar por encima de las cosas, a no quedarse
en un mar de detalles pequeños y por ello perder la perspectiva general.
El río, desde la perspectiva del ave, es un punto más del paisaje
que observa: están las montañas, el horizonte lejano, el bosque
y un sinfín de cosas más. El ave ve el cuadro general gracias
a que se remonta a cierta altura (ver los hechos con cierta perspectiva, no
perder el cuadro global, no quedarse en los pequeños problemas), o dicho
de otra forma, se aleja momentáneamente de los detalles. El Área
del Ave suma muchas características del agua, pero imprime su sello propio:
la perspectiva más allá del lecho del río. Por otro lado,
simboliza la migración, y esto se asocia a las ideas, a los proyectos
y a la propia vida (personal y profesional) Entonces, sus tres habilidades son:

. El desarrollo de una visión general de las cosas, evitando perderse
en un mar de detalles.
. La capacidad de cambiar de horizonte (una nueva profesión, un nuevo
proyecto, una nueva empresa)
. Por volar alto, la capacidad de aspirar a más, de no conformarse con
la tierra.

ÁREA DEL FELINO
-Todo lo ágil. El cazador. La destreza. La curiosidad. El juego.
El Área del Felino instaura una nueva dimensión a las capacidades
anteriores: la inteligencia, puesta en acción hacia la consecución
de un objetivo, utilizando todas las herramientas a su alcance. Se concibe la
vida y el resto de actividades en ella contenidas como un inmenso juego, un
juego que debe ser asumido como una serie de interminables desafíos.
Pero como juego, tiene sus reglas; se participa muchas veces en equipos para
alcanzar objetivos, y en otras ocasiones se compite y colabora a la vez. Para
ello, se cuenta con la capacidad, actitud, destreza y dominio del terreno de
cada equipo, y de sus individuos. El destino se construye paso a paso, merced
al esfuerzo diario. El felino sabe que su ventaja reside en múltiples
factores:

. Su olfato, o el resúmen de sus experiencias pasadas. Su “sensación”,
basada en hechos, de que las cosas irán bien. La capacidad de aprovechar
oportunidades que otros no perciben.
. Su oído, o la capacidad de escuchar y estar informado de lo que le
interese, de lo que le dé ventaja competitiva ante el terreno.
. Su agilidad, o la capacidad de girar ante los obstáculos, y hasta de
esquivar a los competidores que busquen cercarle a él como presa.

Otra de las cualidades del felino es su innata curiosidad. Esto le lleva a
aprender mucho de cada cosa que hace, y a investigar cada rincón de sus
dominios (o adentrarse en otros hasta ahora inexplorados) Esto último
se asocia a una productiva insatisfacción de lo ya alcanzado, que mueve
a buscar nuevos desafíos.

ÁREA DEL SER HUMANO
-El carácter. Los sueños y proyectos.
El Área del Ser Humano no se despega ni es ajena a las otras áreas
descriptas. Toma de ellas lo mejor, como criatura del universo, y le imprime
su impronta particular: el carácter, junto a los sueños y proyectos
personales.
Hombres y mujeres forjan su existencia día a día, bajo la premisa
del deber a cumplir, de la concreción de objetivos para llevar adelante
su comunidad, familia y vida personal. Se mejora constantemente al preguntarse:

-¿Qué aprendí hoy de lo que me pasó?
-Ante una circunstancia idéntica a la vivida, ¿cómo podría
responder mejor la próxima vez?
-Si debo ser el referente ante mi gente, ¿estoy a la altura de las circunstancias?
-¿Doy el ejemplo, voy siempre delante? ¿O simplemente le digo
a los demás qué hacer y me siento a esperar sus resultados, sin
ayudarles?
-¿Cuán abierto estoy a críticas o consejos de otros?
-¿Cuán dogmático me he vuelto con los años?
-¿Qué tan positivo o negativo soy con mi actitud? Pienso en los
demás, en quienes me rodean a diario, en aquellos que me miran como líder:
¿cómo les influencio con esto?

Y a través de ese proceso de mejora continua, se intenta siempre:
-Evitar juicios negativos hacia las personas o las cosas antes de conocerlas.
Quitarse de encima el cinismo y los preconceptos. Ver la vida con ojos dispuestos
a valorar todos los puntos de vista (no sólo los propios, o los acostumbrados
a seguir)

-Interrogarse y cuestionar la validez de nuestros conceptos y elementos de
juicio. ¿No será hora de cambiarlos por otros que resulten más
eficaces? Haga una lista de todo lo que considera “inamovible” en
su vida personal y profesional. Luego, coteje esta lista con la realidad circundante.
Observe si su lista se corresponde a las mejores prácticas en cada ámbito.
De no ser así, instaure cambios con rapidez.

-Dejar atrás los errores y avanzar. Dejar atrás las caídas
y avanzar. ¡Dejar atrás todo lo pasado y enfrentar el futuro!

-Olvidarse de “siempre las cosas se hicieron así” porque tal
vez hoy las cosas no deban hacerse “siempre así”. No existe
un “siempre así”. Todo puede cambiar (y de hecho lo hace a
diario) Nuestro cuerpo cambia. El mundo cambia. Nada es estático.

-Imaginar soluciones “no ortodoxas” para los problemas. Fomentar
y utilizar la creatividad de las personas y grupos de trabajo (y la de uno mismo)
Aprender que no existe “el camino único” hacia donde queremos
ir; existen decenas, o hasta centenares de caminos. Para verlos, debemos estar
con la mente abierta a nuevas formas de concebir nuestra realidad, y las soluciones
a los problemas que se presenten. Aprenda de otras profesiones. ¿Una
manera ingeniosa de resolver o encarar un tema? Adiciónela a su bagaje
de herramientas. ¿Un enfoque que siempre se choca con la misma respuesta?
Descártelo, con él no va a ningún lado. Cámbielo
urgentemente.

-Finalmente… ¡Pruebe sus ideas, ensáyelas! ¿Cómo
sabe que no van a funcionar si no las ha probado aún? Haga un ensayo
a pequeña escala, tome los recaudos que quiera, pero ponga en marcha
lo que desea liderar… ¡ahora!

Estas cinco áreas, que por su simbolismo esbocé para usted, nos
muestran aquello que deberemos pulir a diario para liderar con eficiencia.
Ahora sólo resta ponernos a trabajar.

(*) Juan Javier Alvarez
Director de liderazgosuperior.com

Autor de reconocido prestigio y experto en Liderazgo. Su reciente libro se
titula “Cómo desarrollar un liderazgo superior”. Graduado en
Dirección y Administración de Empresas (EE.UU.) Estuvo a cargo
de la gestión de unidades de negocios tanto en España como en
Latinoamérica. Entre otros puestos de relevancia, fue Director Ejecutivo.
Publica artículos y trabajos sobre su disciplina en los más importantes
medios de habla hispana, distribuidos en EE.UU., México, España,
Argentina, Chile, Perú, Costa Rica y Guatemala.

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