La separación de roles de mando no siempre arroja buenos resultados

Cuando el fundador nombra un tercero como CEO pero él retiene la presidencia del directorio, los empleados pueden interpretar su presencia como una falta de confianza en el nuevo y resistirse a respetar su voluntad como corresponde.

2 agosto, 2004

Cuando se dice que se cambia algo para mejorar las cosas y luego se da marcha
atrás con la medida, se torna difícil explicar la segunda decisión.
Eso le pasó a Charles R. Schwab, fundador de una firma de corretaje que
lleva su nombre, quien en mayo de 2003 decidió cumplir con el requisito
de separar los cargos de CEO y presidente del directorio. Dijo en aquel momento
que aceptaba como importante la visión de los reguladores sobre la conveniencia
de separar esos dos cargos de tanta responsabilidad.

Luego, el 20 de julio pasado, le pidió la renuncia al sucesión que
él mismo había elegido, David S. Pottruck, y retomó él
mismo el cargo de director ejecutivo. Hasta ahora no ha respondido a las preguntas
de la prensa sobre por qué ahora cree que es mejor para los accionistas
recombinar ambos cargos. Un vocero de la compañía sólo dijo
que las circunstancias habían cambiado.

El caso vuelve a plantear si la separación de los dos cargos implica
un verdadero cambio para bien o si sólo es un hueso para tranquilizar
a los obsesionados con mejorar el gobierno de la empresa.
En el sistema norteamericano una sola persona retiene ambos cargos, pero desde
los escándalos se impuso la separación de responsabilidades.

Robert S. Miller Jr., ejecutivo y presidente de la Federal.Mogul corporation,
cree que la separación es una medidatomada en la dirección correrta.

Cambios de este tipose prosentan por lo general como pasos sucesivos en una
transición sin tropiezos de poder empresarial pero sel subsiguiente desempeño
financiero casi nunca satisface las expectativas, dice Chuck Lucier, videpresidente
primero de Booz Allen Hamilton. En Norte América, los retornos anuales
para accionistas de empresas con cargos separados de presidente de directorio
y CEO fueron 4,1% más bajos, y en Europa, donde la partición de
cargos es norma, fueron 4,7% más bajos, según un estudio realizado
por Booz Allen Hamilton.Esos resultados prueban que la tendencia indica temor
a castigos más que confianza en el modelo, dice Lucier.

Cuando se dice que se cambia algo para mejorar las cosas y luego se da marcha
atrás con la medida, se torna difícil explicar la segunda decisión.
Eso le pasó a Charles R. Schwab, fundador de una firma de corretaje que
lleva su nombre, quien en mayo de 2003 decidió cumplir con el requisito
de separar los cargos de CEO y presidente del directorio. Dijo en aquel momento
que aceptaba como importante la visión de los reguladores sobre la conveniencia
de separar esos dos cargos de tanta responsabilidad.

Luego, el 20 de julio pasado, le pidió la renuncia al sucesión que
él mismo había elegido, David S. Pottruck, y retomó él
mismo el cargo de director ejecutivo. Hasta ahora no ha respondido a las preguntas
de la prensa sobre por qué ahora cree que es mejor para los accionistas
recombinar ambos cargos. Un vocero de la compañía sólo dijo
que las circunstancias habían cambiado.

El caso vuelve a plantear si la separación de los dos cargos implica
un verdadero cambio para bien o si sólo es un hueso para tranquilizar
a los obsesionados con mejorar el gobierno de la empresa.
En el sistema norteamericano una sola persona retiene ambos cargos, pero desde
los escándalos se impuso la separación de responsabilidades.

Robert S. Miller Jr., ejecutivo y presidente de la Federal.Mogul corporation,
cree que la separación es una medidatomada en la dirección correrta.

Cambios de este tipose prosentan por lo general como pasos sucesivos en una
transición sin tropiezos de poder empresarial pero sel subsiguiente desempeño
financiero casi nunca satisface las expectativas, dice Chuck Lucier, videpresidente
primero de Booz Allen Hamilton. En Norte América, los retornos anuales
para accionistas de empresas con cargos separados de presidente de directorio
y CEO fueron 4,1% más bajos, y en Europa, donde la partición de
cargos es norma, fueron 4,7% más bajos, según un estudio realizado
por Booz Allen Hamilton.Esos resultados prueban que la tendencia indica temor
a castigos más que confianza en el modelo, dice Lucier.

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