La necesidad de un código de ética

Toda empresa debería redactar –y dar a conocer – un código de ética con los principios fundamentales de la conducta comunitaria”.Un código que enumere, de forma incontestable, lo que la empresa permite y lo que no permite.

6 mayo, 2003

Ese código se convertiría en algo así tomo las “tablas de la ley”, cuya violación significaría romper con las normas de la comunidad y los lazos de confianza con los colegas.

Un error que cometen muchas empresas es pensar que la conducta ética es algo sobreentendido y que pautarla de antemano sería no sólo innecesario sino también fuera de lugar.

Sin embargo, cuando alguien dentro de la organización comete alguna acción que – a los ojos de la dirección y hasta de los colegas – se presenta como una “flagrante transgresión a las normas de la ética”, se siente la necesidad de que en algún lugar figuren con toda claridad las cosas que la empresa permite y las que no permite.

En esos casos ocurre lo que alguien una vez describió como un intento de cerrar el establo después de que se escaparon los caballos.

Especialistas en conducta organizacional insisten en la conveniencia de diseñar la conducta apropiada o inapropiada en un código, con intención de evitar problemas en el futuro y dar a todo el personal la clara señal de que la dirigencia no va a tolerar determinadas conductas.

Si ése es un mensaje que se envía desde el primer momento de la relación contractual de trabajo, podrían evitarse muchas de las incómodas situaciones que se producen a diario dentro de las organizaciones.

Ese código se convertiría en algo así tomo las “tablas de la ley”, cuya violación significaría romper con las normas de la comunidad y los lazos de confianza con los colegas.

Un error que cometen muchas empresas es pensar que la conducta ética es algo sobreentendido y que pautarla de antemano sería no sólo innecesario sino también fuera de lugar.

Sin embargo, cuando alguien dentro de la organización comete alguna acción que – a los ojos de la dirección y hasta de los colegas – se presenta como una “flagrante transgresión a las normas de la ética”, se siente la necesidad de que en algún lugar figuren con toda claridad las cosas que la empresa permite y las que no permite.

En esos casos ocurre lo que alguien una vez describió como un intento de cerrar el establo después de que se escaparon los caballos.

Especialistas en conducta organizacional insisten en la conveniencia de diseñar la conducta apropiada o inapropiada en un código, con intención de evitar problemas en el futuro y dar a todo el personal la clara señal de que la dirigencia no va a tolerar determinadas conductas.

Si ése es un mensaje que se envía desde el primer momento de la relación contractual de trabajo, podrían evitarse muchas de las incómodas situaciones que se producen a diario dentro de las organizaciones.

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