Hyundai puede derrumbarse tras la condena del presidente

El proceso por desfalco contra Chung Mong Ku, CEO de la firma surcoreana, se combina con una huelga sin precedentes. Todo junto atrasa la construcción de plantas y los nuevos modelos. La compañía corre severos riesgos.

27 marzo, 2007

Vapuleado en los tribunales durante dos años, igualmente Chung lo decide todo en la firma, desde salarios hasta política de exportación. Su estilo de management, por cierto, ayudó a triplicar ventas y acercarse al líder indiscutido de Asia oriental, Toyota Motor. Pero esas virtudes se convierten en pecados con Chung afrontando un año de apelaciones y una eventual temporada entre rejas.

Este factótum “es clave en cualquier decisión y el resto carece de entidad”, sostiene Park You Ki, ex jefe del sindicato que representa los 43.000 trabajadores de Hyundai Motor. “Los gerentes no sirven para nada y así se vio cuando Chung debió alejarse porque la justicia lo metió preso. Por eso, las paritarias vienen demorando dos años y ahora se desata un paro traumático”.

Casi setentón, el paterfamilias ya pasó algunos meses en la cárcel durante 2006. Más tarde, este febrero, fue hallado culpable de desfalco por más de US$ 73 millones. Lo sentenciaron a tres años y sigue libre sólo mientras la apelación esté pendiente. La primera audiencia es esta misma semana.

“Parece esas viejas películas sobre la mafia, donde el padrino maneja los negocios entre rejas”, señala Henry Seggerman, CEO de International Investment Advisers (Nueva York), que administra una cartera de US$ 170 millones donde hay papeles de Hyundai. “Espero que este desastre obligue a delegar funciones en serio, antes de que la firma se venga abajo”.

Desde principios de 2006 hasta el viernes, los títulos de la compañía perdieron casi un tercio de valor. Obviamente, porque el CEO estaba en el banquillo de los acusados. Durante el año pasado, los réditos netos cedieron 35%, contra 30% en el quinquenio 2001-5.

Vapuleado en los tribunales durante dos años, igualmente Chung lo decide todo en la firma, desde salarios hasta política de exportación. Su estilo de management, por cierto, ayudó a triplicar ventas y acercarse al líder indiscutido de Asia oriental, Toyota Motor. Pero esas virtudes se convierten en pecados con Chung afrontando un año de apelaciones y una eventual temporada entre rejas.

Este factótum “es clave en cualquier decisión y el resto carece de entidad”, sostiene Park You Ki, ex jefe del sindicato que representa los 43.000 trabajadores de Hyundai Motor. “Los gerentes no sirven para nada y así se vio cuando Chung debió alejarse porque la justicia lo metió preso. Por eso, las paritarias vienen demorando dos años y ahora se desata un paro traumático”.

Casi setentón, el paterfamilias ya pasó algunos meses en la cárcel durante 2006. Más tarde, este febrero, fue hallado culpable de desfalco por más de US$ 73 millones. Lo sentenciaron a tres años y sigue libre sólo mientras la apelación esté pendiente. La primera audiencia es esta misma semana.

“Parece esas viejas películas sobre la mafia, donde el padrino maneja los negocios entre rejas”, señala Henry Seggerman, CEO de International Investment Advisers (Nueva York), que administra una cartera de US$ 170 millones donde hay papeles de Hyundai. “Espero que este desastre obligue a delegar funciones en serio, antes de que la firma se venga abajo”.

Desde principios de 2006 hasta el viernes, los títulos de la compañía perdieron casi un tercio de valor. Obviamente, porque el CEO estaba en el banquillo de los acusados. Durante el año pasado, los réditos netos cedieron 35%, contra 30% en el quinquenio 2001-5.

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