El público vota sobre todo

En el mundo del espectáculo en Estados Unidos se ha puesto de moda pedir el voto de la gente. Pero el poder real parecen tenerlo los paneles de expertos que manipulan las candidaturas según criterios desconocidos. Actúan de intermediarios expertos.

2 febrero, 2007

Es, según dicen algunos, la democratización de las opiniones. Pero
si se observa con detenimiento las votaciones que se dan en los shows televisivos
de hoy, no queda muy claro si el poder radica en la gente que vota o en los paneles
de expertos que – en algún momento del concurso – manipulan a los candidatos.
Para la copa Super Bowl, el máximo evento en el fútbol norteamericano,
proliferan las votaciones relacionadas con el evento.

Antes del partido, tres cantantes aficionados elegidos por votantes online serán
nombrados finalistas en una contienda para actuar con Justin Timberlake en la
entrega de los premios Grammy. Durante el partido, aspirantes a redactores publicitarios
– también elegidos en concursos de votantes – verán transmitidos
los avisos que crearon para Chevrolet, Doritos y la propia National Football League.
Al finalizar el partido, la gente podrá contactarse con YouTube.com y votar
por el comercial que más le gustó durante el evento.

Inspiradas en el éxito del programa “American Idol”, y gracias
a la abierta cultura de Internet, las competencias basadas en el voto del público
están proliferando en todos los rincones del mundo del entretenimiento.
A los simpatizantes se les pide que voten sobre quién debería ganar
un contrato con un gran sello musical, o ganar la posibilidad de producir una
telenovela, o crear un video musical para un estudio cinematográfico de
Hollywood o protagonizar la reposición de “Grease” en Broadway.

Y la tendencia va todavía más allá. Proliferan, por ejemplo,
los ámbitos donde la gente puede expresarse( poner un video personal en
YouTube o chatear con video en Stickam.com); y así se está transformando
la forma en que los consumidores interactúan con los programas de televisión,
música, películas, videojuegos y otros medios de entretenimiento.

Pero mientras proliferan estos concursos, algunos críticos se preguntan
si no serán más un truco de marketing que la proliferación
de la democracia o el populismo.

“Lo que en realidad representa esto es una inteligentísima manipulación
de la cultura popular,” dijo a la prensa Dave Marsh, un veterano crítico
de rock y anfitrión del show de radio satelital Sirius. “La delegación
de poder (empowerment) se ha convertido en materia prima.”

Lo cierto es que hasta ahora, los ejecutivos del entretenimiento y los funcionarios
de las grandes cadenas no se muestran dispuestos a entregar el poder de decisión.
Por lo general un panel de jueces compuesto por conocidas figuras del sector descartan
o eligen candidatos antes o después de que los votantes opinen.

En su crítica a los concursos, Marsh dice que el mercado masivo siempre
ha sabido muy bien detectar el talento: “La multitud eligió a Elvis
Presley, la multitud eligió a los Beatles”. Pero ahora que el proceso
es filtrado por ejecutivos, dice, el resultado es actores, cantantes, etc, “olvidables,
que son elegidos porque se mantienen al margen de todo lo que sea personal o controvertido”.

Hay distintos procedimientos para votar. En American Idol”, la gente vota
cuantas veces quiere. Otras competencias están tratando de limitar el número
de votos que puede emitir una persona. En el concurso de los Grammy, los organizadores
aceptaron sólo un voto por dirección e-mail y dicen que han recibido
más de 150.000.
Invitar a la gente a que exprese su opinión “se ha convertido en una
forma de vivir”, dice Neil Portnow, presidente de la National Academy of
Recording Arts and Sciences, que organiza los Grammy Awards. Portnow explicó
que la Academia buscaba nuevas formas de conectarse con los jóvenes. Por
ese motivo organizó un concurso en el cual cualquier persona podía
enviar un video de sí misma cantando a cappella. Recibió más
de 3.000 videos. Un panel eligió a 12 y votantes online van a decidir quién
cantará con Timberlake.

Entre los mismos creadores de ese tipo de programas existen sospechas de que la
moda va a pasar porque la gente se va a hartar de votar.

Es, según dicen algunos, la democratización de las opiniones. Pero
si se observa con detenimiento las votaciones que se dan en los shows televisivos
de hoy, no queda muy claro si el poder radica en la gente que vota o en los paneles
de expertos que – en algún momento del concurso – manipulan a los candidatos.
Para la copa Super Bowl, el máximo evento en el fútbol norteamericano,
proliferan las votaciones relacionadas con el evento.

Antes del partido, tres cantantes aficionados elegidos por votantes online serán
nombrados finalistas en una contienda para actuar con Justin Timberlake en la
entrega de los premios Grammy. Durante el partido, aspirantes a redactores publicitarios
– también elegidos en concursos de votantes – verán transmitidos
los avisos que crearon para Chevrolet, Doritos y la propia National Football League.
Al finalizar el partido, la gente podrá contactarse con YouTube.com y votar
por el comercial que más le gustó durante el evento.

Inspiradas en el éxito del programa “American Idol”, y gracias
a la abierta cultura de Internet, las competencias basadas en el voto del público
están proliferando en todos los rincones del mundo del entretenimiento.
A los simpatizantes se les pide que voten sobre quién debería ganar
un contrato con un gran sello musical, o ganar la posibilidad de producir una
telenovela, o crear un video musical para un estudio cinematográfico de
Hollywood o protagonizar la reposición de “Grease” en Broadway.

Y la tendencia va todavía más allá. Proliferan, por ejemplo,
los ámbitos donde la gente puede expresarse( poner un video personal en
YouTube o chatear con video en Stickam.com); y así se está transformando
la forma en que los consumidores interactúan con los programas de televisión,
música, películas, videojuegos y otros medios de entretenimiento.

Pero mientras proliferan estos concursos, algunos críticos se preguntan
si no serán más un truco de marketing que la proliferación
de la democracia o el populismo.

“Lo que en realidad representa esto es una inteligentísima manipulación
de la cultura popular,” dijo a la prensa Dave Marsh, un veterano crítico
de rock y anfitrión del show de radio satelital Sirius. “La delegación
de poder (empowerment) se ha convertido en materia prima.”

Lo cierto es que hasta ahora, los ejecutivos del entretenimiento y los funcionarios
de las grandes cadenas no se muestran dispuestos a entregar el poder de decisión.
Por lo general un panel de jueces compuesto por conocidas figuras del sector descartan
o eligen candidatos antes o después de que los votantes opinen.

En su crítica a los concursos, Marsh dice que el mercado masivo siempre
ha sabido muy bien detectar el talento: “La multitud eligió a Elvis
Presley, la multitud eligió a los Beatles”. Pero ahora que el proceso
es filtrado por ejecutivos, dice, el resultado es actores, cantantes, etc, “olvidables,
que son elegidos porque se mantienen al margen de todo lo que sea personal o controvertido”.

Hay distintos procedimientos para votar. En American Idol”, la gente vota
cuantas veces quiere. Otras competencias están tratando de limitar el número
de votos que puede emitir una persona. En el concurso de los Grammy, los organizadores
aceptaron sólo un voto por dirección e-mail y dicen que han recibido
más de 150.000.
Invitar a la gente a que exprese su opinión “se ha convertido en una
forma de vivir”, dice Neil Portnow, presidente de la National Academy of
Recording Arts and Sciences, que organiza los Grammy Awards. Portnow explicó
que la Academia buscaba nuevas formas de conectarse con los jóvenes. Por
ese motivo organizó un concurso en el cual cualquier persona podía
enviar un video de sí misma cantando a cappella. Recibió más
de 3.000 videos. Un panel eligió a 12 y votantes online van a decidir quién
cantará con Timberlake.

Entre los mismos creadores de ese tipo de programas existen sospechas de que la
moda va a pasar porque la gente se va a hartar de votar.

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