El poder de los consumidores

Internet representa una pequeña parte del total de las ventas minoristas, pero la velocidad con la que crece es impresionante. Los usuarios son cada vez menos reservados y ganan terreno a la hora de adquirir productos en la Red.

9 febrero, 2001

En 1998 Jupiter Communications, una empresa de investigación en tecnología, informó que 10 millones de personas en Estados Unidos había comprado algo en la Web en 1997, y que calculaba que para fines de 1998 lo habrían hecho 17 millones de consumidores. Dos años antes la cifra era prácticamente cero.

En 1996, sólo 4% de los estadounidenses decían usar Internet todos los días. Hoy, la cifra es de 25%, según el Pew Research Center.

La mayoría de los usuarios se conectan desde el trabajo, pero muchos se conectan desde su hogar. Además, la preocupación por la seguridad es cada vez menor. No es que no haya riesgo, pero la gente se da cuenta de que dar la información en Internet es más o menos lo mismo que darla por teléfono o en un formulario extraído de un catálogo que luego se envía por correo o por fax. Simultáneamente, los e-tailers (vendedores en Internet) han creado sitios seguros para las transacciones que ayudan a aliviar las dudas.

En la economía de subastas del futuro no existirá el precio fijo. Uno de los cambios más significativos que traerá Internet como avenida del comercio es que el mundo futuro del e-commerce dejará de existir el precio fijo. El caso lo ilustra bien e-Bay. Es uno de los emprendimientos más exitosos de Internet hasta la fecha, que dice tener más de 900.000 productos en venta en 1.086 categorías. Unos 140 millones de navegantes visitan e-Bay todos los días y los interesados ofertan por los productos; es una casa de remates online.

Otra aventura en Internet, Priceline.com, remata pasajes de avión, hipotecas inmobiliarias, autos y otros productos grandes. Los viajeros ponen el precio que están dispuestos a pagar por un asiento. Si una compañía aérea acepta la oferta, el viajero está obligado a comprar el pasaje. Hay remates online para productos de almacén, vaqueros, artículos de ferretería, servicios públicos y demás. Si un artículo se puede comprar y vender, también se puede rematar. Otro emprendimiento en Internet, energymarket.com, permite que los proveedores de gas natural (y pronto también electricidad) compitan por los grandes usuarios corporativos. En los próximos meses, los usuarios residenciales tendrán la misma oportunidad de elegir los proveedores de servicios.

En la década de los ´80 había una frase muy popular que decía: ” Es software, tonto”, que quería decir que las verdaderas ganancias estaban en el software de computación, no en el hardware. No es lo que uno vende, es cómo lo vende. Así, una frase comparable para el año 2000 y después sería, “Es el modelo de negocios, tonto”.

Los modelos de negocios vienen y van. Cada vez que cambia el modelo, aparecen nuevos líderes y los viejos desaparecen por el fondo. Algunos modelos de negocios desaparecen, peor muchos quedan.

En el comercio minorista, los negocios de la “calle comercial” perdieron terreno ante los centros comerciales suburbanos, que a su vez dieron paso a las supertiendas, que perdieron ante las cibertiendas.

Aunque nadie sabe quiénes van a ser los ciberjugadores, podemos apostar que ya están en Internet, y navegando hacia un territorio todavía sin lotear.

En la economía del remate puede haber, y habrá, muchos ganadores, pero el principal ganador será el consumidor.

En 1998 Jupiter Communications, una empresa de investigación en tecnología, informó que 10 millones de personas en Estados Unidos había comprado algo en la Web en 1997, y que calculaba que para fines de 1998 lo habrían hecho 17 millones de consumidores. Dos años antes la cifra era prácticamente cero.

En 1996, sólo 4% de los estadounidenses decían usar Internet todos los días. Hoy, la cifra es de 25%, según el Pew Research Center.

La mayoría de los usuarios se conectan desde el trabajo, pero muchos se conectan desde su hogar. Además, la preocupación por la seguridad es cada vez menor. No es que no haya riesgo, pero la gente se da cuenta de que dar la información en Internet es más o menos lo mismo que darla por teléfono o en un formulario extraído de un catálogo que luego se envía por correo o por fax. Simultáneamente, los e-tailers (vendedores en Internet) han creado sitios seguros para las transacciones que ayudan a aliviar las dudas.

En la economía de subastas del futuro no existirá el precio fijo. Uno de los cambios más significativos que traerá Internet como avenida del comercio es que el mundo futuro del e-commerce dejará de existir el precio fijo. El caso lo ilustra bien e-Bay. Es uno de los emprendimientos más exitosos de Internet hasta la fecha, que dice tener más de 900.000 productos en venta en 1.086 categorías. Unos 140 millones de navegantes visitan e-Bay todos los días y los interesados ofertan por los productos; es una casa de remates online.

Otra aventura en Internet, Priceline.com, remata pasajes de avión, hipotecas inmobiliarias, autos y otros productos grandes. Los viajeros ponen el precio que están dispuestos a pagar por un asiento. Si una compañía aérea acepta la oferta, el viajero está obligado a comprar el pasaje. Hay remates online para productos de almacén, vaqueros, artículos de ferretería, servicios públicos y demás. Si un artículo se puede comprar y vender, también se puede rematar. Otro emprendimiento en Internet, energymarket.com, permite que los proveedores de gas natural (y pronto también electricidad) compitan por los grandes usuarios corporativos. En los próximos meses, los usuarios residenciales tendrán la misma oportunidad de elegir los proveedores de servicios.

En la década de los ´80 había una frase muy popular que decía: ” Es software, tonto”, que quería decir que las verdaderas ganancias estaban en el software de computación, no en el hardware. No es lo que uno vende, es cómo lo vende. Así, una frase comparable para el año 2000 y después sería, “Es el modelo de negocios, tonto”.

Los modelos de negocios vienen y van. Cada vez que cambia el modelo, aparecen nuevos líderes y los viejos desaparecen por el fondo. Algunos modelos de negocios desaparecen, peor muchos quedan.

En el comercio minorista, los negocios de la “calle comercial” perdieron terreno ante los centros comerciales suburbanos, que a su vez dieron paso a las supertiendas, que perdieron ante las cibertiendas.

Aunque nadie sabe quiénes van a ser los ciberjugadores, podemos apostar que ya están en Internet, y navegando hacia un territorio todavía sin lotear.

En la economía del remate puede haber, y habrá, muchos ganadores, pero el principal ganador será el consumidor.

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