El líder debe poner pasión
David S. Pottruck, presidente de Charles Schwab Corporation, y Terry Pearce, presidente de Leadership Communication, acaban de publicar un libro que revela los elementos para lograr un éxito de alto vuelo.
Frente a un mundo apremiante, las empresas incorporan el concepto de lo electrónico a todo lo que hacen.
Sin embargo, la clave del éxito reside en el mundo exterior, o sea el mundo off line.
Gracias a la fascinación de los autores por la cultura, el liderazgo personal y la transformación de las prácticas comerciales, este libro ayudará a líderes, empleados, inversores y clientes a beneficiarse en esta economía, abundante en oportunidades y participación.
Hará hincapié en el coraje para desarrollar un liderazgo apasionado, necesario en el ámbito corporativo de hoy en día. En otras palabras, producirá un aporte significativo.
La nueva economía genera cambios a gran velocidad, para lo cual se requiere una dirección extraordinaria.
Según indican los autores, este libro es una suerte de brújula que sirve para navegar la inevitable travesía que supone el comercio electrónico.
Además, proporciona una serie excelente de estudios de caso sobre la evolución de exitosas empresas on line y off line.
En Clicks and Mortar (Jossey-Bass Inc., US$ 26), un líder influyente y un consultor talentoso ofrecen sugerencias prácticas sobre cómo armar una cultura corporativa que una el espíritu y la habilidad de la gente con las maravillas de la nueva tecnología para así lograr una combinación de negocios ganadora.
Dada la diversidad que se suma día a día al lugar de trabajo, es fundamental que la empresa incorpore esa variedad y la utilice para fortalecer la cultura corporativa.
Este libro ayudará a descubrir las responsabilidades especiales y la falta de privacidad que resultan de ser un líder.
Además, revelará un marketing cibernético personalizado y diseñado a partir de las necesidades del cliente.
En el mundo de negocios que gira alrededor de Internet, en el que la velocidad y la innovación constante son elementos esenciales para competir, la cultura empresaria resulta una ventaja competitiva esencial.
Claro que el entorno comercial actual difiere, en gran medida, del de hace unas décadas; los avances tecnológicos crearon mercados globales y la necesidad permanente de innovar, con lo cual se terminaron los puestos de trabajo a largo plazo.
Cuando las empresas despedían a un sinnúmero de empleados en la década de 1980 y 1990, la relación empleado-empleador cambió radicalmente.
Así, la predisposición al cambio y a la renovación parece formar parte de las características de quienes aspiran a un nuevo puesto de trabajo.
Con la falta actual de lealtad, el gran desafío de la empresa de hoy es generar un entorno que inspire compromiso, fidelidad; los valores, el lenguaje y el accionar de la empresa son la clave para fomentar lealtad, pasión y crecimiento en la era de Internet.
La cultura corporativa que refuerce estas necesidades y deseos humanos básicos estará preparada y lista para competir en este nuevo terreno.
Algunos consultores apuntan al estímulo que genera el hecho de trabajar junto a personas con formación y educación diferentes, que aportan perspectivas variadas al objetivo de la empresa.
La diversidad en el ámbito laboral estimula el crecimiento social, económico, intelectual y emocional y, además, ayuda a que la organización comprenda el lugar que ocupa en la comunidad global.
Asimismo, la globalización e Internet han creado un entorno estrictamente competitivo y ajeno a las diferencias que crean prejuicios, como el sexo, la edad, la etnología y la raza.
Por eso, la empresa actual debería adoptar diversidad y ofrecer un lugar en el que cada persona que comparta los valores fundamentales de la empresa, cualquiera que sea su edad, sexo, raza u orientación sexual, sea productivo y se sienta parte integral de la organización.
Para llevar a cabo esta estrategia de inclusión, no hay que modificar los valores fundamentales de la empresa, pero sí abrir las puertas a todo aquel que crea en la misión de la compañía.
Los líderes efectivos cuentan con características similares; son responsables, muestran entereza y generosidad de espíritu, se caracterizan por la visión de futuro, la competencia, la inspiración y la honestidad.
Para ser uno de ellos, los autores recomiendan, dedicar tiempo a explorar los valores personales, revisar la conducta y las decisiones personales y empresariales del último año, y evaluarlas respecto de dichos valores, imitar los rasgos de aquellos en los que confía, consultar a pares y superiores para saber si las acciones concuerdan con las palabras, prestar atención a las respuestas negativas y, por último, dstinar tiempo a hablar con el personal de distintos niveles, pedir su opinión y decir lo mucho que aprecia su contribución a la empresa.
En resumidas cuentas, entramos en la era de la comunicación, no en la era de la informática.
Según consignan Pottruck y Pearce en este libro, la mayor tarea de la empresa del siglo XXI consiste en ofrecer información útil y significativa a los clientes, entablar conversaciones de doble vía y participar en un intercambio de ideas.
Frente a un mundo apremiante, las empresas incorporan el concepto de lo electrónico a todo lo que hacen.
Sin embargo, la clave del éxito reside en el mundo exterior, o sea el mundo off line.
Gracias a la fascinación de los autores por la cultura, el liderazgo personal y la transformación de las prácticas comerciales, este libro ayudará a líderes, empleados, inversores y clientes a beneficiarse en esta economía, abundante en oportunidades y participación.
Hará hincapié en el coraje para desarrollar un liderazgo apasionado, necesario en el ámbito corporativo de hoy en día. En otras palabras, producirá un aporte significativo.
La nueva economía genera cambios a gran velocidad, para lo cual se requiere una dirección extraordinaria.
Según indican los autores, este libro es una suerte de brújula que sirve para navegar la inevitable travesía que supone el comercio electrónico.
Además, proporciona una serie excelente de estudios de caso sobre la evolución de exitosas empresas on line y off line.
En Clicks and Mortar (Jossey-Bass Inc., US$ 26), un líder influyente y un consultor talentoso ofrecen sugerencias prácticas sobre cómo armar una cultura corporativa que una el espíritu y la habilidad de la gente con las maravillas de la nueva tecnología para así lograr una combinación de negocios ganadora.
Dada la diversidad que se suma día a día al lugar de trabajo, es fundamental que la empresa incorpore esa variedad y la utilice para fortalecer la cultura corporativa.
Este libro ayudará a descubrir las responsabilidades especiales y la falta de privacidad que resultan de ser un líder.
Además, revelará un marketing cibernético personalizado y diseñado a partir de las necesidades del cliente.
En el mundo de negocios que gira alrededor de Internet, en el que la velocidad y la innovación constante son elementos esenciales para competir, la cultura empresaria resulta una ventaja competitiva esencial.
Claro que el entorno comercial actual difiere, en gran medida, del de hace unas décadas; los avances tecnológicos crearon mercados globales y la necesidad permanente de innovar, con lo cual se terminaron los puestos de trabajo a largo plazo.
Cuando las empresas despedían a un sinnúmero de empleados en la década de 1980 y 1990, la relación empleado-empleador cambió radicalmente.
Así, la predisposición al cambio y a la renovación parece formar parte de las características de quienes aspiran a un nuevo puesto de trabajo.
Con la falta actual de lealtad, el gran desafío de la empresa de hoy es generar un entorno que inspire compromiso, fidelidad; los valores, el lenguaje y el accionar de la empresa son la clave para fomentar lealtad, pasión y crecimiento en la era de Internet.
La cultura corporativa que refuerce estas necesidades y deseos humanos básicos estará preparada y lista para competir en este nuevo terreno.
Algunos consultores apuntan al estímulo que genera el hecho de trabajar junto a personas con formación y educación diferentes, que aportan perspectivas variadas al objetivo de la empresa.
La diversidad en el ámbito laboral estimula el crecimiento social, económico, intelectual y emocional y, además, ayuda a que la organización comprenda el lugar que ocupa en la comunidad global.
Asimismo, la globalización e Internet han creado un entorno estrictamente competitivo y ajeno a las diferencias que crean prejuicios, como el sexo, la edad, la etnología y la raza.
Por eso, la empresa actual debería adoptar diversidad y ofrecer un lugar en el que cada persona que comparta los valores fundamentales de la empresa, cualquiera que sea su edad, sexo, raza u orientación sexual, sea productivo y se sienta parte integral de la organización.
Para llevar a cabo esta estrategia de inclusión, no hay que modificar los valores fundamentales de la empresa, pero sí abrir las puertas a todo aquel que crea en la misión de la compañía.
Los líderes efectivos cuentan con características similares; son responsables, muestran entereza y generosidad de espíritu, se caracterizan por la visión de futuro, la competencia, la inspiración y la honestidad.
Para ser uno de ellos, los autores recomiendan, dedicar tiempo a explorar los valores personales, revisar la conducta y las decisiones personales y empresariales del último año, y evaluarlas respecto de dichos valores, imitar los rasgos de aquellos en los que confía, consultar a pares y superiores para saber si las acciones concuerdan con las palabras, prestar atención a las respuestas negativas y, por último, dstinar tiempo a hablar con el personal de distintos niveles, pedir su opinión y decir lo mucho que aprecia su contribución a la empresa.
En resumidas cuentas, entramos en la era de la comunicación, no en la era de la informática.
Según consignan Pottruck y Pearce en este libro, la mayor tarea de la empresa del siglo XXI consiste en ofrecer información útil y significativa a los clientes, entablar conversaciones de doble vía y participar en un intercambio de ideas.
