El debate sobre reforma del gobierno empresarial
Durante un seminario organizado por el Wharton College se debatió la reforma de la empresa, qué se reforma y cómo para restaurar la confianza de la gente después de tantos escándalos empresariales.
Con leyes no alcanza
Lo que ha hecho hasta ahora el gobierno de EE.UU. para impedir nuevos Enron
es reformar las prácticas contables y de auditoría; pero hacia delante
la reforma tendrá que ir más allá y encarar la cuestión
más profunda del gobierno de las empresas.
Si los escándalos hubieran sido uno, dos o tres podrían atribuirse
a unos pocos contadores renegados y alguno que otro CEO inescrupuloso. Pero fueron
muchos, uno tras otro y uno más grave que el anterior; lo que evidencian
es un fenómeno sistémico, opinó el especialista John Paul
Macduffie.
La tentación lógica es recurrir a una ley que fije límites
más estrictos y sentir que se arregló el problema. Ésa es
una solución de patas cortas. Ciertamente con nuevas leyes y reglamentaciones
se puede introducir un cambio benefactor, pero a ese cambio "desde afuera"
debe sumársele otro cambio "desde adentro".Los estudios empresariales
y la capacitación in -company deben poner mucho más énfasis
que antes en el respeto a los principios éticos.
Los escándalos empresariales han dañado la fe en las virtudes
del sistema y los mecanismos institucionales que lo sostiene. Reparar el daño
demandará creatividad, sentido común, buena voluntad y paciencia,
cerró Macduffie.
La transparencia como problema
Para Franklin Allen, codirector del centro de instituciones financieras, los
escándalos han consumido al negocio financiero en un momento en que la
economía está débil. Enmendar el gobierno de las empresas
es la urgencia número uno del momento para el sector.
Pero el debate sobre la reforma del gobierno empresarial parte de premisas que
no necesariamente son verdaderas. Por ejemplo, algo que se da por sentado es
que la transparencia es algo bueno. Muchas veces eso es así, pero en
determinadas circunstancias, no lo es.
Por ejemplo, si una empresa que cotiza en bolsa da información con demasiada
frecuencia, a veces la información mostrará acontecimientos positivos
y otras veces la noticia será negativa. Con cada comunicado las acciones
subirán o caerán, y así crearán volatilidad y riesgo
para los accionistas que podrían tener que vender en un período
de baja. Si, en cambio, los anuncios son menos frecuentes, la empresa tendrá
oportunidad de nivelar un poco sus días buenos y malos.
Allen cuestionó también el convencimiento de que hay que vigilar
a los ejecutivos que ganan mucho dinero poniendo más miembros independientes
en el directorio. Para demostrar esto puso como ejemplo a Toyota, considerada
como una de las empresas mejor manejadas del mundo. En Toyota los ejecutivos
ganan muchísimo menos que en las empresas de Estados Unidos y el enorme
directorio (60 miembros) incluye solamente una persona de afuera.
El departamento contable
El alemán Gunther Gebhardt, profesor universitario en Alemania, mencionó
lo que considera un aspecto importante de la reforma que todavía no ha
sido tomado en cuenta en Estados Unidos. En la tradición empresaria europea
y especialmente en la alemana, el contador jefe actúa como la "buena
conciencia" de la empresa. Tradicionalmente, cuando la gerencia quería
hacer una transacción tenía que justificar el plan ante el contador
jefe. Hoy, sin embargo, parece que la responsabilidad ha saltado a otra parte.
La gerencia lleva la transacción que quiere que se haga y el contador
debe llevarla a cabo, adecuando si es necesario la reglas para eso.
A su juicio, los escándalos en Estados Unidos han prestado mucha atención
al rol de los auditores y muy poca al de los contadores internos aunque son
éstos lo que preparan las presentaciones para los auditores. "El
auditor sólo tiene acceso a lo que la gerencia permite. Debemos pensar
más en los incentivos para contadores de empresas, o en los desincentivos,
para que corran los riesgos de preparar las presentaciones., dijo.
Con leyes no alcanza
Lo que ha hecho hasta ahora el gobierno de EE.UU. para impedir nuevos Enron
es reformar las prácticas contables y de auditoría; pero hacia delante
la reforma tendrá que ir más allá y encarar la cuestión
más profunda del gobierno de las empresas.
Si los escándalos hubieran sido uno, dos o tres podrían atribuirse
a unos pocos contadores renegados y alguno que otro CEO inescrupuloso. Pero fueron
muchos, uno tras otro y uno más grave que el anterior; lo que evidencian
es un fenómeno sistémico, opinó el especialista John Paul
Macduffie.
La tentación lógica es recurrir a una ley que fije límites
más estrictos y sentir que se arregló el problema. Ésa es
una solución de patas cortas. Ciertamente con nuevas leyes y reglamentaciones
se puede introducir un cambio benefactor, pero a ese cambio "desde afuera"
debe sumársele otro cambio "desde adentro".Los estudios empresariales
y la capacitación in -company deben poner mucho más énfasis
que antes en el respeto a los principios éticos.
Los escándalos empresariales han dañado la fe en las virtudes
del sistema y los mecanismos institucionales que lo sostiene. Reparar el daño
demandará creatividad, sentido común, buena voluntad y paciencia,
cerró Macduffie.
La transparencia como problema
Para Franklin Allen, codirector del centro de instituciones financieras, los
escándalos han consumido al negocio financiero en un momento en que la
economía está débil. Enmendar el gobierno de las empresas
es la urgencia número uno del momento para el sector.
Pero el debate sobre la reforma del gobierno empresarial parte de premisas que
no necesariamente son verdaderas. Por ejemplo, algo que se da por sentado es
que la transparencia es algo bueno. Muchas veces eso es así, pero en
determinadas circunstancias, no lo es.
Por ejemplo, si una empresa que cotiza en bolsa da información con demasiada
frecuencia, a veces la información mostrará acontecimientos positivos
y otras veces la noticia será negativa. Con cada comunicado las acciones
subirán o caerán, y así crearán volatilidad y riesgo
para los accionistas que podrían tener que vender en un período
de baja. Si, en cambio, los anuncios son menos frecuentes, la empresa tendrá
oportunidad de nivelar un poco sus días buenos y malos.
Allen cuestionó también el convencimiento de que hay que vigilar
a los ejecutivos que ganan mucho dinero poniendo más miembros independientes
en el directorio. Para demostrar esto puso como ejemplo a Toyota, considerada
como una de las empresas mejor manejadas del mundo. En Toyota los ejecutivos
ganan muchísimo menos que en las empresas de Estados Unidos y el enorme
directorio (60 miembros) incluye solamente una persona de afuera.
El departamento contable
El alemán Gunther Gebhardt, profesor universitario en Alemania, mencionó
lo que considera un aspecto importante de la reforma que todavía no ha
sido tomado en cuenta en Estados Unidos. En la tradición empresaria europea
y especialmente en la alemana, el contador jefe actúa como la "buena
conciencia" de la empresa. Tradicionalmente, cuando la gerencia quería
hacer una transacción tenía que justificar el plan ante el contador
jefe. Hoy, sin embargo, parece que la responsabilidad ha saltado a otra parte.
La gerencia lleva la transacción que quiere que se haga y el contador
debe llevarla a cabo, adecuando si es necesario la reglas para eso.
A su juicio, los escándalos en Estados Unidos han prestado mucha atención
al rol de los auditores y muy poca al de los contadores internos aunque son
éstos lo que preparan las presentaciones para los auditores. "El
auditor sólo tiene acceso a lo que la gerencia permite. Debemos pensar
más en los incentivos para contadores de empresas, o en los desincentivos,
para que corran los riesgos de preparar las presentaciones., dijo.
