De gustibus non est disputandum

La decisión de los jueces de uno de los jurados de Cannes 2002 de premiar piezas publicitarias de contenido provocador renovó una vieja polémica entre los expertos: cuáles deben ser las normas que rigen la publicidad.

28 agosto, 2002

En opinión del analista publicitario del New York Times, Kirk
Carr, el festival que tuvo lugar en Cannes en junio de este año, — el
International Advertising Festival — fue un éxito financiero
pero un desastre para la comunidad publicitaria y para la economía que
depende de la publicidad como gran lubricante económico.

Los avisos ganadores – de Saatchi & Saatchi (Publicis Groupe),
presentan modelos que vulgarmente hacen la mímica de actos sexuales,
algunos hasta de manera bestial. “Que los jueces hayan decidido premiarlos
como lo mejor que la publicidad tiene para ofrecer al público, es un
insulto para la comunidad publicitaria mundial. Esos galardones seguramente
acelerarán la espiral descendente de buen gusto que sólo consigue
el alejamiento del público y reduce la receptividad para toda la publicidad”,
opina el experto.

En 2001, Keith Reinhard, presidente del directorio de DDB Worldwide
explicó – en un discurso que tituló “De gustibus non est
disputandum
” (sobre gustos no hay nada escrito) que el jurado que él
había presidido en Cannes, había descalificado un aviso muy elogiado
en el medio, a causa de su contenido ofensivo. Reinhard recordó en esa
oportunidad el código de la American Association of Advertising Agencies
con relación a contenido “ofensivo para la decencia pública”.
Invitó, además, a todos los jueces de competencias publicitarias
a descalificar trabajos que violen las normas de la industria, y propuso cinco
puntos para guiar la evaluación de los trabajos.

Los jueces de Cannes 2002 (gráfica y posters) ignoraron sus recomendaciones.

En opinión del analista publicitario del New York Times, Kirk
Carr, el festival que tuvo lugar en Cannes en junio de este año, — el
International Advertising Festival — fue un éxito financiero
pero un desastre para la comunidad publicitaria y para la economía que
depende de la publicidad como gran lubricante económico.

Los avisos ganadores – de Saatchi & Saatchi (Publicis Groupe),
presentan modelos que vulgarmente hacen la mímica de actos sexuales,
algunos hasta de manera bestial. “Que los jueces hayan decidido premiarlos
como lo mejor que la publicidad tiene para ofrecer al público, es un
insulto para la comunidad publicitaria mundial. Esos galardones seguramente
acelerarán la espiral descendente de buen gusto que sólo consigue
el alejamiento del público y reduce la receptividad para toda la publicidad”,
opina el experto.

En 2001, Keith Reinhard, presidente del directorio de DDB Worldwide
explicó – en un discurso que tituló “De gustibus non est
disputandum
” (sobre gustos no hay nada escrito) que el jurado que él
había presidido en Cannes, había descalificado un aviso muy elogiado
en el medio, a causa de su contenido ofensivo. Reinhard recordó en esa
oportunidad el código de la American Association of Advertising Agencies
con relación a contenido “ofensivo para la decencia pública”.
Invitó, además, a todos los jueces de competencias publicitarias
a descalificar trabajos que violen las normas de la industria, y propuso cinco
puntos para guiar la evaluación de los trabajos.

Los jueces de Cannes 2002 (gráfica y posters) ignoraron sus recomendaciones.

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