Cinco formas de eliminar la incompetencia

La incompetencia es una epidemia: los chicos salen del colegio escribiendo con faltas de ortografía, los empresarios creen que pueden contrariar leyes macroeconómicas y luego disimular los resultados y la vida diaria nos provee de incontables muestras de incompetencia.

22 junio, 2009

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Pero las ra&iacute;ces de la incompetencia se pueden identificar, y quien lo haga le estar&aacute; haciendo un favor a la organizaci&oacute;n y a los empleados simult&aacute;neamente. <br />
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<em>Posibles causales:<br />
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</em>1. Usar solamente n&uacute;meros para medir desempe&ntilde;o. <br />
Si una empresa mide el &eacute;xito seg&uacute;n n&uacute;mero de ventas y, por ende, en las llamadas diarias que se realizan para aumentarlas, lo que puede ocurrir es que hagan llamadas aunque sepan que no van a dar frutos. Una trampa para aumentar el n&uacute;mero aparente de intentos. La consecuencia de la evaluaci&oacute;n diaria, entonces, motivaba trampas y no mejoraba los resultados. Si en vez de medir cantidad se tuviera en cuenta la calidad la evaluaci&oacute;n ser&iacute;a inspiradora. <br />
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2. Exigir mucho a poca gente <br />
Demasiado trabajo sobre slos hombros de una sola persona la vuelve incompetente. Las empresas deben recordar que hasta el m&aacute;s competente de sus mismbros puede solo con un departamento completo. <br />
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3. Esperar demasiado, demasiado pronto. <br />
Esto vale tanto para jefes como para empleados. Ambas partes esperan desempe&ntilde;o instant&aacute;neo y, si eso no ocurre, se difunde el desencanto y los empleados se desilusionan. Desde gerentes que suponen que los empleados deben saberlo todo se impacientan cuando deben contestar demasiadas preguntas; esos mismos que esperaron milatros de sus nuevos empleados se vuelven sombr&iacute;os cuando el progreso es lento. Comienza entonces un quiebre en la comunicaci&oacute;n. <br />
La solucion est&aacute; en fijar objetivos escalables de desempe&ntilde;o. <br />
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4. Dar mayor importancia a la parte social que al desempe&ntilde;o. Muchas organizaciones ven afectada la calidad del trabajo debido a que los empleados sienten que sus avances laborales son menos importantes que las relaciones sociales dentro de la compa&ntilde;&iacute;a.</p>
<p>5. Aceptar la mediocridad. Puede ocurrir que una persona muy prometedora llegue a una compa&ntilde;&iacute;a y encuentre a sus compa&ntilde;eros perdiendo el tiempo en Facebook; se ve rodeado de un clima de poco trabajo y poca evaluaci&oacute;n por parte de los superiores. La conclusi&oacute;n l&oacute;gica puede ser que pronto esa persona sea una m&aacute;s del grupo que se divierte en Facebook. Para evitarlo hay que crear un clima de urgencia y responsabilidad en el &aacute;mbito del trabajo.</p>
<p>Como en muchos otros aspectos de la vida, los fracasos de las compa&ntilde;&iacute;as se deben frecuentemente a detalles internos que nadie se preocup&oacute; por evaluar y a quien nadie prest&oacute; la m&aacute;s m&iacute;nima importancia.</p>
<p>Los directivos tienen la obligaci&oacute;n de hacer frente a este tipo de situaciones, evaluar las rutinas de trabajo de sus empresas y generar pr&aacute;cticas sanas y sostenibles que eliminen la incompetencia y permitan obtener los mejores resultados a partir del m&aacute;ximo potencial de los integrantes de la organizaci&oacute;n. <br />
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