Crisis en Italia: Montezemolo y el manifiesto de Siena

El presidente de la Confederazione Nazionale dell’Industria y Fiat plantea la necesidad de un gobierno transicional para reformar la constitución. Luca Cordero Montezemolo teme que Silvio Berlusconi vuelva a apoderarse del gobierno.

28 enero, 2008

Al igual que Giorgio Napolitano, presidente de la república, sospecha que un llamado temprano a elecciones favorecerá a la alianza entre neofascismo (Casa delle libertà) y separatismo norteño. En lo que la prensa define ya como “manifiesta de Siena”, Montezemolo plantea “una reforma electoral necesaria para que los ciudadanos elijan directamente y se limite a los micropartidos facultades de veto”.

Se refiere a un anacronismo creado en 1947 para impedir que el entonces poderoso partido Comunista les ganasen comicios a los democristianos, “caballos del comisario” para Estados Unidos y el plan Marshall. Ahora la cosan han cambiado y dan lugar a “espectáculos tan indignos como el del senado. Este bicamarismo perfecto -sostiene Montezemolo- paraliza Italia”.

Por supuesto, el jefe de Confidustria tiene su propio proyecto político. De corte liberal, europeísta, pretende laudar entre un centroizquierda conventillero y una derecha afín a la “carta del lavoro”(1924). Pero las presiones de Berlusconi –copia italiana de Carlos Mènem y su corte de los milagros- crecen y son apoyadas por otro dislate populista, el separatismo del norte.

Al igual que Giorgio Napolitano, presidente de la república, sospecha que un llamado temprano a elecciones favorecerá a la alianza entre neofascismo (Casa delle libertà) y separatismo norteño. En lo que la prensa define ya como “manifiesta de Siena”, Montezemolo plantea “una reforma electoral necesaria para que los ciudadanos elijan directamente y se limite a los micropartidos facultades de veto”.

Se refiere a un anacronismo creado en 1947 para impedir que el entonces poderoso partido Comunista les ganasen comicios a los democristianos, “caballos del comisario” para Estados Unidos y el plan Marshall. Ahora la cosan han cambiado y dan lugar a “espectáculos tan indignos como el del senado. Este bicamarismo perfecto -sostiene Montezemolo- paraliza Italia”.

Por supuesto, el jefe de Confidustria tiene su propio proyecto político. De corte liberal, europeísta, pretende laudar entre un centroizquierda conventillero y una derecha afín a la “carta del lavoro”(1924). Pero las presiones de Berlusconi –copia italiana de Carlos Mènem y su corte de los milagros- crecen y son apoyadas por otro dislate populista, el separatismo del norte.

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