Advertencia: el éxito es una vulnerabilidad

Bob Herbold, ex director operativo de Microsoft asegura que el éxito genera nueve trampas para las empresas. “Al alcanzar cierto nivel de éxito, las empresas tienden a perder su sentido de urgencia,” dice el ejecutivo de INSEAD.

6 agosto, 2007

En opinión del especialista, muchas empresas se equivocan cuando creen que han encontrado el secreto que las llevará al éxito permanente. Poco saben que al convertir sus anteriores prácticas exitosas en prácticas heredadas que repiten una y otra vez,, están colocándose en una posición muy desventajosa.

En su nuevo libro “Seduced by Success; How the Best Companies Survive the 9 Traps of Winning,” Herbold analiza a 44 empresas de todo el mundo para ilustrar lo que llama las nueve trampas del éxito.

Cita, por ejemplo, a Eastman Kodak Co, una empresa tan ligada a la fotografía impresa que se perdió la revolución de la cámara digital. También a Dell, que dominó el negocio de las computadoras durante años pero subestimó la competencia de nuevos y poderosos rivales.

Lo que hay que hacer, insiste Herbold, es moverse constantemente, evolucionar, mejorar e innovar. Todo eso ocurre por la falta de urgencia, pensar que porque uno es exitoso no va a tener más problemas. Las trampas que vienen con el éxito, son nueve:

1. Descuido: apegarse al modelo de negocios de ayer.
2. Orgullo: permitir que los productos queden viejos.
3. Aburrimiento: Aferrarse a la misma campaña de marca aun cuando se haya vuelto aburrida y vieja.
4. Complejidad: No prestar atención a los procesos de negocios cuando se vuelven pesados y complicados.
5. Empastamiento: Racionalizar la pérdida de velocidad y agilidad.
6. Mediocridad: Tolerar el desempeño pobre y permitir que los mejores empleados se achanchen.
7. Letargo: Dejarse adormecer en una cultura de comodidad y confianza.
8. Timidez: Evitar las guerras y la pelea interna.

Si usted cree que lo tiene todo calculado, cuidado

“La lección más importante que nos deja Apple es que la historia nunca se acaba. Porque allí afuera siempre hay alguna idea brillante lista para robarnos el negocio. Esa es la mentalidad que hay que tener siempre. Continuamente hay que intentar estar al frente del mercado. En nuestro mundo de cambio rápido las marcas y los productos de gran éxito siempre pueden terminar siendo inferiores a los de una nueva competencia.

En opinión del especialista, muchas empresas se equivocan cuando creen que han encontrado el secreto que las llevará al éxito permanente. Poco saben que al convertir sus anteriores prácticas exitosas en prácticas heredadas que repiten una y otra vez,, están colocándose en una posición muy desventajosa.

En su nuevo libro “Seduced by Success; How the Best Companies Survive the 9 Traps of Winning,” Herbold analiza a 44 empresas de todo el mundo para ilustrar lo que llama las nueve trampas del éxito.

Cita, por ejemplo, a Eastman Kodak Co, una empresa tan ligada a la fotografía impresa que se perdió la revolución de la cámara digital. También a Dell, que dominó el negocio de las computadoras durante años pero subestimó la competencia de nuevos y poderosos rivales.

Lo que hay que hacer, insiste Herbold, es moverse constantemente, evolucionar, mejorar e innovar. Todo eso ocurre por la falta de urgencia, pensar que porque uno es exitoso no va a tener más problemas. Las trampas que vienen con el éxito, son nueve:

1. Descuido: apegarse al modelo de negocios de ayer.
2. Orgullo: permitir que los productos queden viejos.
3. Aburrimiento: Aferrarse a la misma campaña de marca aun cuando se haya vuelto aburrida y vieja.
4. Complejidad: No prestar atención a los procesos de negocios cuando se vuelven pesados y complicados.
5. Empastamiento: Racionalizar la pérdida de velocidad y agilidad.
6. Mediocridad: Tolerar el desempeño pobre y permitir que los mejores empleados se achanchen.
7. Letargo: Dejarse adormecer en una cultura de comodidad y confianza.
8. Timidez: Evitar las guerras y la pelea interna.

Si usted cree que lo tiene todo calculado, cuidado

“La lección más importante que nos deja Apple es que la historia nunca se acaba. Porque allí afuera siempre hay alguna idea brillante lista para robarnos el negocio. Esa es la mentalidad que hay que tener siempre. Continuamente hay que intentar estar al frente del mercado. En nuestro mundo de cambio rápido las marcas y los productos de gran éxito siempre pueden terminar siendo inferiores a los de una nueva competencia.

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