lunes, 23 de diciembre de 2024

Manifiesto del nuevo marketing

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Cambiará para siempre; ocupará espacios vacíos dejados   por otras disciplinas; suplantará a su padre, el management.  El marketing comienza una expansión nunca vista en la historia de la   economía empresarial.

<p>Hubo un tiempo que fue &ldquo;trosco&rdquo;, dice. Militaba sin parar, y entregaba los panfletos por la universidad…<br />Le&oacute;n Trosco, autor del &ldquo;blog lis&eacute;rgico-trosquista&rdquo; Yo No Quiero Volverme Tan Trosco (<a href="&quot;&quot;http://www.yonoquierovolvermetantrosco.blogspot.com&quot;&quot;">www.yonoquierovolvermetantrosco.blogspot.com</a>) conoce a la perfecci&oacute;n las reglas del marketing del siglo 21. <br /><br />Tiene una marca; la mantiene fresca y cercana; mantiene su blog activo; realiza encuestas; genera contenidos novedosos; entretiene a sus consumidores; tiene un interesante rating de visitas; &ldquo;postea&rdquo; de vez en cuando alg&uacute;n aviso o link relacionado con su marca; y est&aacute; permanentemente estableciendo nuevas y creativas formas de mantenerse en relaci&oacute;n con sus consumidores. <br /><br />Y aunque no respondi&oacute; los llamados de Mercado, Le&oacute;n Trosco podr&iacute;a perfectamente postularse como brand manager para manejar una marca contempor&aacute;nea. <br /><br /><strong>En todos lados<br /></strong><br />Porque sin desearlo, desde el extremo opuesto de las ideas del capitalismo que el marketing fogonea; el personaje ha creado una paradoja sobre c&oacute;mo se vive hoy el fen&oacute;meno m&aacute;s impresionante, avasallador y potente que ha ocurrido en los &uacute;ltimos a&ntilde;os en la econom&iacute;a empresaria: la proliferaci&oacute;n del marketing. <br /><br />El marketing ha llegado a todos los &oacute;rdenes del circuito econ&oacute;mico y comunicacional. La pol&iacute;tica hace marketing; la literatura; los abogados y m&eacute;dicos; la arquitectura; los centros educativos. Las personas hacen marketing. Los consumidores hacen marketing. El &ldquo;trosquismo&rdquo; hace marketing. <br /><br /><strong>La l&iacute;nea de qu&eacute; es marketing y qu&eacute; no, es difusa. <br /><br /></strong>Si el marketing fuera una ciencia, ser&iacute;a la matem&aacute;tica; una ciencia proped&eacute;utica, que permite a su vez que otras ciencias apliquen su saber y metodolog&iacute;a. Si fuera un arte, ser&iacute;a la escritura, por la misma raz&oacute;n. <br />Y mientras se mimetiza, se confunde, penetra y avanza, el marketing toma a su vez los saberes de aquellos a los que se aplica. Muy pronto superar&aacute; en conocimiento, astucia y ambici&oacute;n a su padre y paraguas conceptual, el management. <br />&iquest;C&oacute;mo? Desde el momento en que el activo m&aacute;s importante de una empresa es su marca, el manejo de &eacute;sta se transforma en el aspecto m&aacute;s importante del management. <br /><br /><strong>Adi&oacute;s al pasado<br /><br /></strong>Pero hay un problema. A diferencia de IT, la log&iacute;stica o los RR.HH., las marcas no son de propiedad de las empresas; son de las personas que las consumen. <br />Durante a&ntilde;os el marketing se gui&oacute; mediante cuatro &ldquo;P&rdquo;: producto; plaza; precio; promoci&oacute;n.<br />Hay una sola &ldquo;P&rdquo; que interesa ahora: las personas. Detr&aacute;s de ellas ir&aacute;n las marcas. Luego, lejos, los productos. <br />El nuevo marketing no intenta m&aacute;s dise&ntilde;ar, poner precio, ubicar en una plaza y luego vender un producto. El nuevo marketing se trata de personas; de entenderlas; de establecer relaciones con ellas; de generar di&aacute;logos valiosos y duraderos con y entre esas personas. <br /><br />Las marcas y el marketing ya no pueden hablar de Yo. A nadie le interesa que le hablen de s&iacute; mismo; y menos que lo haga una marca. Ni de T&uacute;, porque nadie cree ya las zalamer&iacute;as de &ldquo;Si me compras, T&uacute; ser&aacute;s genial&rdquo;. Y as&iacute; de seguido. Ning&uacute;n marketinero del siglo 21 deber&iacute;a volver a pronunciar jam&aacute;s el pronombre Ellos. &ldquo;Ellos, el target, los consumidores, ellos, los de ah&iacute;… que compran el producto que Yo les pongo delante&rdquo;.<br /><br /></p>

<p><em>El nuevo mapa</em></p>
<p><strong>Next Gen Marketing</strong></p>
<p>La cadena gen&eacute;tica de cualquier especie es una entidad mutable. La del marketing tambi&eacute;n. Durante a&ntilde;os, en su ADN hab&iacute;a cuatro elementos: Precio, Plaza, Producto y Promoci&oacute;n. No m&aacute;s. Lo que viene no se puede definir, ni delimitar. Menos disecar en siglas.<br />
<br />
El ADN de una especie cambia seg&uacute;n &eacute;sta se adapta al entorno. El entorno econ&oacute;mico y social en el que se mueve el marketing ha cambiado violenta, desmesurada y aceleradamente en los &uacute;ltimos a&ntilde;os.<br />
En los organismos vivos, la selecci&oacute;n natural de los genes y las mutaciones tardan cientos o miles de a&ntilde;os. <br />
Aqu&iacute; no hay tanto tiempo.<br />
<br />
Globalizaci&oacute;n; digitalizaci&oacute;n; interactividad y conectividad son las palabras m&aacute;gicas del cambio. No seamos ilusos: este cambio no es un tema de comprar computadoras. Es un tema de cambiar mentes. <br />
Un celular en el desierto de Gobi puede activar enviando un s&oacute;lo SMS una m&aacute;quina expendedora de gaseosas en Seattle. Un submarino en el oc&eacute;ano &aacute;rtico y un barco en el &iacute;ndico triangularon en 2001 la posici&oacute;n del celular de un l&iacute;der de AlQaeda en el desierto afgano. En 2003, un ni&ntilde;o de diez a&ntilde;os conectado a una red Wi-Fi paraliz&oacute; durante cuatro horas la l&iacute;nea Par&Iacute;s-Lyon del TGV. Y sin quererlo. Una cadena de e-mails hizo desertar a tres cuartos de los generales de Saddam Hussein en 2003. Un comisario en Canad&aacute; logr&oacute; detener a un sospechoso de homicidio colgando el video de una c&aacute;mara de seguridad en YouTube.<br />
<br />
El impacto de este nuevo mundo en las marcas y las comunicaciones de marketing es brutal.<br />
Hace cien a&ntilde;os, las agencias de publicidad, los medios y las marcas armaron su negocio a su conveniencia.<br />
El p&uacute;blico era un espectador pasivo. No entraba a los medios; no generaba contenidos; no hac&iacute;a publicidad. S&oacute;lo miraba y consum&iacute;a. <br />
<br />
Las franjas digitalizadas de las sociedades &ndash;es decir, las franjas que generan la mayor&iacute;a del consumo de marcas&ndash; ya no consumen comunicaciones ni marcas como hace cinco a&ntilde;os. Ni diez; ni cincuenta. <br />
Hoy un ni&ntilde;o de doce a&ntilde;os gana dinero &ldquo;posteando&rdquo; videos en su blog desde su casa. Un ama de casa dise&ntilde;a su auto Smart en un site; mientras postea sus videos, donde aparece desnuda, v&iacute;a su celular en otro. <br />
El marketing no tiene centenares de a&ntilde;os para adaptar su cadena gen&eacute;tica. Hay que manipularla voluntariamente. Y aceleradamente. <br />
<br />
Debemos hacer el nuevo mapa gen&eacute;tico del marketing. E iniciar el bombardeo de radiaci&oacute;n. &iquest;La nueva generaci&oacute;n del marketing tendr&aacute; as&iacute; los elementos para sobrevivir y prosperar en el entorno? Posiblemente, no. Pero de no hacerlo, ser&aacute; seguramente no. <br />
El juego que se abre ahora es encontrar a los individuos y organizaciones capaces de liderar ese cambio y de hacer la reingenier&iacute;a. <br />
<br />
&iquest;Qui&eacute;nes son los genetistas del nuevo marketing? &iquest;Qui&eacute;nes los adaptados o adaptables al entorno? <br />
Suenan algunos nombres. Emergen algunas marcas. La nueva generaci&oacute;n no tiene que ver con una cuesti&oacute;n de edades. S&iacute; de actitudes. <br />
Hay un nombre clave: Al Gore. El Nobel de la Paz estuvo mal dado; deber&iacute;an haberle dado el de la visi&oacute;n. S&oacute;lo ver su canal de TV en Internet (Current TV) explica todo. El cap&iacute;tulo cuatro de su &uacute;ltimo libro deber&iacute;a ser le&iacute;do en todas las universidades. &iquest;Qui&eacute;n es el Al Gore argentino?<br />
<br />
Los habr&aacute; que no quieran cambiar. Los miraremos extinguirse como a las jirafas de cuello corto, hace millones de a&ntilde;os en &Aacute;frica. Las de cuello largo contar&aacute;n la historia. Darwin y Adam Smith sonreir&aacute;n desde el m&aacute;s all&aacute;.<br />
No sobrevive la especie mejor preparada. Sino la que m&aacute;s r&aacute;pido se adapta. <br />
Next Generation Marketing es, desde ahora, el ejercicio que Mercado inicia para descubrir el c&oacute;digo gen&eacute;tico del nuevo marketing. La mutaci&oacute;n comenz&oacute;.<br />
<a href="mailto:pcavalli@mercado.com.ar">pcavalli@mercado.com.ar</a></p>
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Tírese a una fosa quien piense así. Recitando el poema de Mohammed Alí: “Yo, Tú, Nosotros”. <br />
Porque de los seis pronombres personales, hay uno sólo que interesa a las personas: Nosotros. Las redes sociales; el contenido generado por el usuario; el “me to we”; el P2P (peer to peer); todo habla de nosotros. <br />
Y Nosotros es el único pronombre que las marcas tienen para intentar relacionarse con las personas.<br />
Acercarse; escucharlas; hablarles; darles algo con sustancia para sus vidas. Eso es lo que las personas quieren de las marcas. Y no más bla-bla. Beneficios concretos y tangibles. <br />
<br />
<strong>Talento y personas</strong><br />
<br />
Las personas son, además, el principal problema de las empresas. Esas personas que hoy piensan, diseñan y acercan a las marcas con sus consumidores. <br />
Imaginación; ideas; pensamiento; conocimiento. Todo eso se resume en una sola palabra: talento. <br />
Este es el desafío más grande del gerente contemporáneo. Atraerlo, retenerlo, motivarlo, encaminarlo. Porque talento son personas. <br />
<br />
Y si el talento se usa más para controlar, para fusionar y para delimitar que para imaginar, el talento estará mal puesto. Lejos de construir una empresa, ese uso del talento la destruirá. <br />
La era de la planilla de Excel está terminada. Es la era del InDesign y del Director. El mundo necesita con avidez ideas; innovación; creatividad; vanguardias. De ahí que estalle la venta de las Wii; de los iPod; de ahí que se creen blogs; de ahí que Barack Obama vaya en la delantera. Hay ansiedad por renovarse, por imaginar, por crear. <br />
<br />
Como en una dieta, todo aquel que trabaje en marketing debería hacer una lista diaria de en qué cosas utiliza su tiempo. Y quien vea que pasa más horas controlando que imaginando; haciendo cálculos sobre el pasado que generando ideas para el futuro, puede abrir su planilla de Excel. Y calcular con ella cuánto recibirá de indemnización. Lo mismo para su organización. <br />
La emergencia de los medios digitales; la atomización de la oferta de contenidos; la expansión de los mecanismos de comunicación tecnológicos, han despertado el talento dormido de los consumidores. <br />
<br />
El management tiene una sola meta: encontrar talento que supere el de sus consumidores. De esa forma podrá llamarles la atención, generarle ofrecimientos valiosos y tratar de ganarse su lealtad, aunque sea por un rato. <br />
<br />
<strong>Dibujar el mapa<br />
<br />
</strong>Hay también una nueva tarea; ésta es para los medios y el periodismo. Ayudar a dibujar el mapa del nuevo marketing. Delinearle, al menos, los contornos. Ubicar algo de la flora y fauna. Mostrar las fuentes de riqueza y señalar las zonas de peligro. <br />
<br />
Cuando en el siglo 16 Américo Vespucio comenzó a dibujar el mapa del Novis Mondis, tenía una ventaja. El continente que debía circunvalar y dibujar era una masa de tierra firme, estática, concreta. <br />
Nuestro mapa debe dibujarse con base en un continente en estado mágmico. Ríos de lava se vierten al mar, los glaciares avanzan y retroceden, la composición del aire cambia. Donde hace un rato había una isla de prosperidad, ahora estalla un volcán. El atolón de Yahoo acaba de probarlo, como en Krakatoa.<br />
<br />
Conscientes de esta misión, y mientras los propios medios sufren el embate del cambio, los nuevos consumidores y las nuevas tecnologías, Mercado ha puesto manos al trabajo. <br />
El primer acierto de los cartógrafos del siglo 16 fue ponerle un nombre a esa cosa que tenían delante. De llamarla Indias; La gran Tierra del Sur; Vera Cruz; Tierra Santa Cruz; Tierra del Brasil; Tierra de Loros; Nueva India; o simplemente Nuevo Mundo, al final decidieron llamarla América. <br />
Y al ponerle nombre, comenzaron a poder describirla. Dejó de ser una cosa, una masa de tierra, para ser América. <br />
Desde ahora, esta formación nebulosa que tenemos por delante dejará para nosotros de ser una entidad indefinible. Su mapa comenzará a dibujarse, paso a paso. <br />
Empezaremos por darle un nombre. Ya es hora de que este nuevo marketing pase a ser el Marketing de Próxima Generación.<br />
<a href="mailto:pcavalli@mercado.com.ar">pcavalli@mercado.com.ar</a>
<p><br />
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