<p>Por Carina Martínez</p>
<p>La manipulación de la materia a escala de moléculas y átomos abre las puertas a la generación de nuevos productos, basados en la innovación. Industrias como la electrónica, la textil, la cosmética y la alimentaria apuestan fuerte a esta materia, a través de grandes inversiones y actividades de investigación. Además, abre múltiples posibilidades para desarrollos en medicina y mejoras en ecoeficiencia y cuidado del medio ambiente. <br />
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El negocio mundial de nanoproductos cuenta con un enorme potencial de creación de valor. Diversas fuentes concuerdan en que los US$ 200.000 millones que representa actualmente crecerán a US$ 2,5 billones en solo cinco años.<br />
EE.UU. es quien concentra el mayor número de patentes de nano productos, aunque también se destacan las inversiones de Japón, Alemania y más recientemente China.</p>
<p><strong>Iniciativa bilateral </strong><br />
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En sintonía con esta tendencia mundial, el mes de julio pasado España y Portugal inauguraron un centro de investigación y desarrollo, denominado Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología (INL). Localizado en la limítrofe ciudad de Braga, Portugal, se trata del primero en su tipo que cuenta con un régimen jurídico internacional y con países como miembros.<br />
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La inversión prevista para la instalación de este centro asciende a € 106 millones, distribuidos € 66 millones para edificios y € 40 millones para equipamientos científicos. Hasta el momento, se ejecutaron € 58 millones, que fueron provistos por los Gobiernos de ambos países, más un aporte de la Unión Europea. Cuenta con un campus de 47.000 m2, de los cuales 26.000 serán superficie construida. Al día de hoy, se finalizaron las obras del edificio principal y se espera que esté en completo funcionamiento a principios de 2010.<br />
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El laboratorio estará dirigido por el profesor español José Rivas, de la Universidad de Santiago de Compostela, y tendrá un presupuesto operativo anual de alrededor de € 30 millones, que será financiado 30% por los Gobiernos español y portugués y 70% por la Unión Europea. Funcionará como incubadora de empresas y desarrollará proyectos en cuatro áreas: nanomedicina; medio ambiente y control alimentario; nanoelectrónica; y nanoequipamiento y maquinaria. Se espera que en cinco años los primeros productos generados ya estén en el mercado.<br />
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Si bien el INL surge como un centro de investigación bilateral, estará abierto a la incorporación de otros países. Cuando alcance su pleno desarrollo, albergará a 200 investigadores de excelencia, que ya están siendo reclutados en distintos países del mundo. Además, contará con 100 doctorandos y otros 100 trabajadores entre técnicos, personal de administración y auxiliares. <br />
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Los Gobiernos de España y Portugal evidenciaron su apoyo a este proyecto con la presencia de sus principales autoridades nacionales en la ceremonia inaugural. El 17 de julio, se dieron cita en Braga el rey Juan Carlos y el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, de España, y el presidente Aníbal Cavaco Silva y el primer ministro José Sócrates, de Portugal, entre otras personalidades.<br />
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En sus discursos, las autoridades presentes enfatizaron la gran oportunidad que este emprendimiento representa, en pos de lograr economías más competitivas y sostenibles, basadas en la investigación y la innovación. Zapatero, además, hizo hincapié en el carácter internacional del centro y la importancia de fomentar la cooperación entre países más y menos ricos, y más y menos avanzados, mediante la generación de espacios que fomenten el trabajo conjunto y la transferencia de tecnología.</p>
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<p><font color="#dd5d3f"><strong>Nanotecnología en la región</strong></font></p>
<p>En América latina, Brasil lidera en I+D en nanotecnología. Le siguen México y la Argentina, cuyas inversiones vienen creciendo en los últimos años. <br />
Brasil cuenta con el centro de nanotecnología más importante del área y ha destinado, en 2009, un presupuesto de US$ 57 millones para investigación y desarrollo de proyectos productivos relativos a este sector. <br />
En la Argentina, los emprendimientos son aún escasos. Se trata de unos cientos de investigadores y cerca de 20 empresas que disponen de apoyo estatal y algunas iniciativas de financiamiento privadas. En general, son Pyme que están vinculadas con centros universitarios y de investigación.<br />
Con el objetivo de darle a la nanotecnología una salida industrial, en 2005 se creó la Fundación Argentina de Nanotecnología, que actualmente depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. El organismo cuenta con un presupuesto de US$ 10 millones para cinco años y financia un porcentaje de los proyectos en su etapa final, asociándose como inversor de riesgo. Los aportes van de US$ 600.000 a US$ 1 millón.</p>
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Apuesta a la ciencia aplicada
Considerada la revolución industrial del siglo 21, se espera que la nanotecnología genere cambios en la sociedad y en el sistema productivo, similares a los que representaron las tecnologías de la información y las comunicaciones dos décadas atrás. El negocio mundial de nanoproductos cuenta con un enorme potencial de creación de valor.