Por Jorge Figueroa (*)
Si bien la agenda de la sostenibilidad gana terreno en las organizaciones, cómo se gestiona y el lugar que ocupa en cada una depende de diversos factores, como el tamaño y estructura de la empresa, el origen del capital, el impacto que la misma genera en el ambiente y, especialmente, los recursos y esfuerzos que cada una le destina. En este contexto, cada vez más compañías están considerando a la sostenibilidad como un buen negocio, abordando desde el impacto social y la inclusión de talento diverso, hasta la incidencia ambiental, transformando procesos o generando transición hacia prácticas más amigables con el entorno.
El desafío evolutivo consiste en alinear la estrategia de negocios con los criterios de gestión sostenible, para que se produzca el ideal de que la gestión del negocio tenga en su génesis aspectos intrínsecos de la agenda de sostenibilidad, expresados como guía a través de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En paralelo al incremento del compromiso voluntario con la agenda 2030 y la gestión de triple impacto, tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos avanzan diversas regulaciones que imponen la obligatoriedad de incorporar a la sostenibilidad y los factores ESG (Environmental, Social, Governance) en los reportes corporativos, convirtiendo al informe financiero -espejo de la salud de la compañía-, en un reporte integrado, en donde no solo es preciso dar cuenta de los resultados de los negocios, sino también de cómo estos se llevan adelante.
Así, una doble materialidad nos permite pensar y analizar el impacto que una compañía genera en el entorno -materialidad de impacto- y cómo el entorno impacta en el desempeño de la compañía -materialidad financiera-. El cambio climático es el mejor ejemplo de cómo el entorno puede influir en el desarrollo de los negocios.
Los grandes temas
De la mano de las nuevas regulaciones que marcan la agenda y prioridad de los temas ESG, se incluye la licencia social para operar y las exigencias cada vez mayores de clientes y de la cadena de valor para alinear los estándares de gestión con enfoque sostenible.
Los criterios ESG aportan información y claridad para que las estrategias de inversión puedan apoyar y favorecer la agenda de sostenibilidad. En este sentido, los principales temas que las empresas deberían estar trabajando hoy son finanzas sostenibles, economía circular, cadena de suministros sostenibles, inclusión social y laboral, diversidad, comportamiento ético y anti-corrupción y reporting.
Además, la agenda de sostenibilidad se ha convertido en un factor más dentro de la propuesta de valor de toda organización, tanto para la atracción como para la retención del talento. Según el último Randstad Employer Brand Research de 2024, uno de cada cuatro trabajadores en Argentina se identifica como parte de una minoría, ya sea por género, orientación sexual, etnia, nacionalidad, religión, discapacidad u otra característica distintiva, y esto es más frecuente en la Generación Z, en comparación con otras generaciones. Dicho esto, los integrantes de los grupos minoritarios expresan no recibir un trato justo por parte de su empleador en el lugar de trabajo, e indican no sentirse valorados por su organización, no tener igualdad en materia de salario ni oportunidades e incluso, se sienten afectados en el trato con sus gerentes o superiores. De esta manera, el crecimiento profesional es mucho más difícil para las minorías en comparación con los trabajadores no pertenecientes a estos grupos. Esta realidad, citada a modo de ejemplo, exige la atención de organizaciones, para que todos los trabajadores puedan desempeñarse en un ámbito laboral justo, igualitario e inclusivo.
En resumen, elevar la vara implica pasar de una gestión voluntaria o filantrópica hacia la sostenibilidad como modelo de gestión, embebida dentro del propósito y la estrategia corporativa, sabiendo que solo desde esta posición la sostenibilidad podrá ser parte intrínseca de la compañía y de su visión de negocios, y no solo un área más de la organización.
Vista así, la gestión transversal de la sostenibilidad se convierte en un paso necesario para el éxito de las organizaciones, ya que el consenso mayoritario hoy no acepta considerar a las empresas como un ente estanco y con el único fin de generar ganancias. En un contexto de convergencia entre lo público y lo privado, lo individual y lo colectivo, lo económico y lo social, el éxito de las empresas está atado inexorablemente al éxito de las sociedades en donde estas empresas operan.
(*) Director de Public Affairs & Sostenibilidad Randstad para Argentina y Uruguay