Real impacto regional de las compras masivas de los vecinos

Los “tours de compra” no apuntan a bienes del llamado “consumo durable”, sino a productos de consumo masivo, un fenómeno que ya había sido advertido en anteriores informes de IERAL, subrayando la formación de una especie de “Provincia 25” por la magnitud de operaciones involucradas.

22 mayo, 2023

Por Jorge Day (*)

La oleada de compradores de países limítrofes cruzando la frontera llegó en el último período a lugares como Mendoza, que se encuentra a varias horas de viaje de las ciudades chilenas más cercanas.

Los productos más demandados son alimentos no perecederos, productos de limpieza y de higiene personal, entre otros. No son compras por única vez, sino cada vez más frecuentes. Se trata de “turismo de ahorro” ya que, en muchos casos, los visitantes – con dólares que se cambian en el mercado paralelo- consiguen esos artículos a un tercio del precio que deberían pagar en sus países de origen.

Respecto de la brecha cambiaria, para encontrar valores semejantes a los del dólar “blue” (490 pesos) hay que remontarse a períodos de crisis muy severas del pasado, de la década de los 80, o de mediados de los 70. Como referencia, durante los años del cepo “original”, entre 2012 y 2015, la cotización en el mercado paralelo fluctuó en torno a los 300 pesos, a precios de hoy.

El fenómeno se profundiza por otros factores convergentes. Primero, el programa de “Precios Justos” implica productos más baratos, si se los encuentra en la góndola. Segundo, algunos productos de consumo masivo son importados, al dólar oficial, que está artificialmente bajo. Tercero, los combustibles tienen precios regulados, muy por debajo de los precios en otros países.

Entre enero-marzo de 2021 e igual período de 2023, las ventas de combustibles se incrementaron un 9 % en el promedio país, pero lo hicieron un 35 % en Formosa, un 29 % en Misiones, un 24 % en Corrientes y un 22 % en Entre Ríos.

También ha habido mayor recaudación en el impuesto a los Ingresos Brutos en provincias de frontera. Obsérvese como la variación en términos reales de la recaudación de Ingresos Brutos de una provincia como Buenos Aires fue de sólo el 3 %, entre enero-abril de 2021 e igual período de 2023, mientras que ese guarismo fue de nada menos que el 28 % en Jujuy, el 12 % en Formosa, el 10 % en Chaco y el 9 % en Salta y Mendoza.

Un informe de Nielsen sobre las ventas de productos de consumo masivo (netas de inflación) anotó para 2022 un incremento de 4,6% para el promedio del país, pero con un ritmo muy superior en localidades limítrofes, caso de Clorinda con un 33%; Iguazú el 120%; un 16 % para Posadas y 27 % en Gualeguaychú.

¿Continuarán esas compras masivas? No se espera que se elimine el cepo y, en un contexto de incertidumbre, generado por las elecciones y por la escasez de dólares en el Banco Central, es probable que la brecha cambiaria siga siendo significativa, siendo éste el incentivo que atrae a nuestros vecinos. Confiando en que haya un cambio sustancial en la política económica a partir del próximo año, estas compras masivas posiblemente disminuyan en el mediano plazo, de la mano de una menor brecha cambiaria.

Inicialmente, se trataba de ciudades limítrofes con población relativamente pequeña. Ahora, se incorporan urbes más pobladas. Señal de que, mirada con ojos extranjeros, nuestro país está cada vez más barato. Por ejemplo, para los chilenos, los precios de varios productos en Argentina representan la cuarta parte de los vigentes en su país.

Con una visión de consumidor, surge la inquietud de si estas compras causan desabastecimiento e inflación. Si estuviésemos en un país normal, la situación sería la siguiente. En varias de estas ciudades, los bienes que se venden no se producen localmente, sino en otra provincia o en otro país. Entonces, si hay un boom en la llegada de visitantes extranjeros, los comercios locales previamente se aprovisionan de más mercadería, para luego vendérsela a estos turistas. Habría mayores ventas, sin necesidad de aumentos en precios.

El problema está si el número de visitantes y el nivel de compras pasan a ser más altos, de modo que no haya capacidad suficiente para producir esos bienes (por ahora, no estaríamos en ese nivel). En el caso de bienes que se importan, si el nivel de restricciones se incrementa (por falta de dólares en el Banco Central), también podrían aumentar los precios.

(*) Economista del IERAL de la Fundación Mediterránea

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