Piden que Apple desacople de China la cadena de suministro

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La compañía estuvo 20 años invirtiendo en una cadena de suministro altamente sofisticada. Ahora el gobierno norteamericano le pide el “desacople”. La vulnerabilidad geopolítica es enorme.

En el año 2007 Nokia reinaba sola en el mercado de los teléfonos celulares con 900 millones de usuarios. Pero ese mismo año Apple sacó el iPhone. Dieciséis años después, analiza Patrick McGee en el Financial Times, ya se sabe que la fabricante finlandesa fue aplastada por el iPhone. Nokia no tenía los suficientes conocimientos de software como para competir con el visionario co-fundador de Apple, Steve Jobs, o con el mago del diseño, Jony Ive.

Pero las características del iPhone no fueron las únicas ventajas de Apple. La compañía estaba superando a Nokia en hardware y producción mucho antes de que el iPhone saliera a la venta. Y lo hizo apostando fuerte a China y su sector manufacturero. Para mediados de 2007 Apple, de la nada había saltado al segundo puesto en el ranking anual de las mejores cadenas de suministro del mundo.

El ranking de cadenas de suministro fue el primer indicio de un cambio profundo en las operaciones de Apple, que se mantuvo en el primer puesto durante los siguientes siete años. En aquel momento se convirtió en la compañía más valiosa del mundo mientras se colocaba en el centro de las tensiones geopolíticas.

Pronto los expertos en cadenas de suministro comenzaron a advertir que en realidad Apple no estaba “tercerizando” su producción en China, como comúnmente se creía. Estaba comenzando a construir una operación de fabricación y suministro de tal complejidad, profundidad y costo que la suerte de la compañía ha quedado pegada a China de tal forma que no puede fácilmente desprenderse.

A lo largo de los últimos quince años Apple ha estado enviando sus mejores diseñadores de productos y sus ingenieros de diseño para co-diseñar nuevos procesos de producción y controlar infinidad de detalles para asegurar el cumplimiento de los estándares de producción.

Apple también invirtió miles de millones de dólares en maquinarias especiales para construir sus dispositivos y desarrolló nichos de especialidades que sus rivales ni siquiera saben que existen.

Fue Tim Cook, el sucesor de Steve Jobs, quien trasladó la producción de Apple de Estados Unidos a China, donde instaló eficiencias incomparables que cimentaron el ascenso de Apple.

Pero ese éxito extraordinario también creó la mayor vulnerabilidad de Apple: su dependencia de un solo país: China, un país que bajo la presidencia de Xi Jinping es cada vez más autoritario y cada vez más alejado de Occidente. Mientras durante los últimos años crecía la competencia entre Washington y Beijing, Apple continuaba invirtiendo en China y reforzando sus conexiones con el país. Como resultado, Apple soporta mucho control político en cuanto a su relación con China, el principal rival de Estados Unidos.

Los políticos piden a Cook que se “desacople” de China y acelere una estrategia de diversificación que ya tiene algunos productos ensamblándose en Vietnam y la India.

Apple no ha hecho comentarios sobre esta versión.

 

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