Por Masato Kanda (*)
Eso es lo que vuelve poderosamente útil a las evaluaciones posteriores a una crisis, destaca las áreas que necesitan mejoras. El éxito con que la política responde a una crisis determina el éxito de nuestros sistemas futuros.
Tres años atrás, la economía global se vio sometida a un test de ese tipo en la forma de la pandemia del Covid 19. Sacó a la luz un hecho importante: el acceso a los mercados de capitales permite a las compañías superar periodos de gran estrés.
Como respuesta a la pandemia y a las consiguientes agudas necesidades financieras las empresas de todo el mundo juntaron grandes cantidades de dinero en los mercados de capitales y de bonos. Esa fue una notable demostración de la resiliencia de los mercados de capitales y un recordatorio de la importancia de mantener su funcionamiento global.
Para eso se requiere un buen gobierno corporativo. Si hacía falta un recordatorio, lo tuvimos con la crisis bancaria de este año. Un sólido gobierno corporativo sostiene un elemento fundamental de los mercados de capitales: la confianza de los inversores. Conscientes de esto, las grandes economías aceptaron revisar los principios de gobernanza empresarial en la reunión del G20/OCDE. El proyecto se terminó este mes cuando los líderes del G20 respaldaron la actualización de los principios en la cumbre de Nueva Delhi.
El acuerdo representa un consenso entre las economías avanzadas y emergentes sobre el tema de la sustentabilidad corporativa, incluidos los riesgos climáticos para las empresas. Los principios actualizados recomiendan a las empresas que revelan las mediciones cuando fijan metas de sustentabilidad y que lo deben hacer de acuerdo con los estándares reconocidos internacionalmente. Contar con un acuerdo de este tipo es fundamental para cuando comiencen a acelerarse las publicaciones sobre sustentabilidad. Las empresas que representan el 84% de la capitalización de mercado global ahora revelan información sobre metas de sustentabilidad.
Además, los roles y los derechos de los diferentes participantes en el mercado también tienen que ser más claros. Hace falta, por ejemplo, más transparencia sobre las metodologías y posibles conflictos de interés de las valoraciones sobre cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza y los proveedores de índices.
Contar con un único estándar global ayudará a lograr un entendimiento común en todas las áreas de gobierno corporativo, que a su vez facilitará el flujo global de capitales mediante una mejor coherencia regulatoria.
(*) Viceministro de Finanzas para Asuntos Internacionales de Japón y Presidente de la Comisión de Gobernanza Corporativa de la OCDE.
