Estados Unidos y China, en terrenos muy peligrosos

Es un conflicto difícil de resolver. La cooperación económica con Beijing está plagada de sospechas y temores. Podría ser que la relación entre ambos gigantes determine el destino de la humanidad en el siglo 21.

28 abril, 2023

Va a determinar si habrá paz, prosperidad y protección del ambiente
planetario, o todo lo contrario. Si fuera lo último, dice Martin Wolf en su
columna del Financial Times, los futuros historiadores se maravillarán de
la incapacidad de la especie humana para protegerse de su propia estupidez.
Pero todavía hay margen para impedir el desastre.
En el terreno económico, por ejemplo, Janet Yellen, Secretaria de la
Tesorería norteamericana, acaba de presentar un plan que llama de
“compromiso constructivo” y qie consta de tres elementos: 1) “asegurar
nuestros intereses de seguridad nacional y los de nuestros aliados y
socios… y proteger los derechos humanos”; 2) “fomentar una sana relación
económica basada en la competencia justa”; y 3) “buscar la cooperación en
los urgentes desafíos globales de la actualidad”.
Sobre el primer punto aclara que las acciones de seguridad nacional
norteamericana no se proponen ganar una ventaja competitiva económica
ni ahogar la modernización económica y tecnológica de China.
El problema es que no es así como lo ve China. Los comentarios de Yellen
sobre la seguridad nacional subrayan lo problemático que puede ser el
tema.
Ella destaca, por ejemplo, la preocupación de Estados Unidos por la
sociedad “sin límites” entre China y Rusia y advierte contra la provisión de
apoyo material o de ayuda para evadir las sanciones. Subraya también la
preocupación de Estados Unidos por los derechos humanos, incluidos los
que China considera asuntos puramente internos.
No obstante todas esas preocupaciones, Yellen afirma que “no buscamos
desacoplar nuestra economía de la de China”. Al contrario, “una China que
crezca jugando limpio puede ser beneficioso para Estados Unidos”.
Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, también afirma
que “el desacople no es ni viable, ni deseable, ni práctico para Europa”. Sin
embargo, “China ha dejado atrás la era de reforma y apertura y está
incursionando en una nueva era de seguridad y control”. Su foco, parecido
al de Estados Unidos, es de eliminar los riesgos de la relación. Una de las
formas es eliminando vulnerabilidades y preservando autonomía

estratégica. Esto implica inversiones estratégicas en ciertos sectores clave.
Otra forma es mediante el uso activo de instrumentos de defensa comercial.
Y otra, es “inventando nuevos instrumentos para asegurar que el capital y
los conocimientos de las compañías europeas no sean usados para mejorar
las capacidades militares y de inteligencia de aquellos que también son
nuestros rivales sistémicos”. Eso podría

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