Germán Galushchenko dijo al Financial Times que son escasas las chances de que Kyiv (como llaman los ucranianos a su capital) y Moscú acuerden la renovación del contrato quinquenal de tránsito firmado en 2019. Ucrania representa casi 5% de las importaciones totales de gas de Europa.
La decisión de Moscú de recortar el suministro de gas a Europa desencadenó el año pasado una crisis energética que incrementó la inflación y el costo de vida en todo el continente.
Pero aunque varias rutas fueron cortadas, el gasoducto ucraniano es uno de los dos que siguieron transportando gas, aunque en menores volúmenes.
Según datos de la consultora energética ICIS, Austria dependía en mayo del gas ruso que pasa por Ucrania para la mitad de sus importaciones y en Eslovaquia, el gasoducto representaba 95%.
El ministro ucraniano de energía dijo que Europa estaría relativamente preparada para otra reducción del suministro, luego de haberse tenido que adaptar a otros cortes en el pasado, reduciendo la demanda y buscando fuentes alternativas de importación.
Este es el primer reconocimiento de Kyiv de que el contrato que sostiene el flujo remanente de gas ruso a través de Ucrania probablemente expire el año próximo. Sin la ruta ucraniana de tránsito, el único gasoducto desde Rusia que sigue transportando gas hacia Europa sería el TurkStream, que abastece a países en el sudeste del continente y representó en mayo menos de 3% de las importaciones europeas de gas.