Todo, el deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y China y la guerra en Ucrania transformaron, oscurecieron el entorno para los negocios globales. Pero, dice Martin Wolf, en última instancia el capitalismo siempre es global porque las oportunidades son globales. Más allá de las fronteras nacionales hay mercados que atender y recursos que explotar. Hoy las compañías multinacionales y los flujos transnacionales de bienes, servicios, conocimiento , finanzas, personas, datos e ideas son producto de esas oportunidades. Sin embargo, si son aprovechados o no, y por quiénes, es algo que depende de los riesgos y las limitaciones. El capitalismo puede estar perdiendo algo de globalidad, pero un capitalismo internacionalmente abierto sigue siendo la base de la futura prosperidad. Debe ser reformado, pero no abandonado, dice Woolf.
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