Lo hizo al presentar una estrategia de seguridad nacional que identifica a Pekín como un actor con intenciones y capacidad para reconfigutar el orden mundial.
En el primer documento de este tipo de su presidencia, Biden señaló que su administración tiene “una visión clara del alcance y la gravedad” del desafío que suponen China y Rusia para el orden internacional.
La estrategia de seguridad nacional señala que EE.UU. se enfrenta a dos desafíos estratégicos: por un lado, la competencia entre las grandes potencias tras la guerra fría y, por otro, los desafíos transnacionales, que van desde el cambio climático hasta los problemas sanitarios mundiales.