En un clima ahora marcado por el espectro del lunes negro (octubre de 1987), sorprendió a los analistas que los hidrocarburos cediesen levemente. Así, los tejanos medios se replegaron en Nueva York a US$ 88,25. Poco antes, en Londres, el Brent nórdico disminuía a US$ 83,70 el barril.
Más que las tensiones mesopotámicas, el factor clave sigue siendo un euro que volvió a US$ 1,43, pico absoluto desde que existe la divisa. En otras palabras, el dólar no superaba los 70 centavos de euro. A parecer, nuevas incertidumbre sobre el producto bruto interno de Estados Unidos (podría no llegar a 1,8% anual este trimestre) actuaron como detonante.
Por esa razón, la onza troy de oro (31,104 gramos) subió a US$ 768, máximo desde principios de febrero, 1981. Wall Street arrancó, pero orillaba el cierre perdiendo 1,8% (Dow Jones industrial), 1,7% (Nasdaq compuesto, Standard&Poor’s 500). En tanto, el rinde para letras de tesorería a tres meses cedía a 3,9% anual.
En un clima ahora marcado por el espectro del lunes negro (octubre de 1987), sorprendió a los analistas que los hidrocarburos cediesen levemente. Así, los tejanos medios se replegaron en Nueva York a US$ 88,25. Poco antes, en Londres, el Brent nórdico disminuía a US$ 83,70 el barril.
Más que las tensiones mesopotámicas, el factor clave sigue siendo un euro que volvió a US$ 1,43, pico absoluto desde que existe la divisa. En otras palabras, el dólar no superaba los 70 centavos de euro. A parecer, nuevas incertidumbre sobre el producto bruto interno de Estados Unidos (podría no llegar a 1,8% anual este trimestre) actuaron como detonante.
Por esa razón, la onza troy de oro (31,104 gramos) subió a US$ 768, máximo desde principios de febrero, 1981. Wall Street arrancó, pero orillaba el cierre perdiendo 1,8% (Dow Jones industrial), 1,7% (Nasdaq compuesto, Standard&Poor’s 500). En tanto, el rinde para letras de tesorería a tres meses cedía a 3,9% anual.