<p>Los componentes esenciales de la ecuación abarcan la creciente demanda alimentaria de países en desarrollo donde la población tiene mayor poder adquisitivo que hace algunos años. Por ejemplo, China, Vietnam, Brasil o India. En cuanto a hidrocarburos, tienen una incipiente alternativa negada al sector agrícola: biocombustibles de primera y segunda generación. </p>
<p>Por el contrario, agrava el panorama el avance de la urbanización, el creciente déficit de tierras arables y la escasez de aguas aptas. En estos dos casos, probablemente obren los cambios climáticos indeseables y desastres naturales (Estados Unidos, Birmania, etc.).</p>
<p>Sin embargo, podría argüirse que parte de esos cambios han venido teniendo lugar desde tiempo atrás. Por ende, la serie de alzas abruptas registradas este año debe responder a causas exógenas. A saber, el aumento de costo e insumos, entre ellos los fertilizantes, claves para el maíz y algo menos para el trigo. También se han elevado rubros como almacenamiento, transporte y distribución. </p>
<p>Obviamente, la especulación desempeña un papel cada vez más notorio. Por ejemplo, como sucede con los crudos, estos mercados se tarifan en dólares, cuya debilidad hace que inversores y jugadores se cubran armando derivados dependientes de materias primas agrícolas. Así nació, en el siglo XIX, la bolsa de futuros en Chicago. Otro incentivo son las expectativas inflacionarias fogoneadas por personajes tan influyentes como Jean-Claude Trichet (Banco Central europeo) o Benjamin Bernanke (Reserva Federal).</p>
<p>Los problemas no terminan ahí. Los analistas vinculados al mercado de futuros y opciones sostiene que éste negocia “apenas” 20% de los cereales y oleaginosos producidos en el mundo. En el caso del arroz, la cifra baja a 7%. Como, igualmente, sus cotizaciones arrastran al resto, se acentúa la volatilidad, pues los niveles internacionales (más altos) se contagian a los precios locales.</p>
<p>Las existencias de trigo rozan los mínimos desde 1980, pese a las cosechas récords previstas para 2008/9 en el hemisferio norte. Vale decir, EE.UU., Canadá, China y, hasta cierto punto, la Unión Europea (Polonia, en particular), Ucrania y Rusia. La UE calcula unas 137.500.000 toneladas. Esto tiene un efecto: los picos de precios trigueros alcanzados a mediados de marzo han cedido hasta 40% dos meses después. Pero nadie espera que el panorama se estabilice hasta 2010/11. El maíz, claro, es otro cantar porque también es insumo para etanol, factor clave en Brasil. EE.UU. y eventualmente Argentina.</p>
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Según el mercado, los precios de granos y oleaginosas
seguirán altos por mucho tiempo
Junto con la generalidad de productos e insumos primarios, la gama agrícola viene subiendo desde principios de 2007. Dado que la especulación se combina con factores estructurales, los altos valores no cederán gran cosa.