Riesgos ambientales, la nueva amenaza global

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Según el Informe Global de Riesgos, dominan los primeros cinco riesgos a largo plazo de probabilidad

Durante los últimos años, la preocupación acerca de los riesgos ambientales ha ido en aumento de manera progresiva. Es que el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad traen aparejadas consecuencias irreversibles para la humanidad, la sociedad y la economía.

De hecho, las actividades humanas como la producción de alimentos, la gestión de residuos, el consumo de recursos y el crecimiento de la población ya provocaron la pérdida de 83% de todos los mamíferos silvestres y la mitad de las plantas. Fenómenos de impacto mundial como los recientes incendios forestales en Australia dan cuenta de un creciente sentido de emergencia relacionado con este tipo de amenazas. Ya que, el cambio climático se convirtió en el centro de atención de los foros nacionales e internacionales.

Durante la próxima década, se espera que este tipo de riesgos se intensifiquen. Así lo demuestra el Informe Global de Riesgos, publicado por el Foro Económico Mundial con el apoyo de Marsh & McLennan. Se trata de un estudio que ofrece una amplia perspectiva sobre las principales amenazas que pueden afectar la prosperidad mundial en 2020, y en los diez años venideros.

Este año, por primera vez en la historia de la perspectiva de 10 años de la encuesta, las amenazas ambientales dominan los primeros cinco riesgos a largo plazo de probabilidad y ocupan tres de los cinco puntos de impacto. Esta edición del informe se basa en los comentarios de casi 800 expertos mundiales y tomadores de decisión. A los mismos se les pidió que clasificaran sus preocupaciones en términos de probabilidad e impacto.

Los cinco principales riesgos por probabilidad de ocurrencia en los próximos diez años son:

  1. Fenómenos meteorológicos extremos con grandes daños a la propiedad, la infraestructura y pérdidas humanas.
  2. Fracaso de los gobiernos y las empresas en la mitigación y adaptación al cambio climático.
  3. Daños y catástrofes ambientales provocados por el ser humano. Esto incluye delitos ambientales, como los derrames de petróleo y la contaminación radioactiva.
  4. Pérdida grave de biodiversidad y colapso de los ecosistemas (terrestres o marinos) con consecuencias irreversibles para el medio ambiente. Lo que resulta en un grave agotamiento de los recursos tanto para la humanidad como para las industrias.
  5. Catástrofes naturales graves como terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas y tormentas geomagnéticas.

En cuanto al corto plazo, alrededor de 77% de los encuestados espera que este año aumenten las olas de calor extremo y la destrucción de los sistemas de los recursos naturales.

Para las generaciones más jóvenes, la situación del planeta es considerado aún más alarmante. El reporte destaca cómo los nacidos después de 1980 perciben los riesgos. Calificaron los riesgos ambientales más alto que otros encuestados, a corto y largo plazo.

Casi 90% de estos encuestados creen que las “olas de calor extremo”, la “destrucción de los ecosistemas” y la “salud impactada por la contaminación” se agravarán. También consideran que el impacto de los riesgos ambientales para 2030 será aún más catastrófico y probable.

Alejandro Guerrero, CEO de Marsh Argentina, sostuvo: “Las empresas deben analizar críticamente sus riesgos ante el cambio climático, tanto en lo que se refiere a las exposiciones físicas como a los desafíos de cambio y transición política. Los eventos catastróficos más frecuentes provocados por el cambio climático perturbarán las operaciones comerciales y provocarán pérdidas económicas si las empresas no están preparadas. Los líderes deben prepararse para la transición energética y tomar medidas tempranas en lugar de actuar bajo la presión de regulaciones climáticas y energéticas más estrictas más tarde”.

En este sentido, cada vez más gobiernos están anunciando objetivos de emisiones netas cero a largo plazo. Asimismo, muestran más interés en el desarrollo de posibles soluciones con bajas emisiones de carbono. Igualmente, los alarmantes datos sobre la pérdida de la biodiversidad atrajeron más atención sobre esta problemática. Lo que hace que los países y las empresas evalúen críticamente su nivel de dependencia directa de los ecosistemas.

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