<p>En aquella ocasión (día quince), el banco central aprovechó una videoconferencia para discutir si debiera fijar tipos de largo plazo. Máxime si se considerase como opción en caso de que la inflación siguiese perdiendo velocidad. Algunos técnicos estimaban que la eventual “flexibilización cuantitativa” por US$ 600.000 millones generaría liquidez vía inyección de letras, no manipulación de tasas.<br />
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Pero los directores del sistema desistieron de ese cambio de políticas… para efectuarlo un mes después. En esa discusión se mencionó un rinde a largo plazo de 2,5% anual, pero varios expertos temían que la opción comprometiese a la RF a comprar un monto indeterminado de letras, a ese precio, si el público así lo exigiera.<br />
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Al presente, el banco central puede tomar más o menos que aquellos US$ 600.000 millones. Pero un objetivo a largo plazo le haría perder el control sobre el volumen de su balance. Algunos miembros del comité de política monetaria subrayaron que “la opción sería una forma efectiva de rebajar tasa de largo plazo”. Pero “también plantea grandes riesgos potenciales, inclusive el de absorber montos indeseablemente grandes de bonos”. <br />
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En esa oportunidad, el comité consideró si Benjamin Bernanke, presidente de la RF, debiera convocar a periódicas ruedas de prensa para mejorar la comunicación con el público. Por el contrario, tras la videconferencia la entidad viene manteniendo este canal en secreto</p>
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Reserva Federal no habla de la tasa a largo plazo
Durante una sigilosa reunión, a mediados de octubre, la junta de la RF analizó cambios radicales en política monetaria. Uno habría llevado a comprar un monto ilimitado de títulos. Así se supo recién hace pocos días, tras el encuentro de este mes.