El banco aumentó sus reservas en el negocio mayorista durante el tercer trimestre luego de los inconvenientes creados por la caída de los precios del petróleo y gas. Dimon dijo que, a lo sumo, el banco tendría que apartar otros US$ 750 millones en reservas de capital para compensar posibles pérdidas.
El sector energético ha hecho estragos en los grandes bancos de Wall Street. También se espera que esas instituciones dejen de otorgar préstamos a las empresas energéticas. Falta saber si la prueba de estrés a US$ 30 el barril será suficiente para impedir otras complicaciones en el mercado.
Goldman Sachs, por ejemplo, ya preve una posible caída a US$ 20 el barril. En lo que va del año la tendencia general ha sido a la baja. Luego de una pequeña recuperación a US$ 60 en junio y mulio, volvieron a caer y llegaron a US$ 45,12 el viernes pasado. Los analistas de Goldman Sachs, con el especialista en commodities Jeffrey Currie a la cabeza, creen que pronto podría llegar a US$ 20.
Hay más sobreoferta de la que se esperaba y vaticinan que ese excedente persistirá en 2016 con crecimiento de producción en países de la OPEP, fuerte oferta de países no OPEP y menos crecimiento de la demanda.