En su demanda el Departamento de Justicia lo acusa de ocho cargos, entre ellos conspiración para cometer fraude electrónico contra clientes y prestamistas, blanqueo de capitales y violación de las leyes de financiación de campañas electorales.
Bankman-Fried, quien fue arrestado en Bahamas se expone a años de cárcel si es declarado culpable. El fiscal general de Bahamas, Ryan Pinder, declaró que la policía del país había detenido a Bankman-Fried tras recibir “notificación formal” del gobierno estadounidense de que había presentado cargos penales y era “probablemente solicitaría su extradición”. Los cargos remitían a una trama de larga duración para apropiarse indebidamente de los depósitos de los clientes de la bolsa con el fin de pagar deudas y gastos de la empresa privada de inversión de Bankman-Fried, Alameda Research, y realizar operaciones.
La conspiración se extendió desde 2019 -el año en que fundó FTX- hasta su colapso el mes pasado, según la acusación. La quiebra de FTX, con sede en Bahamas y valuada en su momento en US$ 32.000 millones, ha provocado pérdidas monumentales a millones de acreedores — incluidos inversores minoristas — y ha conmocionado al sector de las criptomonedas.
Damia Williams, fiscal del distrito sur de Nueva York, describió el supuesto crimen como “uno de los mayores fraudes financieros en la historia de Estados Unidos”.
John Ray, el nuevo CEO de FTX nombrado por el tribunal, dijo en la audiencia que “esto no es para nada algo sofisticado, es simplemente malversación de fondos”.
Bankman-Fried está detenido en una cárcel de Bahamas y se le ha negado la posibilidad de pagar una fianza para salir en libertad condicional.
