miércoles, 27 de noviembre de 2024

Petróleo: una conyuntura de ribetea alarmantes

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Esta crisis aporta un magro consuelo: la sapiencia convencional sobre el futuro de los crudos se ha equivocado muchas veces. Pero por desgracia, en general los malos cálculos erraban por el lado optimista.

<p>A principios de 1999, cuando los futuros cortos de hidrocarburos no llegaban ni a US$ 15 por barril, los gur&uacute;es y medios de siempre cuestionaban -junto con Nicholas Negroponte- la relevancia del petr&oacute;leo en una econom&iacute;a que pronto se jugar&iacute;a en el ciberespacio. Pinchada la burbuja puntocom, hacia mediados de 2003 los precios se recobraban de otro baj&oacute;n, pero nadie sospechaba que China e India devendr&iacute;an fuerte consumidores de combustibles f&oacute;siles. Los optimistas se re&iacute;an de quienes anticipaban US$ 40 el barril en un par de a&ntilde;os. <br />
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Este jueves, el tejano ligero lleg&oacute; a pasar los US$ 135 en Nueva York. Por supuesto, hoy los hombres sabios no ven otro horizonte que el alcista. Al 21 de mayo, los futuros del WTI hab&iacute;an subido 39% en el a&ntilde;o y 17% desde el 30 de abril. <br />
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La resultante alza de naftas y otros combustibles, como la de alimentos, generan desasosiego en las econom&iacute;as centrales y violencia en el mundo subdesarrollado. Por ejemplo, American Airlines inform&oacute; que los mayores costos de carburantes exigen reducci&oacute;n de la flota y del n&uacute;mero de pasajeros, adem&aacute;s de aumento de tarifas. Boeing conf&iacute;a en loa nuevos 787, que tragan menos combustible, promuevan demanda y compensen las demoras en entregas. <br />
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Mientras tanto, Honda y otras automotrices aceleran planes para lanzar m&aacute;s modelos h&iacute;bridos (fuel oil o nafta-electricidad). El cambio de preferencias en Estados Unidos obligan a que, por fin, General Motors, Ford y Chrysler reduzcan la producci&oacute;n de utilitarios deportivos. <br />
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Este mi&eacute;rcoles, la c&aacute;mara baja pas&oacute; un paquete de US$ 57.000 millones en incentivos tributarios para promover energ&iacute;as alternativas, por ejemplo solar o e&oacute;lica. Por supuesto, la influencia del &quot;lobby&quot; petrolero entre los republicanos puede hacer que prospere el inevitable veto de George W.Bush, pero su sucesor ser&aacute; seguramente mucho m&aacute;s progresista en materia de energ&iacute;a y combustibles. <br />
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Pese a la influencia de un d&oacute;lar d&eacute;bil (63,5 centavos de euro), los problemas de abastecimiento sugieren que la crisis petrolera no es cuesti&oacute;n cambiaria, sino de oferta. La agencia internacional de energ&iacute;a y combustibles teme que &quot;las futras disponibilidades de hidrocarburos sean inferiores a las estimadas&quot; </p>
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