<p>Cabe consignar que los “potentados de la OCDE” representan 65% de las importaciones mundiales. Sin duda, los grandes exportadores necesitan clientes prósperos, pero estos precios tan altos, tarde o temprano, afectarán esas economías y reducirán la demanda de crudos.<br /><br />Por ejemplo, la AIEC estima que la Unión Europea ha afrontado US$ 70.000 millones en importar hidrocarburos durante el año pasado. La cifra equivale a los déficit fiscales combinados de Grecia y Portugal. Aparte de crudos caros, la UE está sintiendo los efectos del alza minorista en combustibles. En el plano mayorista, 75% de los contratos existentes se asocian a los valores en crudos.<br /><br />Mientras tanto, la factura petrolera de 2010 en Estados Unidos habrá trepado US$ 72.000 millones. Por su parte, Japón –que importa más de 99% de sus requerimientos en hidrocarburos- habrá pagado US$ 27.000 millones el año pasado.<br /> </p>
<p>Así lo teme la conservadora Organización de Cooperación pro Desarrrollo (OCDE). Los 34 selectos miembros de este club calculan que sus importaciones en términos de crudos se han elevado US$ 200.000 millones en 2010 y habrá acumulado 790.000 millones al iniciarse 2011. La fuente real de la estimación es otro lobby, la Agencia Internacional de Energía y Combustibles (AIEC). <br />
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Para la OCDE, ese incremento equivale a un drenaje de 0,5% en el producto bruto colectivo de 2010. “Los precios ingresan a una zona peligrosa para las principales economías. Se trata de un síntoma –coincide la AIEC- que debe preocupar a los grandes consumidores de hidrocarburos”.<br />
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Aun sin rozar los US$ 147 de hace algunos años, el barril de WTI (tejano medio occidental) ha pasado de US$ 90 varias veces en las últimas semanas y, este lunes, el Brent nórdico superó los US$ 95 por vez primera en veintisiete meses. Al margen de inevitables vaivenes, algunos esperan que la AIEC induzca a los exportadores a aumentar producción. Pero, <br />
en diciembre, la OPEP no alteró las cuotas.<br />
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Alí Naimí, ministro saudí de hidrocarburos, sostuvo entonces que favorece “un nivel de US$ 70 a 80 el barril de WTI”. Pese a la creciente brecha entre esos valores y los actuales, “no planeamos reunión alguna hasta el 2 de junio”.<br />
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