viernes, 22 de noviembre de 2024

Peor que las reservas, caen las exportaciones

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Las exportaciones en el último mes fueron las más bajas de los últimos 45 meses, y el último cuatrimestre fue el peor en tres años, marco en el que se implementa la “traumática” adaptación cambiaria, advierte DNI.

El informe 88 elaborado por el director general de Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), Marcelo Elizondo, advierte que las exportaciones están exhibiendo debilidad y expone las 10 causas de una problemática que trasciende incluso a la adaptación cambiaria (traumática y, por ende, no virtuosa) que está atravesando Argentina en estos días, y que aparecen también como limitantes para superar en 2014 de modo sustentable los bajos guarismos logrados en 2013.

 

Existen, más allá de las buenas intenciones como la enunciadas en el último lanzamiento del “PADEX”, limitantes “fronteras adentro” como la infraestructura (por ejemplo, la longitud de caminos -de 230.000 km y solo 82,91 km. por cada 1000 kilómetros cuadrados-, concede la misma red vial que hace diez años cuando ella transportaba la mitad de lo que ahora producimos), el acceso a servicios (la endeble oferta de energía es conocida y los puertos son un embudo), y la alta carga fiscal (de más del 40% del PBI).

 

Menciona también limitantes “en frontera”: a las gravosas retenciones se le suman los trámites y baja eficiencia en las ventanillas, las restricciones al comercio, cuotas, autorizaciones y cupos (a las exportaciones y a las importaciones para la producción de bienes exportables) y, según el Gobal Enabling Trade, la “falta de transparencia en frontera”.

 

Alerta que en términos de la previsión para 2014, la Argentina se enfrentará a la vez a limitantes “fronteras afuera”: el 20% de las exportaciones son vegetales cuyos precios no serán en 2014 más altos que en 2013, lo mismo que puede decirse de las grasas y aceites (10% del total) y los minerales (8%), lo que resulta serio porque del alza de las exportaciones de la última década el 58% obedeció solo a mejores precios; además el 13% de las ventas externas son autos que se exportan a un Brasil con menor fuerza de demanda que antaño; lo que se suma a que Argentina ha logrado poca inserción en los nuevos mercados emergentes; mientras adicionalmente, y como consecuencia de ello, nuestro país tiene alta dependencia de Brasil -que no tendrá un gran año-, que nos compra 3 veces lo que nos compra China (Brasil nos compra más que lo que compran China, Indonesia, India, Malasia, Corea, Japón, Filipinas, Taiwán y Vietnam sumados). En 7 países se concentra el 50% de las exportaciones.

 

Las instituciones públicas dedicadas a la promoción del comercio exterior no han sido adaptadas a los cambios mundiales –apunta-. Se debería generar un cambio en los instrumentos públicos de inserción internacional: la Cancillería, la principal herramienta de promoción externa requiere una adaptación al mundo “poscrisis financiera de 2008”: de los 50 países con más crecimiento del PBI, Argentina tiene embajadas sólo en 18.

 

Recomienda Elizondo que en medio de problemas económicos actuales internos de repercusión internacional que se suceden a dificultades propias de la mala percepción sobre la realidad argentina en los escenarios internacionales de los últimos tiempos, se debe trabajar rápidamente en la mejora en la reputación argentina en el exterior, y especialmente avanzar en negociaciones comerciales para apertura de mercados (lo que están haciendo nuestro vecinos, que nos han sacado ventaja en esta disciplina), en mejor promoción comercial externa y en resolver conflictos con 40 países que ponen en riesgo un tercio de nuestras ventas externas.

 

También pone de relieve la inflación de costos (inconveniente de competitividad) como un problema que afecta la previsibilidad, necesaria para la puesta en marcha de proyectos internacionales de empresas, que requieren estabilidad en el marco de referencia económico, simplicidad de normas, previsibilidad de reglas.

 

Aún con una devaluación como la que se vive en estos días, la inflación es un generador de incertidumbre e imprevisibilidad, resalta.

 

Asimismo califica como un problema en esta materia la escasez de crédito a las empresas, especialmente las PyMes, porque es bajísimo el stock de financiamiento bancario, de alrededor del 13/14% del PBI -el más bajo de la región, donde en Brasil es del 31% y en Chile del 43%-; pero además el crédito está en un 52% en manos de personas y solo un 48% en empresas (en Chile las empresas se llevan el 64%), y se sufre por un débil mercado de capitales, dado que el financiamiento de las empresas a través de acciones es solo del 13% del PBI (mientras en Brasil es del 83%) y el financiamiento a través de bonos llega al 13% (en Chile es del 60%).

 

La mejora en las exportaciones en los últimos 10 años se debió en casi un 60% a mejores precios y en alrededor de un 40% a mejores cantidades.

 

Sin mejores precios se necesitará más inversión. La tasa de inversión de la economía argentina, de alrededor del 22% del PBI, es escasa y la capacidad instalada de los sectores transables para incrementar la oferta exportable es limitada.

 

Por ello, el bajo output gap plantea el desafío de cómo generar mayor oferta exportable en 2014.

 

El entorno regulatorio general existente es de alta intervención, lo que genera disuasión para nuevos proyectos en los actores económicos en los sectores transables.

 

La incertidumbre que aparece con los cambios de política económica en los días que transcurren a inicios de 2014 agrava esta realidad.

 

La devaluación que se padece en estos días iniciales de 2014, a la vez que genera una aparente tendencia hacia la normalización del tipo de cambio y un acercamiento a niveles de equilibrio del que, al parecer, aún se está lejos de todos modos), también produce una conmoción en los términos de referencia de los actores económicos.

 

La devaluación ocurre en el mismo tiempo en el que se produce y se espera una alta inflación.

 

La fórmula “devaluación más inflación” probablemente no genere una adecuación de la competitividad, sino más imposibilidad de efectuar eficientemente el cálculo económico propio de los que necesitan planes a mediano plazo (como los exportadores).

 

Las exportaciones ya no crecen        

 

Las exportaciones en 2013 fueron más bajas que lo esperado. Con 83.026 millones de dólares se obtuvo una cifra algo superior a la de 2012 (habían alcanzado en ese año 80.927 millones), pero las ventas externas no alcanzaron el nivel de 2011 (dado que en 2012 habían descendido en relación a 2011), año en el que habían logrado 83.950 millones de dólares.

 

Después de un período de crecimientos a tasas de dos dígitos porcentuales cada año entre 2003 y 2008, las exportaciones ahora (2013) están siendo apenas 18% más altas que las de 2008. Entre 2003 y 2006 las exportaciones crecieron un 55%, con un promedio anual del 13,8%.

 

Entre 2003 y 2010 crecieron 127%, lo que representa un promedio de un 18% anual. Entre 2008 y 2013 las exportaciones, como se expresó, apenas crecieron un 18%, lo que representa un 3,5% anual promedio. Las exportaciones crecieron en los últimos cinco años conjuntos (sumados) un porcentaje equivalente a aquel en el que crecieron en cada año (individual) entre 2003 y 2010.

 

De tal manera, las exportaciones argentinas descendieron en 2012 con relación a 2011 y tampoco en el reciente pasado año lograron recuperar plenamente la cifra de 2011. Están amesetadas y no reaccionan.

 

Diversas razones han explicado esta realidad. Desde la problemática de la política cambiaria (perdida de competitividad a fines de 2013, y presiones de devaluación creciente en la última parte del mismo 2013 que afectaron expectativas en ese momento), pasando por políticas restrictivas que afectaron el comercio, altas tasas de presión tributaria, baja tasa de inversión (pública y privada), o alta inflación de costos, hasta una deficiente política comercial externa; todo conspira contra una recuperación de niveles de inserción comercial externa.

 

Así, la realidad es que las exportaciones argentinas están amesetadas y evidencian una seria realidad: no pueden crecer.

 

Si se evalúan las exportaciones por sus resultados mensuales en los últimos 4 años, esos resultados mes a mes muestran los siguientes números:

 

La conclusión es que las exportaciones en diciembre pasado (el último mes) fueron las más bajas en los últimos 45 meses, y las mas bajas (considerando mediciones mensuales) desde marzo de 2010.

 

Además, si se suman las exportaciones del último cuatrimestre de 2013, se observa que ése fue último cuatrimestre de un año con peores resultados desde 2010.

 

 

Entre los 14 períodos mensuales de mayor nivel de exportaciones en los últimos 4 años (que figuran en la parte mas baja de la lista anterior) no aparece ningún mes del último semestre, y solo en el 15vo puesto aparece octubre de 2013, seguido de agosto de 2013 en el lugar 16vo, y septiembre de 2013 en el 18vo; mientras noviembre de 2013 recién aparece en el 20mo.

 

De manera que, también, el ultimo bimestre de 2013 muestra el peor resultado en cuatro años.

 

Es inquietante que en los 10 períodos mensuales (medidos individualmente) en los que se registró mayor nivel de exportaciones en los últimos cuatro años, solo hay 3 de 2013; y ninguno es del último semestre.

 

Las exportaciones claramente han mostrado en la última parte de 2013 una problemática de agotamiento de ciclo, de imposibilidad de crecimiento, de estancamiento y aún caída, al punto de exhibirse en diciembre de 2013 (el último mes de exportaciones registrado) el mes de más bajas ventas externas en los últimos 45 meses.

 

Los malos resultados, empero, y como se ha anticipado, no parecen ser solo ocasionales de un mes.

 

Si se suman las exportaciones del último cuatrimestre del 2013 (septiembre/diciembre) se comprueba que las exportaciones de ese período alcanzaron 26.542 millones, lo que representa el peor resultado en exportaciones del último cuatrimestre de un año, en los últimos tres años (desde 2010 que no había un último cuatrimestre con peores cifras).

En el último cuatrimestre de 2012 las ventas externas habían llegado a 26.612 millones de dólares, y en el último cuatrimestre de 2011, a 28.159 millones de dólares.

 

El último cuatrimestre de 2013 fue, además, el que arrojó peores resultados en exportaciones en los últimos 5 cuatrimestres consecutivos medidos.

 

 

 

 

 

 

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