<p>Sea como fuere, la nube gris puede llegar a Gran Bretaña, Irlanda, Francia, España y Portugal. No obstante, los expertos coinciden en que años daños no llegarán a la intensidad del año pasado. <br />
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A saber, un mes sin tráfico aéreo, docenas de aeropuertos cerrados y diez millones de pasajeros varados en tierra. Los daños alcanzaron alrededor de US$ 5.000 millones. En esta oportunidad, una masa gris plomo se elevó a veinticinco kilómetros pero, a medida como ganaba en superficie, se achataba a diez kilómetros de espesor.<br />
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Las penumbras más densas cubrían la Islandia sudoriental, donde techos, vehículos, animales y vegetación se tiñeron de gris. Las últimas evaluaciones meteorológicas calculan que, en función de las corrientes atmosféricas, la erupción bien podría mantener su intensidad inicial en el curso de algunos días.<br />
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El mayor problema no es, empero, la visibilidad, sino un finísimo polvo capaz de penetrar reactores y motores. Ése fue el factor decisivo en 2010. Ahora, presumen los más optimistas, la actividad y la nube parecen haber tocado el cenit y probablemente comiencen a disiparse en dos o tres día.<br />
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Otro volcán islandés amenaza Europa occidental
La erupción del Grimsvotn, este fin de semana, es más fuerte que la de hace un año. Una masa de polvo gris obligaba este lunes a suspender vuelos de todo tipo. Pese a su intensidad, los vulcanólogos creen que los efectos no durarán como los de 2010.