Está bien aceptado que el comercio genera ganadores y perdedores. Las últimas décadas han visto un aumento no sólo en el comercio de bienes y servicios, pero el comercio de assets, ya que los países relajan las restricciones a la capacidad del capital para fluir a través de las fronteras nacionales. Sorprendentemente, mientras que el impacto del comercio de bienes y servicios en la desigualdad ha sido ampliamente estudiado, se ha prestado poca atención a los efectos distributivos de la apertura de los mercados de capitales. Un nuevo estudio del FMI llena ese vacío.
Usando datos de cerca de 150 países desde 1970 hasta 2010, el estudio releva que la liberalización del mercado de capitales conlleva un aumento de la desigualdad, tal cual la mide el índice de Gini. No obstante, el estudio también demuestra que el efecto es limitado. El primer lugar, el efecto es considerablemente menor en los países desarrollados y con altos niveles de de desarrollo financiero e inclusión social. Y en segundo lugar, el efecto también es menor cuando a la liberalización no le sigue una crisis. Estos resultados son consistentes con la visión institucional del FMI que “la liberalización del flujo de capital es generalmente más beneficioso y menos riesgoso si los países han alcanzado ciertos niveles o umbrales de desarrollo financiero e institucional.”
¿Cómo y por qué?La liberalización del capital, se argumenta, ha incrementado en términos generales el índice de Gini en un 1 por ciento en los dos años de la liberalización y un 1,5 por ciento en cinco años.¿Por qué la apertura está asociada con un aumento de la desigualdad? El estudio sugiere dos posibilidades. En primer lugar, se argumenta que los beneficios de la liberalización del capital dependen de la calidad de las instituciones financieras. Cuando las instituciones son débiles y el acceso al crédito no es inclusivo, la liberalización puede exacerbar la desigualdad mediante el aumento del sesgo en el acceso financiero a favor de los privilegiados. En segundo lugar, cuando la liberalización no se está bien manejada o no se apalanca con otras reformas subsidiarias, aumenta la posibilidad de una crisis. Y esas crisis son mucho más devastadoras para los pobres.De cualquiera manera, el FMI no desalienta la liberalización del mercado financiero sino que aconseja que dichos procedimientos se hagan de forma responsable. “Los flujos de capital pueden tener importantes beneficios para los países, en particular mediante la mejora de la eficiencia, la promoción de la competitividad del sector financiero y facilitar una mayor inversión productiva. Al mismo tiempo, los flujos de capital también conllevan riesgos, que pueden ser magnificados por deficiencias en la infraestructura financiera e institucional de los países ” explicaron.