En el actual contexto económico de Argentina, caracterizado por la inflación, la incertidumbre política y las próximas elecciones, los inversores buscan refugios seguros para resguardar su capital. En este escenario, el sector inmobiliario se ha destacado como una opción atractiva para aquellos que buscan estabilidad y rendimiento en sus inversiones. En particular, la compra y venta de campos y estancias se presenta como una inversión eficaz. La propiedad de tierras en Argentina ha sido históricamente una reserva de valor, y en tiempos de volatilidad económica, los campos representan una sólida oportunidad de inversión.
A medida que se acerca el final de octubre, el termómetro económico muestra signos de movimiento en el mercado de campos y estancias. La demanda de tierras está en aumento, y esto puede atribuirse a la confianza de los inversores en el futuro del país y en la estabilidad a mediano y largo plazo que ofrecen las inversiones en tierras. La decisión de invertir en campos no es solo financiera, sino también un acto de optimismo y energía positiva hacia el desarrollo del país.
Actualmente, sin embargo, existen ciertas limitaciones y complejidades operativas que dificultan estas transacciones, sobre todo si se trata de una compra por parte de extranjeros, por lo que el enfoque principal de las inversiones en tierras se ha centrado en argentinos que comprenden mejor el sistema.
“Hoy diría que el 80% de los que están comprando son productores de campos cercanos, nos ha pasado con clientes que tienen varios campos y venden uno que les queda lejos para comprarse uno cerca, entonces están empezando a nuclearse. Igualmente, también hay una movida, por suerte para los que vivimos en capital, de el tema chacras y lugares cercanos en 100 km o 150 km de las principales ciudades porque no solo en Buenos Aires sino en Rosario, Córdoba o en la Patagonia ha habido movimientos, entonces hay un sector de chacras que también está comprando por irse a vivir a zonas más relajadas. Además, gracias a la fuerza que tiene el turismo rural, hay diferentes posibilidades de negocio.” explicó Federico Nordheimer, CEO de Nordheimer Campos y Estancias.
Actualmente, los campos en zonas como Pergamino, Santa Fe, Balcarce y Tandil, han mantenido su valor y, en algunos casos, han experimentado un aumento significativo. La demanda constante de tierras de calidad y la estabilidad relativa de los valores en comparación con otros activos han contribuido a esta tendencia. No obstante, la disponibilidad de campos de calidad puede ser limitada, lo que ha llevado a una dinámica de aumento de precios debido a la escasez de oferta en zonas que son naturalmente excelentes para la agricultura y la ganadería.
Asimismo, en el sector ganadero, se observan buenas oportunidades de inversión, especialmente en el uso de tecnología para mejorar la producción y la eficiencia. Ahora con las bombas solares, que ayudan principalmente a las zonas semiáridas, el tema de sacar el agua y realizar los pastoreos es mucho más fácil y eficaz. Esto sugiere un potencial significativo para aquellos interesados en campos ganaderos y negocios mixtos.
“Si bien la inversión en el campo es una buena opción, esta debe estar acompañada por un estado que comprenda las complejidades y vaivenes del sector. Cuando se cuenta con un gobierno que entiende la economía, el mercado y las necesidades de la población trabajadora, los movimientos en el mercado de campos tienden a ser más fluidos. Claramente es una industria para apoyar, todo el mundo ve el campo para producir maíz y producir carne pero la realidad es que hay un montón de valor agregado que le pueden hacer a todo el tema del campo que no lo vemos.” agregaron desde Nordheimer Campos y Estancias.
Sin duda, el mercado de campos en Argentina sigue siendo una opción atractiva para inversores que buscan estabilidad y rendimiento a largo plazo en un país con un potencial agrícola y ganadero significativo.
